Green Cross trabajó el partido y le robó un punto a Rangers
RECUERDOS EN ALBIVERDE. En su visita a Talca, los temuquenses sacaron adelante la tarea e incluso estuvieron cerca de desequilibrar la brega.
Sumó de visita. Green Cross le robó un empate 0-0 a Rangers e incrementó con el resultado su estadística en el difícil Campeonato de Primera División de 1967. El encuentro se vivió el 8 de octubre de ese año en el Estadio Fiscal de Talca y fue válido por la fecha 24 del torneo de honor del balompié chileno.
Los temuquenses encararon la batalla conscientes de la envergadura del rival y no salieron a regalarse. En la cancha talquina apostaron por un juego táctico, por potenciar la marca y por contragolpear cuando los momentos del partido se lo permitieran.
Con esa estrategia le bajó el ímpetu a su adversario, que se instaló en el césped decidido a hacer daño rápido y a ir por la victoria desde el inicio. Frente a esa propuesta, el elenco de La Araucanía incrementó la marca en la zona media y anuló a los creativos del dueño de casa. De esa forma mantuvo el balón alejado de su pórtico y redujo el trabajo en el primer lapso del siempre sólido arquero Francisco Fernández.
Por algo más
En el complemento, Rangers apostó por algo más, adelantó sus líneas y con el apoyo de su hinchada trató de romper el cero. La propuesta más osada de su rival llevó al Green a pasar por momentos de apremio y en los que apareció la figura de Francisco Fernández.
En medio del intenso trabajo que tuvo, su mejor tapada se gestó tras un cabezazo de Juan Soto que iba rumbo a las redes y que el golero desvió con una estirada de antología.
Tras esa acción, el elenco de La Araucanía empezó a equiparar el trámite del juego y se atrevió a ir en busca del arco rival. Su nueva propuesta le llevó a instalar la pelea por el balón en campo contrario y también a generarse la oportunidad de marcar más clara del compromiso.
La jugada nació de un rápido avance de Honorino Landa -quien integró el seleccionado nacional que obtuvo el tercer puesto en el Mundial de 1962- y que le llevó a tener un mano a mano con el arquero Idelfonso Rubio. El atacante se sacó al golero, remató al pórtico y cuando se aprestaba a celebrar, el defensa Iván Azócar apareció como un rayo para despejar desde la línea. La acción fue la de mayor riesgo en la tarde talquina, que se cerró con un sabor más grato para la visita que para el local.