"Somos varios los infectólogos y pediatras de acuerdo con el retorno a clases presenciales"
EDUCACIÓN. La experta dice que si los profesores están vacunados, "la posibilidad de infectar a otros será mucho más baja".
Como pediatra infectóloga e integrante del Consejo Asesor para la estrategia de vacuna Covid-19 del ministerio de Ciencia, la doctora Stephania Passalacqua Hidalgo lo tiene muy claro: da lo mismo cuál vacuna, hay que vacunarse. El discurso de los expertos no varía, porque no hay dos opciones: no lo dude, vacúnese y da lo mismo cuál dosis le toque.
Passalacqua trabaja en el hospital Base de Osorno y reconoce que integrar el comité asesor ha sido una experiencia enriquecedora.
A poco tiempo del inicio de clases, la experta asegura que "somos varios los infectólogos y también pediatras que estamos de acuerdo con el retorno a clases presenciales. La experiencia en otros países que no pararon las clases, sobre todo en Europa, son bastante buenas. Los niños se contagian desde los adultos más que entre ellos mismos. Incluso en niños pequeños, donde uno asumiría que el contacto estrecho podría aumentar el riesgo, la evidencia muestra que los niños se contagian de sus padres, que siguen trabajando, y de los profesores. Por lo tanto, si podemos tener a los adultos vacunados y por lo tanto con mucho menos riesgo de infectarse, los niños podrían estar más seguros y volver a clases".
-La realidad europea es distinta a la nuestra.
-Es verdad, no sé si podemos compararnos mucho con los países europeos en este punto, porque por ejemplo el número de niños que asiste a un aula es menor en países más desarrollados que el nuestro. Ese punto es clave, el aforo. Por lo tanto, los colegios que tienen un índice por sala muy alto, de 30 o 40 niños, debieran trabajar en algo mixto quizás, donde la mitad del curso sea presencial y la mitad virtual. Sabemos que este año no se van a vacunar los niños, entonces por lo menos que estén todos los adultos del entorno vacunados podría ser un plan y pensar en las clases full presenciales para el segundo semestre o el próximo año. Pero es clave que los colegios tengan bien normado cómo va a ser el actuar, de tal modo que si hay un caso positivo no todo el colegio tenga que salir en cuarentena.
-Entonces, ¿debiera ser requisito que los cuerpos docentes estén vacunados?
-Creo que sí, debiera ser requisito, porque en el fondo eso es lo que nos muestran los países que mantuvieron las clases. Los números de contagio fueron bajos y cuando un niño se contagiaba eventualmente lo hacía más en su casa o por el profesor, que por un compañero. Por lo tanto, si los profesores están vacunados, la posibilidad de infectar a otros va a ser mucho más baja.
El plan de vacunación
-La salud primaria ha sido vital en los buenos número de vacunación.
-Así es. La salud primaria es históricamente la que ha comandado el proceso de vacunación, aunque para este desafío se contó también con los equipos que vacunaban en los hospitales para poder inocular a los funcionarios, que eran la prioridad en la primera etapa. En los últimos años estábamos un poco al debe con el calendario de vacunación, sobre todo para los niños, porque había varias vacunas que faltaba incorporar y estábamos quedando un poco desfasados de lo que estaba sucediendo a nivel mundial. Pero los últimos tres o cuatro años nos pusimos al día.
-¿En qué nivel estamos?
-Nos pone entre los primeros a nivel mundial. Ahora, con las vacunas sucede que no depende tanto del nivel de desarrollo de un país, porque por ejemplo algunos países de Europa que son desarrollados y con buenas economías, tienen tasas bajas de vacunación porque hay un movimiento antivacunas muy fuerte. Con la vacuna a veces pasa que tienes sistemas de salud muy sólidos, pero aún así, con tasas de vacunación deficientes.
-Es un movimiento que también está presente en Chile.
-La verdad es que afortunadamente no es tan fuerte. En general, cuando una persona o un grupo rechazan la vacunación, es porque necesitan más información, y eso es lo que nos ha pasado con el coronavirus. Hay un grupo importante de personas que rechaza la vacunación en el primer momento, pero se debe más a la incertidumbre porque se trata de una vacuna nueva. Por lo tanto, las personas como que necesitan más información y cuando uno les ofrece la evidencia de que disponemos, un gran porcentaje modifica su opinión y decide vacunarse.
-No hay una campaña en medios que potencie el mensaje de seguridad. ¿Han visto esto en el consejo asesor?
-Para nosotros en el consejo fue fundamental y lo hablamos muchas veces, el rol de la comunicación para las vacunas porque intuíamos que iba a ser algo clave transmitir a las personas lo seguro de las vacunas. Creo que el mensaje fue algo confuso y uno de los problemas que hemos tenido es que se les ha dado mucho énfasis a las distintas vacunas, en cómo están hechas, cuando el énfasis debiera ser que hay distintas vacunas pero que lo importante en este momento es vacunarse, porque es lo único que podría impactar en el trágico escenario en el que estamos. Por lo tanto, en vez de hablar de vacunas que tienen ADN o RNA, cosas que la gente no logra manejar porque es información muy específica, el discurso debe ser hacia el acto de vacunación.
"La experiencia en otros países que no pararon las clases, sobre todo en Europa, son bastante buenas. Los niños se contagian desde los adultos más que entre ellos mismos".