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Temuco en la vivencia de diez temuquenses

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A solo días de cumplir 140 años de vida, Temuco es vista con bastante claridad por sus ciudadanos, especialmente por quienes se reconocen nacidos y criados aquí. Para un grupo de diez temuquenses o temucanos, esta sureña comuna es un organismo viviente que ha mutado con los años, pero que mantiene ciertas características. Para la mayoría, así como ha ganado en infraestructura y en espacios deportivos y culturales, también ha marcado un claro abandono de algunos barrios que aguardan el turno para subirse al carro del desarrollo, con mayores servicios, obras públicas y seguridad.

Desde hijos ilustres hasta deportistas, académicos, emprendedores y artistas quisieron participar del ejercicio de describir cómo es vivir en Temuco, lo bueno y también aquellos matices que amplían las opciones de seguir creciendo con mayor justicia social.

Lo que más se destaca de esta joven ciudad es la calidad de su salud pública, el acceso al arte y la cultura, la infraestructura vial y deportiva, su condición multicultural, la oferta educacional, su gente y su cercanía con la cordillera y el mar. En la zonas grises, en tanto, lo que más se menciona es el abandono de algunos sectores, el desorden, la necesidad de reforzar la seguridad y el descuido del patrimonio, por citar algunas ideas.

GALICIA MONTECINOS

Para la médico cirujana pediátrica e hija ilustre de Temuco 2020, Galicia Montecinos, hay un Temuco que se añora y ese es el Temuco del pasado, con una Avenida Alemania señorial, con las casas quinta, con poco tránsito vehicular y mayor seguridad. Pero como se entiende, la ciudad es un organismo viviente y es imposible negarse al progreso, pero ese progreso - dice - debe ser conducido de buena forma por sus habitantes.

"Lo que me parece bueno al año 2021, y valoro ahora, es el acceso y calidad de la salud pública, tanto municipal como del Ministerio de Salud, tanto en la periferia como en el Hospital Hernán Henríquez Aravena. Hay muy buenas instalaciones en la mayoría de los recintos y estas instalaciones están dotadas mayoritariamente de personal muy capacitado para la atención diurna y de urgencia. Si bien el hospital tiene una alta demanda del usuario, lo que causa mucha presión y genera conflicto muchas veces, yo invito a la gente a conocerlo porque es una joya. Además, está vinculado a la Ufro en un convenio docente asistencial lo que mantiene el alto nivel de calidad de sus profesionales", detalla.

Otro punto a destacar, acota la doctora Montecinos, es el acceso al arte y la cultura. "Contamos con centros claves para ello, por ejemplo, las universidades, el Teatro Municipal, el Museo Nacional Ferroviario que honra la memoria de nuestro premio Nobel Pablo Neruda, el Museo Regional Araucano que nos acerca a nuestras raíces y el Pabellón Araucanía, que es un gran aporte en los últimos años". También subraya y se enorgullece de la "amplia oferta educacional" que la comuna ofrece y se maravilla de los avances en infraestructura vial que va logrando la ciudad.

TEODORO RIBERA

El excanciller Teodoro Ribera, fundador de la Universidad Autónoma de Chile y también hijo Ilustre de Temuco 2020, cree que lo bueno de ser temuquense es que las personas viven en una comunidad nueva, todavía en formación; recién formada en 1881.

"Se trata de una sociedad que como carece de un largo pasado valora más el presente y el futuro; más el quién soy que el de dónde vengo. Es una sociedad con expresiones multiculturales, no solo mapuche y europea, sino que más variada en su origen, y que se ha amalgamado mucho más los últimos treinta años producto del acceso masivo a la educación", comenta.

Ser temuquense, agrega Ribera, es también ser tolerante en lo cultural y social, "es valorar a las personas por lo que son y no por su origen. Es ser abierto de mente ante el futuro".

NATACHA PINO

Desde la academia, la primera mujer en presidir una casa de estudios superiores pública, la rectora de la Universidad de Aysén, Natacha Pino Ortiz, en calidad de temuquense reconoce conocer muy bien esta ciudad y por lo mismo le tiene mucho cariño, dado que su familia, amigos y recuerdos de infancia están aquí: "la Feria Pinto los fines de semana, la estación de trenes con mi abuelo ferroviario, el Estadio Municipal, la época del liceo y la universidad".

Para la rectora, Temuco es una ciudad de tamaño amable, donde es posible recorrer sus calles y caminarlas, disfrutar sus áreas verdes y en pocos minutos llegar de la cordillera al mar, tal como lo hacen las aguas del Cautín que bordean la ciudad. "Aquí - agrega - conviven culturas fácilmente reconocibles, el pueblo mapuche originario, pueblos migrantes que se asentaron en los inicios de la ciudad y los extranjeros que han ido llegando en los últimos años, todos ellos hacen que la ciudad sea multicultural, que se encuentren los mundos, se construyan relaciones y se haga historia. Tal vez hace falta poner en valor esa riqueza sociocultural y transmitirla a las nuevas generaciones".

A su parecer, Temuco se ha constituido como ciudad universitaria, con más de 51.000 estudiantes matriculados a nivel de pregrado en IES en el 2020, muchos de ellos se quedan y hacen su vida en esta ciudad y en ese sentido es un gran potencial para que, desde ese mundo profesional universitario, se piense la ciudad que queremos en el futuro, cómo se desarrolla de forma armónica y se conecta de mejor manera con el resto de la Región y el país.