Correo
Terrorismo en La Araucanía
Me atrevo a elevar mi voz en este medio para ofrecer mi opinión ante el terrorismo desatado en nuestra Araucanía, de forma nunca antes vista, injustamente disfrazado bajo el título de "Conflicto Mapuche".
Nací y me crié en la zona de Ercilla, donde hasta hoy viven mis padres. Después de estudiar en una escuela básica municipal, salí de mi hogar hace casi 15 años, para cursar en Temuco mis estudios de enseñanza media y universitaria, lo que me permitió cumplir actividades profesionales en Temuco, las que continúo hoy en Santiago.
Nuestras vidas, al igual que la de otras familias, se vio involuntariamente envuelta en una gravísima situación, donde el 99.9 % de los habitantes de estas tierras, no tienen la menor participación ni la desean. Hasta fines de los años 80, se podría decir que vivimos en la más absoluta paz y prosperidad. Cada comunero y sus familias criaban y educaban a sus hijos en pequeñas escuelas rurales y cultivaban sus tierras, con siembras y ganado.
La vuelta de la democracia llevó a los nacientes políticos a intervenir nuestras vidas en busca de votos, ofreciendo prebendas obviamente jamás cumplidas, lo que fue sistemáticamente sembrando inconformidad en nuestra gente, las que con el correr de los años han sido aprovechadas por un minúsculo grupo de narco subversivos, que han recibido apoyo humano y armamentista de terroristas de otros países americanos.
Estos ejemplares que no le trabajan un día a nadie, pero conducen camionetas como el más exitoso empresario. ¿Con qué recursos?, buena pregunta, pero en nuestra comunidad todos saben de dónde y las autoridades también lo saben. Todo ello se ha fomentado bajo el pretexto de "restitución de tierras" de parte del Estado, lo que a simple vista parecería atractivo para las familias mapuches, pero que en la realidad no es más que una barata excusa para sembrar odio, violencia extrema y ocultar rentables cultivos de plantas estupefacientes.
Así y hasta hace muy poco tiempo atrás, hemos visto como hermosos campos expropiados están hoy convertidos en peladeros improductivos, luego de ser cortados todos sus árboles y comerse todos los animales. Si no me creen, constituyan una comisión profesional, no política, visiten todos los predios adjudicados en los últimos diez años y constaten el estado en que hoy se encuentran.
Extrañamente ninguna petición está sustentada en la necesidad de incorporar más escuelas, establecimientos de salud o fuentes laborales. El mal llamado "Conflicto Mapuche", no es más que una mera pantalla de ese minigrupo para sembrar el terror, obedeciendo exclusivamente a intereses de terrorismo narco y político, sobre lo cual ese 99.9 % de los pobladores de este territorio, no intervienen, ni se atreven siquiera a opinar, bajo el temor de ver quemadas sus casas y sus tierras.
Rayén Cayumán
Mar revuelto
Nuestro barco nacional navega en un mar revuelto y si recapitulamos, por lo menos, hay cuatro realidades coyunturales y notorias que están afectando hoy a nuestro barco-país: un joven malabarista muere en incidente con carabineros y por este hecho hubo protestas con incendios y destrucción en la zona sur, nuevos atentados con incendios y destrucción de maquinarias y bienes en La Araucanía y, por último, se presentó una denominada crisis humanitaria por presión de ingreso clandestino en la zona norte del país, todo lo cual genera preguntas fundamentales.
¿Habrá o quedará alguna autoridad que ponga el mínimo y suficiente orden en nuestro país, más allá de soluciones efímeras de parche? Y respecto de la crisis por inmigración clandestina, Bolivia, país vecino, ¿no tiene nada que decir, alguna responsabilidad? Hasta aquí todo parece indicar que enfrentamos como nación una crisis directiva, institucional y administrativa muy preocupante.
José Manuel Caerols Silva
Filosofía en medio del asombro
En sociedades reguladas por la inmediatez de la producción y una educación que la refuerza, ambas pueden ser instancias que generen asombro. Esto es vital, puesto que la filosofía nace como una respuesta ante el asombro, siendo necesaria para causar un quiebre de la realidad.
Por hoy, la filosofía es vista como algo lejano solo para grandes ilustrados, pero lo real es que la producción la ha apartado de las personas. La inmediatez ha generado un frente a la filosofía, la cual se esfuerza por detenerse a pensar y a orientar los problemás cotidianos dados por el asombro.
La filosofía, entonces, es mucho más parte de la cotidianidad de cómo está pensada en la postmodernidad, muchos piensan que esta es un lujo, sin embargo, es una instancia tremenda de orientación.
Por lo tanto, detenerse a pensar permite preguntarnos cómo abordar los problemas que nos asombran, esto no requiere de una especialización académica, sino tener la paciencia de detenerse a pensar y conectar con las inquietudes fundamentales que requieren ser aclaradas en la actualidad.
Gustavo Troncoso Tejada