Evitar la frustración en los niños obstaculiza el crecimiento
EN CUARENTENA. El encierro y la incertidumbre han aportado a que los "hiper" padres o madres intensifiquen aún más su habitual sobreprotección. La pandemia ha demostrado ser un mal aliado para este tipo de paternidad que preocupa a expertos de todo el mundo.
El Austral
Los niños no están experimentando la vida por su cuenta hasta que ya son demasiado grandes para aprender a hacerlo correctamente. Esta es la base del hiperparentismo. Y el contexto de pandemia ha aumentado la afición de estos padres por tratar de protegerlos de la incertidumbre y el temor, querer controlar los resultados escolares y hacer todo por ellos y para ellos con el objetivo de que vivan mejor el encierro, entre otras cosas.
"Los grupos de Whatsapp del colegio han sido clave para los hiper padres o madres, ahí pueden guiar y opinar acerca de todo lo que hacen los pequeños. Asimismo, los celulares, cuando son mayores, son en el cordón umbilical que nunca se rompe", asegura Berta González de Vega, experta en educación en Smartick.com, método virtual de educación matemática y de lectura para niños entre 4 y 14 años. Y agrega: "Existe una preocupación creciente en nuestra sociedad, entre padres e instituciones, de que estamos educando a nuestros hijos entre algodones, sin exponerlos a ningún tipo de riesgo, incluido el de fallar. Sin embargo, sabemos que equivocarse y manejar adecuadamente la frustración es esencial para forjar el carácter".
Consecuencias
¿Cómo se ve un hiper padre o una hiper madre? Existen diferentes tipos, que van desde el "helicóptero" hasta las "directivas" (ver recuadro).
Las consecuencias del hiperparentismo son devastadoras y pueden resumirse en 4 puntos:
1. Niños que se aburren muy fácilmente.
2. Desde pequeños reciben el mensaje de que no pueden hacer nada solos, con todo lo que eso significa para la autoestima.
3. Se crean adolescentes que le tienen miedo al cambio.
4. Y después jóvenes que no necesitan crecer ni ser autosuficientes, porque los padres estarán siempre ahí.
En contrapunto está la experiencia de quienes trabajan en la formación de niños a través de plataformas digitales virtuales, donde la interacción entre éstos y la tecnología no requiere del apoyo de los padres, por el contrario, es clave que ellos hagan todo solos, aunque les cueste. Es el caso de Smartick.com, que enseña matemáticas y lectura, cuya metodología se basa en que los escolares trabajen por su cuenta.
"Y los niños así lo entienden y se lo exigen a sus papás. No se asustan ni tratan de darle la vuelta al proceso. Sabemos que, dada la oportunidad, los chicos saben lo que tienen que hacer y lo resuelven", detalla Javier Arroyo, creador de Smartick.com, quien agrega que "nuestros alumnos, en más de 100 países del mundo, pertenecen a la generación Z y sabemos que aprenden experimentando, desde la metacognición, que es el uso del pensamiento para analizar sus propios procesos".
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Los teléfonos celulares, cuando son mayores, son el cordón umbilical que nunca se rompe".
Berta González de Vega,, experta en educación, en Smartick.com