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Destacan uso complementario de medicina mapuche en residencia sanitaria lafquenche

VISITA. La gobernadora Constanza Marchant junto a la seremi de Ciencias de la Macrozona Sur, Olga Barbosa, visitaron en Saavedra, la primera residencia sanitaria de la zona costera, en el marco de la agenda intercultural.
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Con el objetivo de visualizar y potenciar un trabajo preventivo en materia de salud, nació en La Araucanía la iniciativa de generar un acercamiento del Gobierno con las comunidades indígenas para abordar el covid-19 desde la cosmovisión mapuche.

Es así que la gobernadora de Cautín y la seremi de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación de la Macrozona Sur, verificaron en terreno la experiencia que se vive en la única residencia sanitaria lafquenche, que alberga a habitantes de Saavedra y comunas aledañas.

La autoridad provincial, Constanza Marchant, sostuvo que "necesitábamos un punto de encuentro ante una enfermedad como el covid-19. Creemos que la medicina mapuche y la medicina occidental se pueden complementar, es fundamental hacer un trabajo colaborativo donde fluyan ambos conocimientos, y eso, es lo que queremos dar a conocer".

La gobernadora agregó que "quiero destacar el enfoque que se le dio a esta residencia sanitaria, es una labor maravillosa que ha realizado el equipo multidisciplinario, que entiende que la pandemia no se vive igual en cada territorio, otorgando pertinencia cultural en ámbitos muy importantes como la ubicación, las comidas y la medicina mapuche en base a lawenes".

La seremi de Ciencia de la Macrozona Sur, Olga Barbosa, explicó que "estamos desarrollando en conjunto un plan de trabajo de prevención frente al covid-19 y que considere la ciencia occidental y la sabiduría mapuche, y en donde este conocimiento llegue a las comunidades, pero en la voz de sus propios líderes".

En relación a la medicina mapuche, la seremi precisó que "poco dice la ciencia sobre los lawen, y si bien muchas medicinas occidentales o farmacéuticas están basadas en hierbas medicinales u otros componentes naturales, uno cuando toma un remedio, en general, no sabe que el lawen puede estar involucrado en esa molécula".

experiencia

En su visita a Saavedra, las autoridades conocieron a Ruth Caniuñir, perteneciente a la comunidad Oñoico, funcionaria de la Seremi de Salud Araucanía y administradora de la residencia sanitaria de la zona costera, habilitada en dependencias de la Hostería Maule.

Desde su mirada y como mujer mapuche, sostiene que es importante contar con este recinto con pertinencia cultural, puesto que la población indígena de Saavedra supera el 80%.

En esa misma línea, Ruth informó que desde que abrió sus puertas a la fecha, la residencia ha recibido a más de 160 personas.

"Ha sido fundamental tener una residencia en medio del winkül, (cerro) y del lafquen mapu, (mar), que nos ayuda con sus energías a que nuestros pacientes se recuperen", señala Ruth Caniuñir, y agrega que "las comidas están adaptadas para la población mapuche, es decir cuenta con harta papa y con muchos tipos de verduras que se cosechan acá en el sector. Si es que algún paciente requiere algún lawen para poder recuperarse, aparte de los medicamentos que están suscritos, ellos pueden acceder, para que sea una atención complementaria".

De acuerdo a su experiencia, Ruth indicó que "existen lawenes que sirven para contrarrestar algunos síntomas del covid, como el maqui; con sus hojas, nosotros hacemos un friegue y eso lo tomamos para la fiebre, o bien, preparamos una agüita con hojas de sanguinaria, que sirve para la tos. Cuando uno rescata estos lawenes de la ñuke mapu (tierra), debe hacerse con respeto y con fe".

Por último, Ruth señala que "nos costó reconocer que esta enfermedad nos iba a afectar, pero pronto empezamos a ver que efectivamente la gente de nuestro territorio se enfermó, y también vimos partir a nuestros lagmienes, ahí vimos que es una enfermedad que tiene consecuencias, pero también, a través de nuestras machis vemos que tiene mejoras y así hemos ido buscando ideas para que nuestros lagmien tenga acceso a los lawen".

Dentro de los lineamientos de trabajo de la agenda intercultural está el reconocer las prácticas ancestrales de los pueblos originarios a través de la medicina mapuche, en primera instancia, y otorgarles el valor que requieren, en medio de la crisis sanitaria que estamos viviendo, impulsando una complementariedad con la medicina occidental.

Importancia de la residencia sanitaria

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El alcalde de Saavedra, Juan Paillafil, enfatizó en la importancia de la instalación de la residencia sanitaria en el territorio costero, acotando que "fue una iniciativa de las propias comunidades mapuches que se lo plantearon al ministro de Salud, apoyados por la municipalidad. Según nuestra cosmovisión mapuche, siempre nos tenemos que mantener en nuestro territorio, y anteriormente teníamos que trasladarnos a Temuco. Ahora nuestra gente tiene la residencia más cerca, puede proteger a su familia y ahora muchos quieren venir para acá porque están cerca del mar, tienen una vista preciosa y la residencia es de primer nivel".

Comunicar la pandemia, aportes para la gobernanza de una crisis sanitaria

Las estrategias de comunicación de riesgos han puesto atención en variables como el liderazgo, la credibilidad y confianza en el que comunica, así como la colaboración e implicación de la ciudadanía.
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La comunicación de riesgos en tiempos de pandemia (covid19) es fundamental para informar al público y este pueda tomar decisiones de autocuidado para sí y para la sociedad en general. Hemos podido observar que la información emanada de la institucionalidad para salvaguardar a la población ha sido tensionada mediante prácticas cotidianas que subestiman el riesgo de contagio, lo que ha llevado a que los llamados a quedarse en casa y a guardar el distanciamiento físico no se hayan interiorizado de manera efectiva por la ciudadanía.

Para revertir este problema, las estrategias de comunicación de riesgos han puesto atención en variables como el liderazgo, la credibilidad y confianza en el que comunica, así como la colaboración e implicación de la ciudadanía.

Para explicar las tensiones expuestas, las metáforas pueden ser un marco para observar y evaluar las actuales estrategias utilizadas en la comunicación de riesgos y, además, ayudarnos a observar la realidad y las formas para dar cuenta de las externalidades que trae consigo la pandemia. Una de estas metáforas que ha sido utilizada, y que podemos poner en entredicho al observar la efectividad de la comunicación y la gestión sobre la pandemia, es "la guerra". Esta figura pone el énfasis en un enemigo al que hay que destruir y quienes están luchando contra él deben resistir y alinear ante un conflicto declarado. Ahora, lo interesante de observar son las consecuencias que podría conllevar usar este tipo de metáforas y en qué medida pueden tensionar más que ayudar a comunicar de forma efectiva los riesgos que se quieren gobernar.

El problema ilustrado lo podemos ejemplificar en Chile y su estrategia de comunicación a través de una metáfora bélica; la distinción amigo/enemigo. El Presidente de la República, a comienzos del año 2020, dijo que "el coronavirus es un enemigo poderoso, cruel, implacable y que no respeta a nadie". En ese mismo momento, el exministro de Salud, Jaime Mañalich, expresó que "si no damos en serio la 'Batalla de Santiago', esta guerra la vamos a perder", agregando que "los días que vienen van a ser muy duros, fundamentalmente porque las noticias que nos van a llegar de países muy queridos para nosotros van a ser terribles", por lo que estamos viviendo y viviremos próximamente "…una suerte de pánico viroterrorista".

Ante este narrativa bélica, ¿qué tensiones produce y futuriza el uso de la guerra como mecanismo para comunicar los riesgos sobre el covid-19? La literatura nos ha mostrado que los discursos ante eventos mundiales como las pandemias generan miedo, alta inseguridad, incertidumbre y ansiedad, por lo que la "guerra" llevaría más a la división y no a acciones colectivas y colaborativas.

Los efectos enunciados pueden también tener consecuencias sobre la vida democrática de nuestro país. Este tipo de metáforas ponen en tensión el quehacer político, ponen en entredicho la manera de hacerse cargo de tales eventos, poniendo en jaque a la autoridad. Las acciones que hemos visto han sido aplaudidas por un lado, pero altamente criticadas por otro. Por ejemplo, los controles a la libertad han tensionado a la sociedad y sus autoridades, pues se ha cuestionado la privación de sus espacios y actividades comunes a través de las cuarentenas parciales y totales. Así también, la visión normativa y punitiva de la estrategia, ha llevado a sancionar y multar monetariamente a quienes infringen las reglas que se han ido estableciendo.

Ante liderazgos rígidos y muchas veces populistas, una narrativa bélica ha sido un obstáculo para comunicar los riesgos a la población, pues queriendo integrar bajo la idea que estamos luchando contra un enemigo invisible, ha separado a los buenos y obedientes contra los malos y desobedientes. Por lo tanto, la metáfora de la guerra no hace a la política situarse o pensar la comunicación (intervención) desde el otro, sino que lo hace bajo su propia forma, controlando, vigilando y castigando a través de estrategias punitivas o prescriptivas.

Esta manera de observar, gobernar, comunicar e intervenir la hace perder apoyo, generar distancias, perder credibilidad y minar las confianzas. En contextos de pandemia, a través de lo descrito podríamos aventurar que aquellas formas de gobernar y comunicar los riesgos se estarían jugando entre dos maneras: narrativas bélicas, de antagonismo y de control v/s narrativas de la cooperación, que asumen el contexto y propician la inclusión. Hoy ha primado la primera, y al parecer no va por buen camino.

Dr. Arturo Vallejos Romero

Departamento de Ciencias

Sociales, Ufro