La psicóloga clínica María José García Ritter, terapeuta centrada en la compasión y magister en psicología educacional, quien trabaja en Temuco con mujeres profesionales de la salud mental, explica que una de las consecuencias de la pandemia es el desgaste profesional que hoy ha quedado en evidencia y, más específicamente, el "síndrome de Burnout", el agotamiento, el sentirse "quemado" o "quemada" como resultado del estrés crónico.

"Desde el ámbito específico de mi trabajo, la prevención del desgaste profesional en mujeres que trabajan en salud mental, todo lo que estamos experimentando como humanidad, ha agudizado este problema que viene desde hace mucho tiempo. En la actualidad, el desgaste profesional se está haciendo más visible, ya que estamos realizando un tremendo esfuerzo de adaptación y flexibilidad, no sólo en lo que concierne a lo laboral, sino en todos los ámbitos de la vida, lo que ha tenido un impacto en la salud mental y en la percepción de bienestar global", precisa la terapeuta.

A su juicio, esto se explica por los altos niveles de estrés permanentes en el tiempo y a la percepción de que nuestros recursos no son suficientes para hacer frente a todo lo que tenemos que hacer, por lo que las demandas diarias sobrepasan la capacidad individual de respuesta en lo laboral, eso sin contar las exigencias familiares, relacionales y sociales, laa cuales - agrega - "pueden llevarnos a experimentar fatiga, ansiedad, desmotivación, desesperanza, distrés moral, depresión, y/o agotamiento profesional, entre otros aspectos".

Para enfrentar este escenario, opina María José García, es fundamental comprender que su abordaje debe ser sistémico, lo que incluye a las organizaciones y el macrosistema en el que se insertan. "Pero si nos focalizamos en el nivel individual, área en la que yo trabajo, la forma de sobrellevarlo va a depender del grado de desgaste, de las características de cada persona y su contexto inmediato". En caso encontrarnos con efectos graves del agotamiento profesional resulta clave el apoyo médico y psicológico.

Desde el otro ámbito profesional, el director del Departamento de Salud Mental y Psiquiatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de La Frontera, Dr. Luis Silva, reconoce que la crisis sanitaria ha generado una serie de trastornos y, por lo mismo, lo que primero que advierte es lo complejo que resulta abordar sus efectos de una manera generalizada. Pese a ello, reconoce una serie de "dificultades" que han cambiado nuestro cotidiano y que han generado desconcierto y conmoción.

"Esto no puede abordarse de una manera generalizada porque está: la dificultad de la propia enfermedad, un virus que se extiende y amenaza la vida; están los cambios en el diario vivir surgidos por la existencia del coronavirus; está la actitud de los distintos grupos etarios frente al covid; la dificultad del que está enfermo, más si es un adulto mayor; la dificultad del que atiende a los infectados; la dificultad del confinamiento y de los niños que hoy toman clases virtuales y tienen casi cero vida social. Hay allí bastante desconcierto. Entonces, hay muchos modos de mirar lo que está sucediendo. Está el efecto económico y la miseria que se está generando. Aquí, hay una conmoción enorme porque aparece una situación que amenaza al género humano y que pone lo en jaque en lo social, en lo económico, en lo político. Así que es una invasión que si no hay un temple adecuado puede provocar una catástrofe", acota el psiquiatra.

Para sobrellevar lo que hoy vivimos, comenta el doctor Silva, es importante evitar las "noticias faltas" y que quienes tienen el deber de informar lo hagan con la responsabilidad de generar una tranquilidad medida, que no genere desafección lo que ocurre. "Creo que una de las cosas terribles que vemos es esta especie de negación, como si el virus no existiera, lo que nos pone en riesgo de ser caldo de cultivo del mismo. Para evitarlo debemos tener cierta disciplina para defendernos de él. No podemos bajar los brazos. Y más que luchar desde la enfermedad debemos luchar desde la prevención", opina.