Tomás Harris, el poeta al que visitaban los cóndores
El poeta y jefe de Ediciones Biblioteca Nacional acaba de publicar "La memoria del corazón", libro en el que cruza por las vías de la muerte, el amor, los vecinos y el vuelo del ave nacional.
Tomás Harris nació en La Serena el año 1956 y pasó su juventud en Chihuayante. Hoy tiene 64 años y trabaja en la Biblioteca Nacional.
Una portada en estricta gama de negros, grises y blancos abriga los más recientes poemas de Tomás Harris, quien, acorde a su línea creativa, atraviesa el horror de lo cotidiano, pero esta vez interpelando a la humanidad entera, luego de más de un año de confinamiento. Esta es "La memoria del corazón" (Ediciones Universidad Diego Portales) sobre lo que siente un hombre a las puertas de su jubilación, de qué forma el amor -o el recuerdo de él- puede abrazarlo, así como cuál es la manera de establecer un nuevo pacto de convivencia con los animales.
"Esta escritura fue rodeada por el amor, el deseo, la vida, la muerte, el tiempo, y la propia vulnerabilidad que uno ha vivido", afirma el jefe de las Ediciones Biblioteca Nacional, uno de los sellos chilenos cuya preocupación es, precisamente, resguardar la memoria colectiva no solo como un compendio de hechos, sino que también de emociones.
Para contar "La memoria del corazón", el profesor de español egresado de la Universidad de Concepción (UdeC) se apoyó en las conversaciones, en forma de verso, que mantuvo con un vecino mayor. Los dos hombres recorren el jardín común a paso lento, sorprendiéndose por la idea del fin y de un nuevo comienzo, aunque el vecino "es un personaje que creé en el libro anterior, 'Unheimlich: poemas de amor, deseo y muerte', para tener a alguien con quien dialogar, porque para tocar temas tan complicados y personales necesitaba un de alter ego, por llamarlo de alguna manera, un doble".
-Que quizás puedes ser tú mismo en unos años más.
-Es posible. Porque ya a los 65 años uno entra a la jubilación, la vejez, y lo que conlleva aquello, también la muerte.
-Pero la muerte ahora se volvió transversal, ya no es algo solo de las personas mayores: a los 30 uno sabe que puede estar en peligro si descuidó la mascarilla, o no se lavó las manos y se tocó la cara.
-Entre los poetas que leí para estructurar este libro están Raymond Carver ('De qué hablamos cuando hablamos de amor'), Allen Ginsberg ('Aullido'), William Carlos Williams ('La invención necesaria') y Charles Bukowski ('Pulp'). Los leí para contar lo que nos está sucediendo. Además leí un libro que me hizo mucho sentido en medio de la pandemia: 'La soledad de los moribundos', de (el sociólogo) Norbert Elias. Porque ahora, si te contagias, la muerte es soledad absoluta. Él dice que la muerte (como tema) se había evitado desde el siglo pasado hasta ahora. Al Álvarez, en 'Un Dios Salvaje', afirma que el año clave es 1920, como un tabú y no como un tema tan 'presente'. Pero ahora, en las diversas zonas biosociales, como las llama él, la muerte es algo inesperado,
Por Valeria Barahona
"Los vecinos pueden ser los cóndores, porque vivo en un condominio y de repente pasa que no conozco a casi nadie, entonces esa empatía necesaria tiene que recuperarse".
"El amor siempre fue revolucionario, siempre cambió las cosas: estuvo dando la pelea al autoritarismo, las dictaduras, incluso a la peste".
Alfonso Gonzalez Ramirez