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Día de la Hamburguesa: de comida basura a la embestida vegetariana

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La hamburguesa, que "Larousse Gastronomique" define como carne picada con forma redonda y gruesa cuyo nombre debe a la ciudad alemana de Hamburgo, celebró el viernes su Día Mundial tras sacudirse el estigma de comida basura gracias a propuestas gourmet con ingredientes selectos, pero afrontando la embestida de las "carnes vegetales".

Ese filete hamburgués, precedente directo de lo que hoy conocemos, llegó a Estados Unidos vía puerto de New Jersey a finales del siglo XIX como comida rápida y barata, pilares sobre los que se creó en 1921 la primera cadena especializada, While Castle. Después vendrían McDonald's (1940), Burger King (1954) y Wendy's (1968), responsables de la eclosión de franquicias y de la propagación mundial de la hamburguesa como reina de la comida rápida.

Así lo narra el investigador español y periodista gastronómico Miguel Ángel Almodóvar en "La hamburguesa perfecta" (Oberon, 2014), donde también describe su declive por una incipiente preocupación por la salud a fines del siglo XX.

Frente a la industria, hubo un movimiento de rescate de la hamburguesa con ingredientes seleccionados y precios en consonancia. El primer impulso, dice Almodóvar, fue en el 2000, cuando el reputado cocinero francés afincado en Estados Unidos, Daniel Boulud, lanzó su hamburguesa al foie gras por 29 dólares de la época.

El boom de las hamburguesas gourmet, con carnes de alta gama, panes artesanales e ingredientes más allá del tocino y el ketchup, le dieron una nueva vida. Cocineros de renombre acudieron a su rescate. El chef Dani García, que cerró en 2019 su restaurante con tres estrellas Michelín en Marbella, España, para "llegar a más público", no sólo colabora con McDonald's, sino que sirve distintas versiones con carne madurada picada ante el comensal o con lomo simmental madurado, foie gras y parmesano.

Ingredientes antes impensables componen ahora las mejores hamburguesas, cuyas carnes vienen respaldadas por los mejores productores, garantía de animales bien alimentados y criados en libertad.

Estables ya en ese nuevo peldaño delicatessen y conviviendo en clave vegetariana con hamburguesas a base de verduras, legumbres o soja texturizada, la última revolución entre panes es la carne vegetal, que se enfrenta a la animal por la salud humana y medioambiental. "Consumir una hamburguesa vegetal en lugar de una de vacuno supone reducir 1.739 litros de agua y 6,4 kilos de emisiones de CO2", sostienen desde Heura, empresa española de carne vegetal que vende a 15 países.

No obstante, la Organización Interprofesional de la Carne de Vacuno lanza hoy una campaña para limitar el nombre a las que lleven carne.

Khaby Lame consiguió más de 60 millones de seguidores en Tik Tok sin decir palabra

Esa cifra, conseguida en solo un mes y medio, tiene al senegalés de los videos mudos como el cuarto tiktoker más popular en el mundo, aunque él dice que no se siente famoso.
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Efe/Redacción

En apenas mes y medio, Khaby Lame ha ganado más de 60 millones de seguidores en TikTok y su perfil se ha convertido en el cuarto más popular en la red social, pero "aún" no se siente "famoso": la sencillez no solo es la base de sus vídeos mudos, sino también de su forma de pensar y de expresarse.

"Sinceramente, aún no me siento famoso. Soy solo alguien que publica vídeos en TikTok. No le doy mucha importancia a esto", cuenta a Efe en una entrevista por videollamada desde la casa de su representante en Milán.

Asegura que el éxito le llegó por sorpresa, pero en estas pocas semanas de salto exponencial a la fama Lame (Dakar, 2000) ya se armó de un "equipo" que le gestiona la contabilidad y le da ideas para sus futuros vídeos, que duran solo unos segundos.

En ellos reacciona a trucos absurdos que circulan por internet, aportando soluciones mucho más simples para resolver los problemas, valiéndose de su expresividad, pero sin usar una sola palabra, clave de su éxito en todo el mundo.

Italiano no italiano

En el instante en el que se publican estas líneas, Lame suma 61,4 millones de seguidores y 818,7 millones de me gusta en TikTok, pero cada minuto que pasa su "comunidad" aumenta.

Son cifras equiparables, por ejemplo, a los habitantes de Italia, país al que llegó con un año, pero del que todavía, tras toda una vida, no tiene la nacionalidad: el "italiano más seguido del mundo", como lo mencionan todos los medios, no es italiano.

"Pedí la nacionalidad y la estoy esperando. Ya la solicité una vez, pero pasó demasiado tiempo hasta que conseguí todos los documentos, y no me la pudieron aceptar. No es que haya que ser famoso para ser ciudadano italiano, sino que ahora sé cómo gestionar las peticiones y quizá sea más fácil", argumenta Lame, sin perder el "orgullo" de haber nacido en Senegal.

En apenas "cuarenta días" -lleva la cuenta precisa-, ha pasado de grabar vídeos para entretenerse desde su habitación en Chivasso (una pequeña ciudad en la provincia de Turín) y de ser un perfecto desconocido a alcanzar ayer la cuarta posición de la tabla mundial de los perfiles con más seguidores en la red social china, por encima de personajes a los que admira, como el actor estadounidense Will Smith.

"Estoy muy contento y orgulloso por haber superado a mi ídolo, al que sigo desde niño. Es lo máximo", expresa.

Lame querría emularlo y poder dar el salto del celular a la pequeña o la gran pantalla: "Me gustaría pasar al cine, ojalá pudiera empezar a hacer películas cómicas o series de televisión como las de Netflix. No quedarme solo en TikTok, sino abrirme mucho más", anhela.

Por aburrimiento

En vista del fenómeno, el propio perfil de TikTok se ha rendido a sus pies públicamente.

Lame le regaló un vídeo alertando en clave de humor de que ya lo había superado en número de seguidores, usando el hashtag #AprendedDeKhaby, a lo que la red social contestó: "Esta es tu aplicación. Nosotros solo estamos haciendo 'scroll' (deslizando hacia abajo para ver las publicaciones) en ella".

"Fue emocionante también recibir un comentario de (Mark) Zuckerberg", el creador de Facebook, que le dio su aprobación en forma de emoticón con el pulgar levantado en un vídeo en Instagram.

La experiencia de "tiktoker" del joven empezó cuando lo despidieron de su trabajo en un taller mecánico durante el confinamiento de marzo de 2020. En ese momento, por aburrimiento y sin "nada que hacer", decidió crearse una cuenta en TikTok, plataforma en la que "nunca" había entrado y "no sabía ni siquiera qué era".

Antes ya había grabado "cositas simples, pequeños 'sketches' con un amigo", pero no pasaban de los "cien suscriptores en YouTube", ríe.

Sin embargo, no fue hasta abril de este año cuando los seguidores empezaron a crecer exponencialmente, a uno o dos millones diarios de media, impulsados por el algoritmo de la red social.

Los videos de Lame muestran la lógica frente a complicaciones absurdas, pretenden "simplificar las cosas de manera divertida, siempre sin buscar ofender a nadie".

En los más virales, el "tiktoker" lleva a cabo actos cotidianos, como pelar un plátano o beber un vaso de agua, de la forma en la que cualquiera lo haría sin pensarlo.

Es su modo de reaccionar a un sinfín de videos sin sentido que circulan por internet y proponen soluciones alternativas -y cómicas por absurdas- a acciones mucho más simples y automáticas.

La sencillez es su "filosofía de vida", asegura, en un mundo que quizá tiende a complicarse demasiado.

2020 fue el año en el que este joven fue despedido de un taller mecánico en Italia. Ese episodio fue clave en su llegada a la red social.