En las últimas décadas, el discurso medioambientalista ha calado hondo en la discusión mundial. Nadie duda que los efectos nocivos que la acción del hombre está ejerciendo sobre el planeta pueden llevarlo incluso a una situación extrema de poner en peligro la vida humana y de otras especies.

Diferentes estudios dan cuenta del deterioro que ha ocurrido en el último siglo. El aumento de gases de efecto invernadero y el aumento de las temperaturas son una bomba de tiempo que amenaza con el derretimiento de los casquetes polares y con ello, un enorme riesgo sobre países y zonas costeras densamente pobladas. Informes de la ONU y otros organismos han insistido en los efectos que ya comienzan a sentirse, como es el caso del cambio climático.

En nuestro país, se han dado pasos importantes con el fin de mitigar los daños que se producen a la naturaleza, como la ley que eliminó la entrega de bolsas plásticas en las tiendas y supermercados, ya que muchas de ellas terminaban en los ríos o en el mar. O el programa acordado en 2019 para la descarbonización en dos etapas de la matriz energética, de manera que ya se ha iniciado el cierre de plantas termoeléctricas a carbón.

La adopción del programa de reciclaje por parte de los países industrializados fue el resultado de la preocupación ciudadana respecto a la acumulación de desechos, el deterioro de los recursos naturales y la salud pública, y el interés gubernamental sobre la crisis ambiental planetaria.

Hoy como nunca, nuestro planeta está sometido a cambios y desafíos de enorme magnitud, los que son causados por el hombre. El calentamiento global que hemos generado es la mejor prueba de ello. Se han adoptado muchas regulaciones, que tal vez no sean suficientes, pero también es cierto que se ha ido formando conciencia de que debemos cambiar nuestro comportamiento y visión respecto a nuestro entorno. Los efectos del cambio climático ya están en marcha y solo nosotros podemos evitar un colapso aún mayor del medioambiente.

En nuestro país camina con paso firme la falacia conocida como "populismo" asentado tanto en la izquierda al igual que en la extrema derecha y ante ello debemos prepararnos para un firme combate.

Esta presencia se nos aparece en un muy crítico momento en el cual toda la clase política enfrenta un desprestigio masivo y en cuya composición aparecen curiosos personajes que sostienen no pertenecer a ella ni al establishment y que solo ellos se sensibilizan sinceramente por el sufrimiento de los sectores más débiles y por ende tienen la exclusividad de soluciones.

No se puede discutir que hoy como nunca en toda nuestra historia política las condiciones para implantar el populismo se están dando a su favor. Los chilenos están desencantados en variados polos: personajes políticos, partidos políticos, algunas empresas y empresarios que se coluden vergonzosamente, algunas autoridades uniformadas, judiciales y para qué hablar de religiosas.

Entonces enfrentamos un panorama peligroso con resultados inimaginables en donde pueden aparecer personajes que ya los vemos que, utilizando cierta popularidad farandulera, pueden posicionarse en cargos de alta investidura nacional. Se han hecho elecciones de constituyentes y 31 de 57 sostienen ahora que se deben cambiar procesos que estaban establecidos cuando se postularon.

Cientistas internacionales han concluido que no importa cuán próspera, moderna o igualitaria sea una nación si los que se ofrecen como conductores se desprestigian o se corrompen. El populismo no es otra cosa que la política irresponsable y de personeros que no titubean en sacrificar el futuro de una sociedad por un presente efímero.

El populismo es de larga data aunque nunca alcanzó la magnitud que ostenta hoy en el mundo y en lo particular en Chile. Estudiosos señalan con preocupación que una de las dificultades mayores para combatirlo es que apela a los instintos más acendrados en los seres humanos, al espíritu tribal, la desconfianza y el miedo en el otro, al que es de raza, lengua o religión distinta, la xenofobia, el patriotismo, la ignorancia. Es por eso que prende rápidamente en sociedades que experimentan crisis o situaciones imprevistas. Se puede argumentar que el populismo es una degeneración de la democracia y que puede acabar con ella desde su interior.

A recordar que en nuestro país no hace mucho tiempo se recomendó usar "una retroexcavadora" para fundar un nuevo Chile desde sus más profundas raíces y con ello destruir la institucionalidad burguesa reemplazándola por otras más revolucionarias y en este preciso momento un precandidato presidencial sostiene que "la propiedad privada" debe dejar de ser un dogma y que ella debe estar al servicio de los intereses de la nación.

Roberto Muñoz Barra,

exsenador, presidente Instituto

Estudios Públicos Social Demócrata

Avanza a paso decidido la construcción de puentes y alcantarillas en los caminos que unen diversas localidades alejadas en la Novena Región, trabajos que se iniciaron en año pasado con una inversión de 7 millones de dólares. Se informó que en total son 27 puentes: 20 en la provincia de Cautín y 7 en Malleco.

Proteger cascos históricos, prioridades de las ciudades

La protección de los cascos históricos debe tornarse en prioridad de las agendas de las ciudades, señalaron dirigentes vecinales de Temuco, quienes han sido testigos de cómo los avances urbanos muchas veces significan sacrificar estructuras que formaban parte de la urbe antigua. Avanzar en armonía, es la consigna de los dirigentes.

324 funcionarios de Salud contagiados con covid-19

Un total de 324 funcionarios de la Salud se encuentran contagiados con covid-19, incluyendo en esta lista a trabajadores del Servicio de Salud, atención primaria, clínicas privadas y de la Seremi.

Un tercio de las personas infectadas se habría contagiado al interior de sus espacios laborales, informaron desde la Fenats regional.