Incendios forestales
En la presente temporada hubo 7.091 siniestros, contra 8.112 del período anterior, lo que representa una baja de 13%. Las regiones del Biobío y La Araucanía concentran un alto porcentaje de esos fuegos provocados.
La Corporación Nacional Forestal (Conaf) y la Corporación de la Madera (Corma), que representan los sectores público y privado, respectivamente, han realizado una evaluación positiva de la temporada de incendios del período 2020-2021, ya que hubo una disminución tanto en el número de siniestros de bosques como en la superficie afectada.
En la presente temporada hubo 7.091 siniestros, contra 8.112 del período anterior, lo que representa una baja de 13%, mientras que la superficie afectada este año fue 35.213 hectáreas, un 66% inferior a las 102.241 hectáreas del período pasado. No obstante, una de las preocupaciones manifestada por las autoridades fue la alta intencionalidad registrada en los incendios, al llegar durante este último período a un 41%. Las regiones del Biobío y La Araucanía concentran un alto porcentaje de esos fuegos provocados, por lo cual se reforzaron los equipos regionales de Conaf para apoyar las investigaciones del Ministerio Público, de la PDI y Carabineros.
Conaf y Corma acordaron que en estos meses algunos equipos de prevención de incendios forestales estarán en terreno, trabajando con los municipios y con las comunidades en medidas de disminución de riesgos, como la construcción de más cortafuegos, y coordinando actividades con el Ministerio de Obras Públicas.
Para las autoridades es preocupante constatar cómo ha aumentado la cantidad de incendios intencionales de bosques y pastizales, ya que en promedio cada año más del 40% del fuego es provocado. Tan importante como el equipamiento de que se dispone para cada temporada, fue la capacitación del personal de combate y de la ciudadanía. Asimismo, se identificaron los puntos más críticos, donde las viviendas se encuentran muy cercanas a los bosques, y se tomaron medidas preventivas. Como parte de ello, se impulsó la creación de brigadas comunitarias preventivas, para que los pobladores supieran qué hacer en caso de que el fuego forestal amenazara sus casas. La colaboración y el compromiso de la comunidad en la prevención de estos incendios también ayudaron para que estas cifras se mantuvieran controladas.