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A diez años de la muestra de Guayasamín en Temuco

CINCO DECADAS DEL NOBEL. En estos días en que además se recuerda el natalicio de Pablo Neruda, rescatamos la historia de la foto que sirvió de modelo para el famoso retrato del poeta. Todo ello en el marco de los 40 años de la Ufro.
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Cuando se cree que poco o nada más queda por escudriñar en la vida y obra de los grandes hombres, surgen curiosos detalles que pueden ser protagonistas de otros hechos tanto o más interesantes que todos los anteriores contados repetidamente.

Una de estas historias recientemente armada a pedacitos con recuerdos y casualidades, tiene como protagonistas al Premio Nobel Pablo Neruda, con motivo de recordar cincuenta años de las famosas Jornadas Nerudianas realizadas en Temuco, y al pintor ecuatoriano Oswaldo Guayasamín, cuya obra hace diez años estuvo presente en Temuco por gestión de la Universidad de La Frontera, entidad académica que en estos tiempos de pandemia recuerda los cuarenta años de su creación.

HACE MEDIO SIGLO

Apenas asignado en octubre de 1971 el Premio Nobel de Literatura al poeta Pablo Neruda, se puso en movimiento en Chile toda una maquinaria de marketing y publicidad para dar a conocer la buena nueva y preparar la recepción del galardonado, que se produciría en enero de 1973.

Desde ese momento comenzó la reedición de sus libros y discos con su voz, además de reportajes, entrevistas y actos culturales para dar a conocer su vida y su obra. Era entonces todo un personaje -polémico además por la turbulencia social de aquella época- al que la Editorial Quimantú estimó necesario dedicar un afiche a gran tamaño, solicitado nada menos que al ya consagrado pintor ecuatoriano Oswaldo Guayasamín. Sólo faltaba una fotografía reciente del vate que sirviera de modelo.

No costó mucho entonces contactar al "fotógrafo de los poetas", Jorge Aravena Llanca, amigo personal de Neruda que el año anterior lo había acompañado al homenaje que le rindiera Temuco a través de quince días de actividades que se denominó "Jornadas Nerudianas", celebradas en noviembre de 1970.

Durante esa estadía en Temuco, Aravena registró el memorable acontecimiento en casi un millar de imágenes que hoy son propiedad de la Universidad de La Frontera. Entre ellas, pasando casi inadvertida, está la fotografía de una reunión que Neruda sostuvo con los organizadores del evento el día 10 de noviembre de aquel año.

DESCUBRIMIENTO EN BIELEFIELD

Esa foto, perdida entre el millar, fue la que el ojo agudo de un escritor chileno avecindado en Alemania (Bielefield), Enrique Robertson, enviada por el autor de esta nota desde Chile, descubrió como la imagen que guió la mano de Guayasamín para pintar el retrato original que permaneció en poder de la editorial y que hoy se encuentra desaparecido.

El caso es que el propio fotógrafo ya le había perdido el rastro a aquella foto y admitió que sí, que aquella era la que personalmente entregó al pintor ecuatoriano. "Yo tomé aquella foto de Neruda en una de las reuniones en Temuco, la misma que más tarde entregué personalmente a Guayasamín para que hiciera una pintura por encargo de la Editorial Quimantú. Pero de aquella foto y de la tarea del pintor no supe nunca más", aseguraba.

ALMUERZO DESPEDIDA

La imagen en cuestión corresponde a una invitación de agradecimiento formulada el jueves 10 de diciembre por Neruda a un reducido grupo de amigos en el Hotel Aitué de Temuco, horas antes de tomar el vuelo LAN (17.30 horas) que lo llevaría de vuelta a Santiago. Al almuerzo asistieron Jorge Teillier; el profesor Osvaldo Obregón, el poeta Jaime Concha, su esposa Matilde Urrutia y el fotógrafo Jorge Aravena.

Con ocasión de celebrar medio siglo de este memorable encuentro literario en Temuco, en diciembre pasado echamos mano nuevamente a esas imágenes para hacer recuerdos en El Austral de Temuco y publicar un par de reportajes,

Este material le fue enviado al conocido investigador nerudiano Enrique Robertson, quien constató que entre esas imágenes estaba aquella que Aravena entregó a Guayasamín para el famoso retrato. El éxito de esta investigación del Doctor Robertson se suma a la que en 2008 concluyó con el origen del nombre Pablo Neruda.

Aunque su intuición le aseguraba totalmente que aquella era la imagen en cuestión, Robertson se la reenvió a Aravena para su confirmación, respondiendo éste que era, efectivamente, la foto que creía extraviada tanto tiempo.

GUAYASAMIN EN LA UFRO

Ya con el misterio de la foto aclarado, recordamos en estos días la casi olvidada presencia de Oswaldo Guayasamín (1919-1999) en la ciudad de Temuco a través de una exposición montada hace diez años por la Universidad de La Frontera, en las salas de la actual Dirección de Vinculación con el Medio de la Ufro, en calle Arturo Prat.

Uno de los gestores de la muestra, Luis Abarzúa, coordinador de cultura de Vinculación con el Medio de la Facultad de Educación, recuerda la gestión para lograr traer parte de la exposición que se presentaba en Santiago, a Temuco. "Tuve la suerte de conocer la obra del pintor a través de su hijo Pablo, presidente de la Fundación Guayasamín, quien hace diez años trajo a Chile una de las colecciones más importantes de su padre, con obras originales, oleos en gran formato y acuarelas que fueron expuestas en el Centro Cultural La Moneda".

Fue entonces, agrega Abarzúa, cuando se tomó la decisión de traer parte de esa exposición a Temuco, ya que la Fundación quería descentralizar las obras del pintor. "Con el apoyo del Gobierno Regional de La Araucanía y otras entidades se ayudó a financiar este montaje en la sala de Prat 321".

CONVENIO VIGENTE

Tal acontecimiento fue el inicio de un convenio de colaboración entre la Ufro y la Fundación Guayasamín, al que se sumó la Municipalidad de Lautaro que coincidió entonces con la inauguración de su flamante Centro Cultural.

"Se firmó este convenio tripartito que consistía en que todos los estudiantes vinculados con la universidad y que sintieran motivación por el arte pudieran visitar la Fundación Guayasamín en Ecuador, conocer los talleres del pintor, sus obras, además de otros centros culturales en Quito. El vínculo está vigente y fue reconfirmado por Pablo Guayasamín en una visita a Chile meses ante que se declarase la pandemia".

"La reactivación de este convenio es el gran tema pendiente para que nuestros jóvenes talentos o artistas consagrados de la región puedan ir y conocer la obra. Para ello, superada esta pandemia, deberemos reanudar los vínculos para ponerlos de una vez a disposición de nuestros académicos y estudiantes, que están tan vigentes como hace diez años…".