Varias comunas del país ya viven su primer día en Fase 3 o de preparación del Plan Paso a Paso. Se trata de una medida esperada por muchos y justificada en las cifras que muestran un significativo descenso de los casos activos de covid-19 a nivel local, así como una menor circulación viral, que se refleja en la menor cifra de positividad a los exámenes para detectar el coronavirus.

El avance en el Plan significa un alivio inicial para cientos de pequeños empresarios de rubros como el comercio y la gastronomía, que han sido unos de los principales afectados por los extensos confinamientos adoptados como estrategia para hacer frente a la propagación de la enfermedad.

De ello se desprende la satisfacción con que representantes de estas áreas han tomado tanto la desescalada como los anuncios de nuevas disposiciones en torno a aspectos como el aforo y permisos de funcionamiento en las distintas etapas del Plan.

También implica un importante "respiro" y alivio para los habitantes de la zona, que tendrán mayores libertades para poder desplazarse.

Así, por ejemplo, se definió que para las determinaciones de avances y retrocesos, se redefinirán las unidades territoriales y se tendrán en cuenta divisiones provinciales o de amplias agrupaciones de comunas, de acuerdo a las características regionales y su movilidad.

Adicionalmente, para el caso de la definición de un horario menos extendido del toque de queda, esta medida tendrá una aplicación distinta entre regiones, en virtud de dos indicadores centrales: que la región tenga al menos el 80% de su población adulta vacunada con el esquema completo y que la tasa de contagios activos sea menor a 150 por cada 100 mil habitantes.

Evidentemente, tal como lo reiteran autoridades y expertos, todo este proceso no puede significar en lo más mínimo dejar de cumplir con las medidas sanitarias ya conocidas, como el adecuado uso de mascarillas certificadas, el lavado de manos y la distancia física que corresponda, con el fin de reducir el riesgo de contagios.

Carabineros de Chile es un órgano del Estado que fue creado para defender la Patria, resguardando y protegiendo a toda la ciudadanía. Esa función le es entregada por la Constitución y las leyes.

Sin embargo, a pesar de esa alta calificación, la realidad demuestra que las policías están en inferioridad de fuerzas para aplacar los ataques de guerrillas armadas y organizadas, que actúan impunemente en las zonas rurales de La Araucanía y del Biobío.

Lo sucedido en el enfrentamiento contra terroristas en Carahue, así como las imágenes del velorio del activista Pablo Marchant, dan cuenta del alto poder de fuego que tienen estos grupos terroristas, que vulneran permanentemente los derechos básicos de cualquier ciudadano como es la libertad para transitar, vivir, y trabajar en el lugar que elija.

Es urgente canalizar recursos en equipamiento e inteligencia acordes a esta gravísima situación, para que Carabineros pueda actuar con eficacia e imponerse sobre grupos paramilitares y que hoy nos amenazan y no dudan en mostrar en forma agresiva su poder de fuego. Por otra parte, y como se puede observar en varios puntos de la Región, hay lugares donde no se cuenta con móviles para la sola cobertura territorial, y los que existen se encuentran muy deteriorados por el intenso uso al que son sometidos para cumplir sus funciones.

Cuando la autoridad recurre a Carabineros para intervenir, debe lograr su cometido. Cuando el delincuente lanza una piedra, o un terrorista dispara con armamento de guerra, Carabineros debe enfrentarlos con recursos y fuerzas superiores y con el respaldo absoluto de la autoridad, pues no hay otro camino para restablecer el orden y resguardar los derechos de los chilenos.

Carabineros es la fuerza pública que debe defendernos a los ciudadanos y a las instituciones de delincuentes, terroristas, y narcotraficantes. Por eso, no es aceptable considerarlos un órgano enemigo de la democracia y de la sociedad civil, no se puede desvirtuar el accionar legítimo de esta institución y sus funcionarios, ni menos hacerlos responsables de conflictos sociales o políticos.

Los habitantes de La Araucanía deseamos vivir en paz, y respaldamos que el Estado de Chile es el único órgano que tiene la fuerza legítima de las armas, para ejercer y hacer valer el Estado de Derecho, el cual debe imperar en todo el territorio nacional, sin excepción.