"Es necesario poner atención cuando el deportista empieza a rechazar su deporte"
Simone Biles llegó a los Juegos Olímpicos como una de las llamadas a ser figura consular en Tokio. Sin embargo, la gimnasta estadounidense se retiró de la competencia para centrarse en su salud mental.
"Estoy luchando con mis propios demonios", expresó la gimnasta al dar a conocer el estrés que le afecta y que le impide competir a su nivel.
La valentía que tuvo Simone Biles para hacer visibles sus problemas puso el tapete un tema que afecta con más frecuencia de lo que se cree a los deportistas de alto rendimiento. Así lo plantea Ronald Velásquez, sicólogo deportivo del Centro Nous Rendimiento Mental y Deportivo.
"Estos casos son bastante más frecuentes de lo que se piensa. Lo que pasa es que muchas veces no salen a la luz", dice Velásquez, que además es académico de la Universidad Autónoma de Chile.
-¿Cómo se debe manejar la presión en el deporte de alto rendimiento?
-Es un arma de doble filo. Hay creencias dogmáticas y que dicen que el deportista de alto rendimiento está acostumbrado al esfuerzo y que mientras más difícil es el objetivo, más cómodo se siente. Las personas no logran entender que ser deportista de alto rendimiento es un trabajo. Ahí tenemos a Humberto Mansilla y Gabriel Kehr, que son grandes deportistas de la Región y que pasan por distintos estados anímicos, al igual que todas las personas. Los deportistas tienen emociones y en el medio muchas veces expresar esas emociones es una razón para minimizarlos. Si una persona se siente mal en su trabajo pide licencia. En cambio, el deportista si se siente desmotivado de inmediato es mal mirado. En el alto rendimiento se trabaja bajo presión. El problema es cuando esa presión supera al deportista.
Presión acrecentada
-En el caso del deporte chileno la presión se acrecienta porque si el deportista no revalida sus triunfos pierde su beca...
-La política deportiva en Chile dice: "si me traes una medalla, te doy apoyo". Ahí hay un tema cultural, político y de aceptar que el deporte es un trabajo. No es posible entrenar cuatro años, no tener después el resultado esperado en la competencia y perder la beca por esa situación.
-¿En su labor profesional se ha encontrado con casos similares a los de Simone Biles?
-En mi experiencia me ha tocado ver varias cosas, como la alteración de la salud mental del deportista, el estrés y los ataques de pánico. Hay deportistas que están chatos del deporte y que quieren sacarse el peso de ser deportistas.
-¿Hay personalidades que están hechas para el alto rendimiento y otras no?
- Yo creo que hay deportistas que tienen un apego seguro con sus entrenadores y que después son capaces de desarrollarse por sí solos. También hay otros que necesitan de la aprobación de su entrenador y que son muy dependientes de la relación con su técnico.
¿Cuándo se traspasa la barrera de lo normal y es necesario buscar apoyo para el deportista?
-El deportista debiera tener un acompañamiento permanente y un entrenamiento mental constante. Ahora, sabiendo que eso no siempre ocurre, es necesario poner atención cuando el deportista empieza a rechazar su deporte, su entrenamiento y tiene síntomas de depresión. El deportista está entendiendo que necesita apoyo sicológico y los que no están entendiendo eso son los clubes y las federaciones.
-Hay entrenadores que dicen que son el mejor sicólogo de sus deportistas. ¿Cómo toma esa apreciación?
-Los deportistas están tomando conciencia de la importancia de la sicología aplicada al deporte, mientras que los entrenadores de la vieja escuela siguen hablando que son el primer sicólogo y el primer nutricionista.
Martilleros
-Humberto Mansilla y Gabriel Kehr competirán el domingo en las clasificaciones de los Juegos Olímpicos con la presión de sacar boletos para la final. ¿Los ve preparados para cargar esa mochila?
-Al "Beto" (Humberto Mansilla) y al "Tuti" (Gabriel Kehr) los conozco desde que eran chicos y fui parte de sus preparaciones. A Mario Saldías (entrenador de los martilleros) siempre le dije que ellos tienen el perfil de deportistas olímpicos. Ambos están capacitados para trabajar bajo presión, para manejar las variantes ambientales y tienen una gran comunicación con su entrenador, que es casi paternalista, y eso les permite canalizar sus emociones. Los dos están preparados para competir a nivel olímpico.
-En estos días, hinchas han criticado el desempeño de los deportistas nacionales en Tokio, incluyendo a la selección femenina integrada por Yanara Aedo. En sus comentarios sostienen que solo viajaron a pasear a los Juegos Olímpicos. ¿Cómo digiere el deportista cuestionamientos de ese tipo?
- Sin duda que es una crítica fuera de lugar. Primero hay que valorar que para estar en Japón hay que sortear muchas barreras. Hay un proceso de formación y hay que considerar que en los juegos olímpicos uno se mide con los mejores a nivel mundial. Esas críticas hay que entenderlas tomando en cuenta que vienen de la pasión del hincha y analizarlas en su contexto.
"Hay creencias dogmáticas y que dicen que el deportista de alto rendimiento está acostumbrado al esfuerzo y que mientras más difícil es el objetivo, más cómodo se siente". "Los deportistas tienen emociones y en el medio muchas veces expresar esas emociones es una razón para minimizarlos".
3 virtudes destaca Ronald Velásquez en Gabriel Kehr y Humberto Mansilla: resistencia a la presión, manejo de variantes ambientales y buena comunicación con su técnico.