El Austral

El retiro de la cuádruple campeona olímpica Simone Biles de sus dos primeras finales en la gimnasia de los Juegos Olímpicos de Tokio generó una ola de apoyo.

La especialista estadounidense aludió a problemas de salud mental para no completar la final por equipos y no presentarse en el all around de ayer. "Ya no confío en mí misma", afirmó tras abandonar las competencias, lo que en general causó muestras de comprensión y respaldo por privilegiar su bienestar.

Sin embargo, han surgido voces disidentes que critican a la atleta por no ser capaz de resistir la presión, algo habitual en el deporte de alto rendimiento. Entre ellos está el tenista número uno del mundo, Novak Djokovic.

Ayer, tras alcanzar la semifinal del tenis con su triunfo por 6-2 y 6-0 sobre el japonés Kei Nishikori, el serbio afirmó que "la presión es un privilegio. Sin ella no hay deporte profesional".

"Para esperar llegar a la cima de un deporte, tienes que aprender a gestionar la presión", insistió Djokovic, quien busca la medalla de oro para hacer historia en el deporte mundial: ganar cuatro Grand Slams y ser campeón olímpico en la misma temporada.

"No voy a decir que soy capaz de aislarme de todo el ruido mediático que existe en torno a mí y mis opciones de ganar en este evento olímpico, pero con el tiempo he aprendido a desarrollar mecanismos de gestión emocional que me permiten ver todo eso como algo positivo y no como algo que puede destruirme", sentenció.

Biles agradece apoyo

Ajena a estas palabras, Simone Biles agradeció el cariño recibido desde que anunció su retiro de, hasta ahora, dos finales de los Juegos de Tokio.

"El torrente de amor y de apoyo que he recibido me ha hecho darme cuenta de que soy más que mis resultados y mi gimnasia, lo que nunca creí antes de verdad", expresó a través de sus redes sociales, mensaje que se viralizó de forma inmediata y fue respondido con nuevas muestras de respaldo.

Oro para Sunisa Lee

Ayer la multicampeona estuvo presente en las finales del all around femenino, pero solo como público.

Desde la tribuna vio y aplaudió la coronación de su amiga Sunisa Lee, parte del equipo estadounidense, como su sucesora en el oro olímpico para la gimnasta más completa.

Con 18 años, Lee se coronó con solo 135 milésimas de ventaja sobre la brasileña Rebeca Andrade, primera mujer medallista olímpica de la historia de su país y de toda Iberoamérica en la gimnasia (ver recuadro).

La estadounidense ganó con 57,433 puntos, sobre los 57,298 de Andrade y los 57,199 de la rusa Angelina Melnikova.