Correo
Fase 4
¡La vacuna como ya se ha dicho mil veces no nos salva de los contagios! Esto es muy preocupante aún más sabiendo que no todas las personas cumplen con los protocolos implementados por el Ministerio de Salud.
Ahora sería importante que las entidades tanto públicas como privadas tomen serias cartas en el asunto tomándoles cada cierto tiempo el PCR a sus empleados ya que están en constante contacto con público.
Llamo a las autoridades pertinentes a no bajar los brazos ante este gran "bicho" que lamentablemente ha cobrado miles de vidas.
Sandra Fernández
Fracaso estadounidense
El paralelo histórico con la caída de Saigón en abril de 1975 ensombrece el ánimo estadounidense. Afganistán ha sido la guerra más larga en su historia (2001-2021) y el 47% de los adultos estadounidenses considera que fue un error, de acuerdo a datos recientes de Gallup.
Frente al avance relámpago talibán -sobretodo tras la captura de Kandahar, la segunda ciudad más grande y cuna del movimiento islámico, así como de Jalalabad-, una frenética carrera persiste por abandonar el país. En paralelo, masivas deserciones llevaron a las fuerzas armadas afganas al colapso y la embajada estadounidense ya está quemando sus documentos y evacuando a su personal.
¿Cómo podrá consolarse a las familias estadounidenses que perdieron a sus seres queridos en un conflicto que no relevaba ningún interés vital para la seguridad nacional del gigante norteamericano?
En la práctica, estos hechos demuestran la futilidad de una política exterior basada en la "hegemonía liberal", esto es, la voluntad de diseminar la democracia y los valores liberales en todos los rincones del planeta a punta de ingeniería social e inyección de dólares. Afganistán ha demostrado como costosos conflictos han debilitado la influencia de Estados Unidos en el mundo y cómo una política exterior descuidada, aparte de debilitar su posición estratégica, ha dejado un reguero de viudas y huérfanos, y un ignominioso fracaso.
Camilo Barría-Rodríguez
Calentamiento global y nuestra vida cotidiana
Hoy el tema del calentamiento global es lamentablemente una realidad que observamos y sentimos todos, ha sido recientemente expuesta por la ONU donde informa lo dramático que son las cifras para desgracia del medio ambiente. Incendios, inundaciones, temperaturas que bordean los 50° y sequías son las expresiones explícitas que observamos en nuestra tierra. A nivel local observamos con estupor la falta de lluvias en invierno, donde el déficit mostrado por los registros especializados llega a cifras sobre 70% en algunas regiones.
Los entendidos dicen, y a la luz de lo que observamos en nuestro día a día, que queda una pequeña ventana todavía para mitigar los nocivos efectos del cambio climático. Pero eso es hoy, urgente, ya no mañana, sin embargo, no veo esa urgencia en acciones. Mucha noticia, muchas redes sociales hablando del tema, que de por sí es un avance al respecto, pero creo que necesitamos más acción, acción inmediata ahora que todavía, favorablemente, tenemos esa ventana de tiempo para reaccionar antes que lleguemos a la inexistencia de agua, a temperaturas sobre 60°. Quizá, a pesar de la evidencia del cambio climático, no logramos dimensionar en nuestra rutina los efectos de ella. Cuando nos dicen los expertos que la tierra subió la temperatura 1,5%, parece poco… una forma concreta, para darnos cuenta lo dramático que significa ese aumento de temperatura en la tierra es pensar: 0° es hielo, 1° es agua.
Debemos cambiar radicalmente nuestros hábitos de vida; quizá pensemos que lo que haga individualmente es marginal, pero sí es necesario porque si todos pensamos así nadie hace nada por evitar o reducir los efectos negativos del cambio climático.
Me gustaría ver a todos los actores del sistema tierra actuando, entiéndase autoridades nacionales y locales, universidades, comunidades e individuos.
Acciones prácticas que cada individuo puede hacer son plantar árboles nativos, captura de aguas lluvias para riego, restaurar ecosistemas locales, reducir el consumo de agua en nuestra vida diaria, aportar ideas.
La tarea mayor, obviamente, la tienen las grandes empresas que, creo, deben tomar decisiones mirando el bien común a la luz de la cruda e insoslayable realidad con una visión de verdadero largo plazo y no el mezquino beneficio cortoplacista, también el Estado.
Luis Toro
Diferencia entre el Titanic y el Barça
La dramática descripción de la situación financiera del club Barcelona que hace su presidente hace compararla con el hundimiento del Titanic. Todo cruje, las millonarias deudas, todo mal, es la ruina, se vive el colapso, la única gran diferencia, entre ambos desastres, es que el capitán Edward Smith se hundió con el Titanic en el año 1912, mientras que el capitán del "Barça", hoy está absolutamente "embarcado", en otro transatlántico, el PSG.
Luis Enrique Soler Milla