Hacia una real inclusión
Se han dado pasos importantes en La Araucanía en la inclusión de las personas con problemas de movilidad, pero aún falta mucho por avanzar. Es importante en este sentido, la labor que ejerza el Estado, incentivando la modernización del transporte público.
La Araucanía ha dado importantes pasos en la implementación de medidas que ayuden a la movilidad de personas con problemas de desplazamiento, pero aún falta mucho por hacer para lograr construir ciudades realmente amigables con quienes tienen habilidades diferenciadas. Los esfuerzos están y van en la dirección correcta -aunque no con la celeridad necesaria- ya que casi la totalidad de los edificios públicos y una parte importante de los privados cuenta con rampas especiales que posibilitan a una persona en silla de ruedas acceder por sí sola. El problema radica, hasta ahora, en el transporte público.
Si bien por la Región ya circulan algunas máquinas de la locomoción colectiva mayor que cuentan con medidas especiales que las hacen más amigables con quienes tienen problemas de movilidad, la verdad, aún falta para lograr una real inclusión que permita a todos los usuarios del transporte público, independiente de sus capacidades y habilidades físicas, acceder de forma eficiente a este servicio.
Es importante en esta tarea el apoyo del Estado, incentivando la implementación de estos modernos sistemas que permitirán -en el mediano plazo- transformar a La Araucanía en una región con acceso universal al transporte público.
Se trata de una tarea en extremo necesaria, toda vez que acceder a un sistema de transporte público expedito y eficiente es un derecho de todos los ciudadanos, independiente de sus capacidades. Por ello, es de esperar que se logren avances más significativos en esa dirección, ya que un transporte público moderno e inclusivo no solo traerá beneficios a quienes presentan problemas de desplazamiento, sino que a toda la ciudadanía, pues en la medida que la locomoción colectiva se modernice la gente preferirá este servicio por sobre los vehículos particulares, ayudando con ello a descomprimir las calles y, de paso, a mejorar la calidad de vida de todos quienes residen en la Región.