Viendo un video de esos que llegan por las redes sociales en el cual un doctor argentino, invitado al programa almuerzo de Mirtha Legrand, destacaba los notables logros en materia de desnutrición infantil de Chile por parte del Dr. Fernando Mönckeberg, en comparación con lo que sucede en este tema en la Argentina, me incentivó a releer y repasar su formidable libro "Contra viento y marea, hasta erradicar la desnutrición". En el que expone la experiencia qué permitió a Chile alcanzar estándares de país desarrollado en materia de la desnutrición de sus niños, cuando en la década del 50/60 "aparecía bochornosamente retrasado".
Me volvió a emocionar esa parte en que relata una anécdota de 1958 cuando una auxiliar de enfermería, en cuya sala a cargo los niños evolucionaban mejor, le enseñara, "lo necesaria que es la estimulación temprana". El y los doctores habían instruido dejar a los desnutridos más graves en sus cunas y ella, contraviniendo las ordenes, le relata que saca a los niños de su cuna, "los tomo en brazos, los llamo por su nombre, los meció y les canto, al igual que lo que hacía mi mamá cuando yo era guagua". Así a partir de esa experiencia expresa el doctor: "comenzamos a entender cómo lo factores provenientes del medio ambiente podían modificar la genética". Donde tanto o más importante que ésta "son los factores externos emocionales, los que actuando sobre los genes modelan el desarrollo cerebral y, por lo tanto, la personalidad de cada uno durante los primeros períodos de la vida".
Asimismo, su gestión de convencimiento con el mundo político para obtener el apoyo y recursos para poder implementar los programas y políticas es otro aspecto de gran interés, en especial, en estos tiempos electorales que vive el país, cuando relata con crudeza que "nos convencimos de que, en condiciones de subdesarrollo, difícilmente los gobernantes tienen la posibilidad de programar el futuro, dado que la contingencia política y la lucha por el poder los abruma. Los políticos necesitan contar con resultados a corto plazo, porque esos son los que pueden otorgar el favor de sus electores, ya sea para mantenerse en el poder o para alcanzarlo. Por lo mismo, generalmente se postergan los grandes problemas de la sociedad, cuya solución requiere de tiempo e ingentes recursos. Prevalecen, en cambio, las soluciones simplistas, inmediatas y parciales que, por definición, no conducen a los resultados esperados. Por otra parte, frecuentemente sucede que cuando hay alternancia en el poder, abundan las críticas para el gobierno que termina y se promete con un recomenzar todo de nuevo. Se llega a nuevas intervenciones y planteamientos que, por lo general, no corresponden a las expectativas creadas por ellos mismos". Seco el doctor.
En otro aspecto y en una entrevista de 2015 del doctor Mönckeberg, ya anticipaba lo que podría ocurrir si se frustraban las expectativas de la creciente clase media, a juicio del doctor: "una clase media muy consolidada que ya es casi es la mitad de la población". Para él, el cambio que Chile había experimentado "es tanto que no tiene retroceso, puede que se retrase pero no va a haber retroceso porque una sociedad con una clase media como la que está adquiriendo Chile, tiene sus expectativas y sus expectativas ya las conoció y las tiene muy al frente y quien las cercene va a tener serios problemas". Porque frente a esas expectativas, "si no dan salida puede llegarse a la violencia y ojalá que no sea así, y que sea simplemente un retraso, pero no una eliminación de las expectativas, eso es una caja de pandora". Pareciera que fuera pitoniso el doc. Estaba anticipando el estallido social del 18 de octubre, ni mas ni menos.
"Generalmente se postergan los grandes problemas de la sociedad, cuya solución requiere de tiempo e ingentes recursos. Prevalecen en cambio, las soluciones simplistas (...) que, por definición, no conducen a los resultados esperados".