Donación de órganos
Lamentablemente tanto las cifras de donaciones como las de trasplantes en Chile son insuficientes. Muchas personas expresan en vida su decisión de que al fallecer donarán sus órganos y tejidos, sin embargo, los familiares rara vez respetan esa determinación.
La donación de órganos y tejidos es un acto voluntario, altruista y gratuito, por el cual una persona o su familia deciden ceder los órganos para que sean extraídos e implantados en otra persona. Puede ser realizada por personas vivas que lo aportan a algún familiar, siempre que no altere el funcionamiento vital de su cuerpo, o por pacientes fallecidos, previa autorización de su entorno.
Lamentablemente, tanto las cifras de donaciones como las de trasplantes en Chile son insuficientes. Este año, en todo el país ha habido solo un centenar de donantes efectivos, lo que está muy lejos de cubrir la demanda de más de 2.300 personas que se encuentran en lista de espera, muchas de las cuales requieren de un trasplante para poder seguir viviendo.
El número de aportantes ha ido en descenso. En 2017 hubo 173, que se tradujeron en 450 intervenciones a pacientes que esperaban algún procuramiento. En 2018, fueron 119 donantes, que se materializaron en 342 trasplantes, considerando que de cada persona se extraen varios órganos. Si bien es cierto son muchas las personas que en vida expresan su decisión de que al fallecer donarán sus órganos y tejidos, los familiares rara vez respetan esa determinación, y la negativa ha ido en aumento.
Esta semana se conmemoró el Día Nacional del Donante de Órganos y Tejidos del Cuerpo Humano en Chile, que busca poner en relieve la importancia de este tema para salvar la vida de otras personas o mejorar la salud de pacientes que requieren un trasplante para corregir alguna disfuncionalidad.
Es cierto que la muerte significa un padecimiento para las familias de los donantes y quienes esperan los órganos en momentos de suma complejidad, pero los procedimientos quirúrgicos para los trasplantes se han perfeccionado y la experiencia adquirida constituye, en todo el mundo y en nuestro país, una alternativa válida para enfrentar enfermedades que de otra forma no tendrían curación posible dado el deterioro del órgano y las condiciones del enfermo. La donación puede traer resignación e incluso de conformidad, cuando las familias ven que los órganos de su ser querido están contribuyendo a la prolongación de la vida de otra persona.