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Educación personalizada: de lo ideal a lo real
Han pasado años y el sistema educativo sigue igual: la educación se basa en preparar y enseñarle lo mismo a un grupo de estudiantes utilizando el mismo método de aprendizaje e iguales recursos, lo cual resulta contraproducente, puesto que cada uno de mis compañeros y compañeras es un ser humano distinto, por lo tanto, tienen diferentes intereses, capacidades, pensamientos y estilos de aprendizajes los cuales hoy en día no son identificados ni valorados por muchos docentes.
Personalmente aprendo de manera rápida y suelo terminar rápido las actividades en el colegio. El esperar a que mis compañeros y compañeras terminen sus actividades me resulta aburrido, por lo tanto comienzo a hacer desorden. Sin embargo, una profesora al observar que aprendía y trabajaba de manera rápida comenzó a llevarme material extra de cursos superiores para que no me aburriera. Lo mismo hacía con los compañeros a los que le costaba aprender: llevaba un material adecuado a su ritmo de aprendizaje. El hecho de que mi profesora se diera el tiempo de reconocer el estilo de aprendizaje de cada uno de sus pupilos me hacía sentir feliz y apoyada, ya que ella podía reconocer nuestras habilidades y reforzarlas.
Yo no estoy de acuerdo con la educación despersonalizada puesto que provoca diversas consecuencias negativas entre ellas: inseguridad, ya que los alumnos son categorizados según su conducta, sin tomar en cuenta que este comportamiento no refleja el no querer aprender, sino una evidencia de que el método que se está utilizando no es el más adecuado.
La educación despersonalizada debería solucionarse tomando la educación en serio y contar con docentes a los cuales le interese progresar en cuanto al sistema; los que trabajen por vocación, no por esperar a fin de mes a recibir un sueldo. El rol que cumplen los profesores es de suma importancia ya que éstos están encargados de tomar en cuenta el potencial, ritmo y el estilo de aprendizaje (visual, auditivo, kinestésico) de cada estudiante, ya que al reconocerlos, éstos pueden adecuar un plan educativo individual, el cual pueda brindar una educación de calidad, garantizando además que todos los alumnos puedan aprender. El objetivo de la educación debería ser formar y permitir que los y las estudiantes logren desarrollar sus potencialidades para así volverse talentosos.
Martina Inostroza Muñoz, estudiante primero medio Liceo Arturo Valenzuela- Cunco
Sistema de Capitalización, no de AFP´s
Común es escuchar que a nuestro sistema previsional se le denomina sistema de AFP, lo cual es un error, pues nuestro sistema es de capitalización individual, en donde las AFPs son sólo las administradoras de los ahorros de los trabajadores, debiendo cumplir con su mandato legal, de resguardar y rentabilizar los ahorros de los trabajadores en el tiempo, entregando buenas pensiones para quienes han cotizado con regularidad.
Las AFP´s son parte del engranaje previsional, como también lo es el Estado con el pilar solidario, pero los constantes ataques hacia las AFPs sólo buscan matar la capitalización individual, o bien la coexistencia con un sistema de reparto que se haga cargo de la cotización adicional en discusión.
Nuestro sistema previsional necesita una modernización, pero fortaleciendo la capitalización individual con mayor liquidez sobre los fondos de pensiones, tanto en el camino de la vida laboral como al momento de pensionarse, pero siempre resguardando un basal de pensión para el futuro.
Eduardo Jerez Sanhueza
La brecha que no se acorta
Hoy en Chile hay seis proyectos de ley en trámite que buscan acortar la brecha salarial entre hombres y mujeres. El de la Comisión de Mujeres y Equidad de Género de la Cámara de Diputadas y Diputados que refundió tres proyectos en uno en mayo pasado. Por otro lado, el proyecto de la senadora Carolina Goic que desde el 2014 ha buscado fortalecer la legislación vigente estando su proyecto de ley en segundo trámite constitucional.
El proyecto mencionado, "A Igual Pega, Igual Paga", incorpora la obligación del empleador de fijar estructuras y escalas de remuneración a partir del análisis de los empleos, sus descripciones, evaluando cada uno ellos, y considerará como discriminación salarial aquellas diferencias de salario entre hombres y mujeres que no se encuentren justificadas a dicho método. También establece la obligación anual para las empresas de una evaluación analítica de los puestos de trabajos, y en base a eso elaborar un plan de igualdad de remuneraciones.
El esfuerzo que se ha hecho en esta materia legislativa es destacable, pero Chile y el mundo viven una realidad que necesita de forma urgente dejar de esforzarse y actuar. La pandemia trajo no solo incertidumbre en términos sanitarios, sino que dejó en evidencia lo vulnerable que es el mercado laboral para las mujeres, y algo mucho más profundo: las brechas en remuneración no son sólo entre hombres y mujeres, sino que entre mujeres que son madres y mujeres que no lo son.
Debemos actuar pronto y aunque las cifras no están a nuestro favor, creemos que Chile vive un momento propicio para los cambios positivos. El camino es largo pero no hay mejor momento que el ahora.
Carolina Eterovic S.