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Conexión emocional: calidad y cantidad de tiempo en familia

Establecer un vínculo con los hijos desde que son pequeños es fundamental, ya que a través de esa interacción en la infancia irán nutriendo la mirada con la que ven el mundo.
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Compatibilizar trabajo y familia en equilibrio es un desafío, especialmente desde que la pandemia introdujo abruptamente el teletrabajo. Macarena Enberg, psicóloga infantil y especialista en terapia infanto-parental de Clínica Alemana Temuco, sostiene que la conexión emocional es clave en los seres humanos; desde que nacemos tenemos innata la necesidad de estar con otros.

En este sentido, establecer una conexión con los hijos desde que son pequeños es fundamental, ya que a través de esas interacciones en la infancia irán nutriendo la mirada con la que ven el mundo. En este proceso, tanto la calidad como la cantidad de tiempo son importantes.

CALIDAD

Cuando hablamos de calidad, necesariamente tenemos que referirnos al apego, vinculación afectiva intensa y duradera que se desarrolla entre dos personas, y cuyo objetivo es tener a ese otro en momentos de amenaza, ya que le provee calma y seguridad.

Macarena Enberg sostiene que todos tenemos relaciones de apego, ya sea con la pareja, papás o amigos. Para los niños, en general, son sus padres y cuidadores principales (3 o 4 personas máximo). Lo ideal es que estos sean estables y predictivos en el tiempo. "Para un niño es clave contar con ellos, ya que su cerebro no está preparado para sopesar el estrés, por eso busca a otro que le entregue herramientas. Cada vez que respondemos de manera tranquila y segura lo estamos conteniendo, algo que le servirá de adulto en diversas situaciones difíciles", enfatiza.

Existe la creencia que los niños pueden calmarse solos, pero eso va en contra de todo tipo de desarrollo. Por ejemplo, en una discusión se piensa que es "mejor" dejarlos solos en su pieza hasta que se tranquilicen, sin embargo, ese "abandono" es neurotóxico, pues el cerebro de los niños funciona en interacción. "Los adultos son los que deben calmarse, no los niños, ya que este tipo de conductas tóxicas pueden traer consecuencias, como menores más agresivos", enfatiza.

CANTIDAD A TRAVÉS DE LO SIMPLE

Sería útil preguntarnos ¿cuántas interacciones tenemos con nuestros hijos al día? Y es que es fundamental pasar el mayor tiempo posible con ellos, es difícil, pero hay que intentarlo, ¿cómo? en la simpleza está la esencia del vínculo. No se trata de hacer las cosas perfectas, pues va en contra de la autenticidad y los niños son expertos en lenguaje no verbal. La idea no es estresarse, ya que hemos estado bajo mucha exigencia en pandemia; hay que ir a lo simple, compartir con ellos de manera plena y valorar los espacios que se tienen:

¿Cómo y por qué tener una alimentación consciente?

La alimentación consciente es una estrategia que hoy podemos incorporar en nuestras vidas. Esta consciencia plena reconoce también que la alimentación tiene un componente emocional
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Realizar una respiración profunda y comer cada bocado disfrutando su sabor, aroma y textura, masticando al menos 15 veces, son hábitos que están asociados al concepto de alimentación consciente, el que ha estado en boga durante la crisis sanitaria. Como indica Pamela Fehrmann, directora de la carrera de Nutrición y Dietética de la U. San Sebastián sede Valdivia, "comer consciente no es una dieta, es una forma de alimentarnos, cuyo fin último es mejorar la forma en que comemos, promoviendo el autocontrol y autoconocimiento".

"La alimentación consciente es una estrategia que hoy podemos incorporar en nuestras vidas. Esta consciencia plena reconoce también que la alimentación tiene un componente emocional, ya que nuestro estado anímico incide en lo que comemos", explica.

Consejos

La nutricionista de la USS Valdivia señala que como estrategia se puede comenzar por identificar cuándo comemos por hambre, ansiedad y cuándo la ingesta es por un suceso emocional. "Si tomo un desayuno adecuado a las 7.00 AM, no puedo sentir hambre dos horas después, de eso se trata el autoconocimiento", apunta.

Asimismo, algunas recomendaciones son: "Respetar las cuatro comidas para no tener hambre entre ellas, lo que además facilita la absorción de alimentos. Se debe designar un lugar específico donde comer y poder sentarse en un ambiente agradable. Y debemos centrarnos en lo que estamos comiendo, en las sensaciones que nos producen los alimentos que tenemos en la mesa", señala.

De igual forma, este concepto se asocia con la sustentabilidad. "Mientras tres mil millones de personas no tienen una alimentación saludable, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), casi un tercio de la producción mundial de alimentos se desperdicia. A esta realidad podemos aportar, por ejemplo, planificando las compras, no botando comida si es reutilizable, como las cáscaras con las que se pueden hacer cremas de verduras o jugos, o reduciendo el consumo carnes rojas, dos veces a la semana", precisa.

"Las frutas o verduras se pueden guardar en bolsas plásticas con agujeros en el refrigerador para conservarlas mejor, se debe separar frutas de verduras, si se cortan o pelas se pueden disponer en envases con agua para que se sigan hidratando, mientras que otros alimentos se conservan mejor en la oscuridad, como el ajo, las papas y cebollas", finaliza.