Estado de Emergencia
El estado de excepción constitucional busca específicamente hacer respetar el orden público. Se trata de una medida que busca entregar una respuesta inmediata a la ola de violencia desatada que golpea especialmente la zona.
Ya se cumpleron diez días desde la entrada en vigencia del Estado de Emergencia que rige en dos provincias de la Región del Biobío y Malleco y Cautín en La Araucanía, el cual se fundamenta en la grave alteración del orden público que se ha incrementado en los últimos meses en esos territorios.
Se trata de una medida que busca entregar una respuesta inmediata a la ola de violencia desatada que golpea especialmente la zona y que requería acciones distintas para intentar frenar hechos tan inquietantes como los recientes baleos indiscriminados a personas que se trasladan a través de rutas de la zona, así como los atentados incendiarios y los ya conocidos ataques a faenas productivas del rubro forestal.
De esta forma, lo que se estableció es que jefes de la Defensa asumieran el mando de las Fuerzas Armadas y de Orden y Seguridad Pública que se encuentren en las zonas declaradas en Estado de Emergencia, para velar por el orden público. En particular, las Fuerzas Armadas podrán desplegar unidades aéreas, terrestres y/o marítimas para prestar apoyo logístico, de vigilancia, de transporte y tecnológico a los procedimientos policiales que se desarrollan en las zonas, aunque se explicita que "no podrán llevar a cabo procedimientos policiales de manera autónoma y directa".
El estado de excepción constitucional busca específicamente hacer respetar el orden público -entendiéndose por tal la "situación que permite el pacífico ejercicio de los derechos y el cumplimiento de las obligaciones, asegurando la pacífica convivencia" -la que se ha visto seriamente comprometida, con consecuencias concretas, palpables y sufridas por aquellos que viven en esas zonas y no por quienes muchas veces desde cientos de kilómetros- critican las medidas o las reducen a un problema meramente político, sin considerar los gravísimos delitos que están afectando a La Araucanía.
En ese escenario, es muy importante enfatizar un aspecto: el estado de excepción es una medida que busca combatir de forma muy precisa los hechos de violencia que atentan contra la seguridad de las comunidades locales -especialmente vinculados al narcotráfico, al crimen organizado y la posesión de armas- y no a una causa específica, ni menos hacia una determinada etnia o pueblo.