Alcohol y drogas
Es necesario que los padres tengan un rol más activo respecto de sus hijos, para no seguir incrementando las cifras de consumo. La Organización de las Naciones Unidas ha llamado a los países a luchar contra el consumo indebido de drogas.
Beber en exceso y el uso de drogas son patrones de conducta que tienen cada vez más presencia en los jóvenes. Lamentablemente, ese abuso conlleva también la aparición de la violencia y, en ocasiones, el riesgo de caer en alguna acción delictual. Entre las causas que llevan a los jóvenes a consumirlas se conjugan varios factores, como la baja autoestima, la escasa percepción de riesgo, un medio familiar disfuncional o la necesidad de aceptación y pertenencia a determinados grupos, ante el abandono de los padres.
La Organización de las Naciones Unidas ha llamado a los países a luchar contra el consumo indebido de drogas, que se ha acelerado con motivo de la pandemia de covid 19. Es necesario que en estas circunstancias los padres tengan un rol más activo respecto de sus hijos, para no seguir incrementando las cifras de consumo.
Una encuesta realizada por el Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda), ha revelado que más de la mitad de los consumidores mantuvo el consumo de alcohol y marihuana en pandemia. Respecto del alcohol, el 41,8% de estos consumidores consultados aseguró haber bajado la cantidad debido a las restricciones del covid 19. En contraposición, el 54,2% afirmó que su rutina continuó igual o mayor. En el caso de la marihuana, el 69,4% de los encuestados consumidores aseguró continuar con el mismo ritmo (36,1%) o haberlo aumentado (33,3%). Estos últimos dieron como principal razón el estrés, la ansiedad y depresión ligados a la pandemia, lo que resulta preocupante, porque se preveía que en estos procesos, especialmente de cuarentena, hay estados de alteración que llevan a una parte de la población a buscar vías de evasión a través de la ingesta de alcohol, de drogas o de medicamentos sin prescripción. Bien es sabido que la automedicación de fármacos sin supervisión de especialistas puede causar efectos muy nocivos para la salud de las personas, que pueden llevar a estados de ansiedad, de depresión, insomnio, e incluso a intentos de suicidio.