Adultos mayores
El país envejece a tasas aceleradas, fenómeno que tiene repercusiones de salud, económicas y sociales que exigirán repensar las políticas públicas. Es evidente que buena parte de esos adultos mayores sufren el abandono y en algunos casos también el maltrato de parte de sus familias.
En Chile hay 2,8 millones de personas que tienen sobre 60 años de edad, el 16,2% de la población total, pero el Instituto Nacional de Estadísticas proyecta que para 2025 ese porcentaje llegará a 20%. Sin embargo, pese a que la sociedad envejece a paso acelerado, no está preparada para enfrentar las nuevas demandas de este grupo.
En 1950, la esperanza de vida al nacer era de 54,8 años y hoy en Chile es de 85 años para las mujeres y 80 años para los hombres. Pero una encuesta reciente elaborada por Senama y la Universidad de Chile, reveló que el 62% de los chilenos declara que se prepara poco o nada para la vejez, mientras que un 73% considera que éstos se encuentran marginados de la sociedad. El 71% cree que la preparación institucional para el cuidado de los adultos mayores es poca o nula, porque el sistema político, las familias e incluso la propia tercera edad no contribuyen a ello.
El país envejece a tasas aceleradas, fenómeno que tiene repercusiones de salud, económicas y sociales que exigirán repensar las políticas públicas, porque parece que la sociedad no está preparada para enfrentar este rápido cambio en la pirámide etaria. La tasa de natalidad es 1,9 hijos por mujer, lo que ni siquiera asegura el recambio generacional. Indicadores como las pensiones promedio o el acceso a la salud revelan que el país no facilita la vida de la tercera edad. Y esto podría ser peor conforme pasen los años y se observe un incremento de este segmento.
Es evidente que buena parte de esos adultos mayores sufren el abandono y en algunos casos también el maltrato de parte de sus familias. La realidad de muchos de ellos es dramática y pone de relieve no solo la indefensión en la que se pueden encontrar, sino que también lo ineficiente que puede ser el sistema para brindar una vejez digna a las personas, un aspecto no menor, si se considera que Chile es un país que tiende a ser más viejo.
El edadismo o discriminación a los viejos está muy presente en la sociedad chilena. Sin embargo, se pretende que nuestra sociedad se oriente hacia una cultura que valore, respete y a la vez salvaguarde a sus adultos mayores, una tarea que debe ser de largo aliento.