Cambio generacional
Que acabamos de vivir un momento clave e histórico en materia electoral y de definiciones cruciales para el futuro del país en materia política, no es ninguna novedad, además cada vez se pone más sorprendente la cosa. Aunque al igual que en tiempos pasados, en campañas electorales presidenciales también hubo amenazas de inestabilidad por la falta de gobernabilidad o por la incapacidad de poder dar seguridad, ya sea en el ambiente social o económico. Son los típicos cuentos viejos o cantos de sirena que usan las distintas candidaturas. Ya no corre eso, ahora hay que hacer la pega, asumir la responsabilidad como país, por ende, ya no es posible seguir viviendo en la política del miedo que se viene usando desde los 60 en adelante.
Si se aprecia en términos generales la situación política que enfrentó el país, es posible identificar algunos planos que marcaron esta elección presidencial coincidiendo en algunas tendencias con las de la primera vuelta. Sobre todo, en la relevancia de la Región Metropolitana, donde desde 2011 en adelante el Frente Amplio ha desarrollado su marketing electoral a partir de las protestas estudiantiles. Esto coincide también con el plano etario, donde jóvenes bajo 35 votan distinto que los mayores y se incorporaron masivamente en esta segunda vuelta, lo cual es una buena señal porque ya no están "ni ahí". Asimismo, está el plano histórico de la memoria colectiva en que se buscan interpretaciones en el recuerdo de lo ocurrido en las elecciones pasadas, lo que sin duda influye especialmente en los mayores. Por último, está el plano tecnológico con las redes sociales como protagonistas principales, siendo cada vez más relevantes y en esta elección, sin duda, fueron decisivas.
Las redes sociales en la política llegaron para quedarse. Un candidato que hace campaña por Internet fidelizando a sus huestes, presidencial tras presidencial, a sus fanáticos por podcast, grupos WhatsApp, vía Twitter y además haciendo campaña desde el extranjero, sale tercero. Todos quedaron marcando ocupado, más encima dejando atrás a los dos candidatos de las alianzas tradicionales, que han gobernado las últimas tres décadas, con una campaña dirigida a través de las distintas RRSS, probando su poderío en esta elección. El que los dos candidatos que resultaron en primer y segundo lugar, en la primera vuelta, curiosamente sacaran menos del 54% en total, le permitió a este candidato virtual, mantenerse vigente y, pese a que no figuró en la papeleta del balotaje, fue motivo de especial preocupación para los dos contendores finales. El poder mantenerse vigente en la post campaña, le servirá de marketing sin duda para el próximo desafío electoral presidencial. En esto le copia al pionero MEO, el sistema les permite financiarse y al parecer con holgura.
El plano territorial está claro que marcó ratificado incluso con lo expresado por Ascanio Cavallo sobre las elecciones de la primera vuelta. Estas, según el periodista y escritor, "mostraron una nueva geografía, fracturada entre Santiago y las regiones, las ciudades y el mundo rural, el norte y el sur (…), lo que es el síntoma de una energía descentralizadora, nacida del hartazgo con la voracidad santiaguina".
Por último y en el plano histórico, no faltaron los que añoraban que la elección del balotaje la pudiera definir la DC, devolviendo la mano al apoyo prestado por la derecha al ganar inesperada y holgadamente el 64. No fue así y el cambio generacional de la política nacional fue más fuerte y, de paso, jubilará a las elites de los partidos tradicionales, quienes deberán dar el paso a los más jóvenes.
"en el plano histórico, no faltaron los que añoraban que la elección del balotaje la pudiera definir la DC (...). No fue así y, el cambio generacional de la política nacional fue más fuerte".