Hace setenta años el diputado y dirigente de la Corporación Araucana, Venancio Coñuepán Huenchual, expuso ante el Congreso Nacional el principal anhelo de los mapuche de cara a una nueva elección presidencial. En palabras del histórico parlamentario y más tarde ministro de Estado, este anhelo era la necesidad urgente de gobernantes que pudieran enfrentar las incomprensiones que padecía "la raza araucana" en Chile.
"Años de mentira y explotación están a la vista; tierras reducidas, miserias y pobrezas llevadas a la tragedia, vicios e inmoralidades intensificados por los sedicentes civilizados… En medio de este triste avanzar de la vida, la historia nos consuela cuando llegan al poder hombres superiores y de nobles corazones, audaces y originales en los procedimientos, entonces los pueblos autóctonos han sido comprendidos y se ha roto la maraña de los intereses creados", señaló.
"Así los Pieles Rojas encontraron un Franklin Délano Roosevelt, quien hizo suprimir la ley que permitía las pérdidas de las tierras indias. Así los indígenas de México hallaron un Lázaro Cárdenas. Así también los indígenas de la Argentina encontraron en el caminar de su destino a su Perón, liberándolos de toda clase de impuestos y dándoles otras oportunidades para su bienestar y progreso", ejemplificó Coñuepán.
"Quiera también el destino de esta Patria elevar al poder a algunos hombres superiores para que a su influjo los mapuche vivan y avancen confiados y alegres hacia el futuro. Quiera el destino que algún gran hombre llegue algún día no lejano a mirar y a considerar hondamente todo lo que Chile contiene y así fije su atención hacia los miembros de la raza aborigen", subrayó el entonces diputado por Temuco.
"Honorable Cámara, hay en la raza indígena una fuerza creadora en potencia que Chile debería cuidar y preservar. Para ello es necesario, primero, que las mentiras y promesas que nos vienen diciendo y haciendo los no indígenas del país hace años se truequen en verdades y realidades. Y enseguida demostrar que no todos los huincas son usurpadores de nuestras tierras, para cambiar en nosotros el mal concepto que tenemos de ellos", agregó.
De aquel discurso ha transcurrido más de medio siglo y no digamos que el escenario retratado por Coñuepán ha variado mucho en nuestro territorio. Por el contrario, tal como cantaba Violeta, son injusticias de siglos que todos ven aplicar y a las que nadie pone remedio pudiéndolo remediar. Pero aquí también seguimos los mapuche, herederos de una lucha antigua, en el campo o la ciudad, en el lof o en la warria, desde múltiples y necesarias trincheras.
¿Cuándo llegará aquel hombre (o mujer, agregaríamos hoy) que pueda enfrentar las incomprensiones que sufren los mapuche en Chile?, se pregunta Coñuepán en 1950. En Wallmapu, desde el retorno de la democracia, la respuesta ha oscilado desde el entusiasmo a la decepción más absoluta. Mentiras hemos tenido por doquier, de izquierdas y derechas. ¿Sucederá lo mismo con el mandatario electo Gabriel Boric? Por ahora, noticia en desarrollo.
No es poco lo que nos jugamos en la actual coyuntura: nada menos que el proceso constituyente y el Chile plurinacional. También la posibilidad cierta de un proceso de paz en La Araucanía con diálogo político y reparación histórica, camino inexplorado hasta la fecha en aquella Macrozona Sur de fiscales, calabozos y tanquetas. En palabras de Coñuepán, "será la historia justa y verdadera la que llegará a juzgar a quienes pudiendo hacer, nada hicieron".
"No es poco lo que nos jugamos en la actual coyuntura: nada menos que el proceso constituyente y el Chile plurinacional. También la posibilidad cierta de un proceso de paz en La Araucanía con diálogo político (...)".