Hasta las 7.00 horas de ayer los incendios forestales registrados a nivel nacional eran 110 en total: 34 de ellos estaban activos, 69 controlados y otros siete fueron extinguidos, según la información que entregó Conaf. La Araucanía, en tanto, era una de las zonas con mayor cantidad de focos activos, según la información proporcionada por la Oficina Nacional de Emergencias.

Asimismo, esta región es una de las más afectadas, ya que se calcula que en un 335% aumentó la cantidad de hectáreas afectadas por incendios forestales, al comparar esta temporada de verano con la del año anterior.

En los datos, esto se refleja en que durante esta temporada (2021-2022) han resultado quemadas 34 mil 546 hectáreas, lo que corresponde a un 335% más que las 7 mil 947 que habían resultado dañadas hasta el 14 de febrero del año 2021, en la temporada de incendios 2020-2021, según datos portados por la Corporación Nacional Forestal.

A nivel nacional, en esta temporada, más de 48.000 hectáreas han resultado afectadas producto del fuego. Además, hasta ayer había alerta roja por incendio forestal en las comunas de Chillán, Portezuelo y San Nicolás, en el Ñuble; Mulchén, Los Ángeles y Arauco, en el Biobío; y Galvarino, Lumaco y Collipulli, en La Araucanía. Asimismo, hay alerta amarilla en la comuna de Paillaco, en Los Ríos; Llanquihue y Osorno, en Los Lagos; y Timaukel, en Magallanes; adicionalmente, hay alerta temprana preventiva en la Región Metropolitana.

Esta compleja realidad adquiere otro matiz cuando se agrega el dato de que la mayor parte de los incendios forestales es por causa de intervención del ser humano, ya sea por descuido en el manejo del fuego, o bien porque fueron provocados de manera intencional. A esto se debe agregar que en La Araucanía ya se reportan ataques armados a aeronaves que trabajaban combatiendo el fuego, además de que hay zonas en las cuales los efectivos que trabajan en el control de los incendios no pueden ingresar, ya que temen por su seguridad.

Un escenario en extremo complejo que obliga a idear estrategias que permitan disminuir la siniestralidad en los bosques de la zona sur, toda vez que un incendio forestal genera pérdidas irreparables que afectan tanto a las personas como a la flora y fauna presentes en esos lugares.

La conflictividad social es la expresión de malestar por aquello que debe hacerse mejor, o radicalmente cambiarse. En las últimas horas el país ha escuchado trascendidos, rumores no solamente vagos sino que también llenan de cierta intranquilidad respecto a mociones presentadas y que dicen relación con la anhelada regionalización y que estará definida la en la nueva Carta Magna.

En nuestro país existe de muchos años un clamor creciente de mayor autonomía de las regiones. Es válido y realista definir en redacción actualizada en la Nueva Constitución cual será la juridicidad de la futura regionalización. Sobre esta delicada materia es prudente señalar que hay dos conceptos que no se deben confundir pero que están interrelacionados: ellos son los de regionalización y descentralización.

El primero es la organización del territorio para fines de desarrollo económico y social de carácter armónico hacia el interior de la Región y con las demás regiones del país.

El segundo, la descentralización enfatiza la autonomía del poder político regional, opción que comparto en lo personal aunque en el marco de una concepción de Estado unitario. Entenderlo de otro modo como lo insinúan algunos (as) constituyentes puede conducir a un Estado federado o a la división territorial y política que atentaría contra la unidad del Estado de Chile.

Seamos sinceros, en nuestro país los modelos de regionalización y descentralización están agotados. Sería pues equivocado no reconocer el clamor popular por mayor autonomía regional y mejor descentralización, realidad que avanza impulsada principalmente por las organizaciones de la sociedad civil.

La OCDE ha recomendado expresamente a Chile fortalecer la región a través de políticas públicas con enfoques territoriales que les otorguen mayor participación.

¿Por qué la necesidad de fortalecer y dar mayor autonomía a las regiones? Porque el mundo globalizado presiona por la apertura hacia el exterior de los países en lo que Chile es un buen ejemplo y éste fenómeno influye en una necesaria apertura hacia el interior de cada país, es decir, hacia sus regiones lo que deben considerar los gobiernos para impulsar políticas públicas de fortalecimiento de las regiones estimulando sus potencialidades de desarrollo para participar en la globalización en términos competitivos.

La evidencia demuestra que a mayor autonomía regional, con apoyo estatal por medio de inversiones y mejores servicios públicos se diversifican las economías regionales, aumentan las fuentes de trabajo y crece la productividad. Para ello es necesario considerar las potencialidades de las regiones.

Esperamos mucho de los 154 chilenos que tienen el honor y la distinción de ser los constructores de una nueva , moderna y justiciera Constitución que no discrimine ni ante la educación, la justicia, igualdad en las aspiraciones para los cuales se tengan los méritos, los títulos y la vocación.

Roberto Muñoz Barra,

exsenador, presidente Instituto Estudios Públicos Social Demócrata