Correo
Naciones indígenas ¿Por qué forzar la realidad?
Uno de los aspectos mas controvertidos del proyecto de Constitución es el de otorgar derechos y autonomías territoriales, políticas y judiciales a las naciones indígenas que cohabitan en Chile.
Este concepto es una falacia, pues parte de una supuesta verdad histórica que no existió, de que los pueblos originarios constituían naciones al momento del arribo de los conquistadores españoles. Para darse cuenta, hay que conocer qué significa nación y qué actitud han adoptado hoy las comunidades radicales: según la Real Academia Española, una nación es el conjunto de los habitantes de un país regido por el mismo Gobierno. O también el conjunto de personas de un mismo origen y que generalmente hablan un mismo idioma y tienen una tradición común.
Sin embargo, leyendo la historia, al llegar los españoles, el territorio (en este caso hablaré de los mapuches) estaba disperso en numerosos "cacicados". Es decir, cada cacique y sus descendientes ocupaban una porción de territorio, variable según su capacidad y disposición de fuerza. Dentro de dicho cacicado regía la voluntad autárquica del cacique, quien a lo más se aconsejaba cuando quería de sus ancianos o sabios.
Cada cual tenía sus variantes costumbres, tradiciones, estaban en relaciones pacíficas o de guerra con sus vecinos caciques. Eran "micro reinos". No tenían unión, sino que eran independientes cada cual. Solamente y por excepción se unían en caso de invasión externa y solo para darle oposición en guerra. Ocurrió con los incas y con los españoles. En suma no tenían conciencia de nación.
Hoy día es claro que eso subsiste: las comunidades radicales se declaran "autónomas" es decir, sin respeto a las demás ni al Estado y capaces de decidir y cumplir al antojo de sus líderes, quienes obran como tiranos. Así es Temucuicui y otras.
La realidad es que los chilenos con ascendencia mapuche o de cualquier etnia, son chilenos, están completamente integrados a nuestra patria, al igual que los descendientes de todas las etnias americanas y europeas que conviven acá, en igualdad de dignidad, deberes, derechos y oportunidades.
Sus tradiciones, cultura, idioma y conocimientos son valiosos y deben cuidarse, pero pretender crear naciones por voluntad de un papel es fuente de divisionismo, separatismo y no llevará ninguna mejoría, sino al revés: los radicales tendrán más argumentos para seguir en crear su "micro reino o cacicado del delito", causando daños a los compatriotas que viven y trabajan en La Araucanía y sumir a esta región en más confusión, pobreza e inseguridad.
George Tomas Doettingen
Algunos viajes en Cautín
Muchos nos trasladamos de Vilcún a Temuco en buses. El trayecto tiende a ser traumático. Desde el terminal de Vilcún hasta la salida del sector urbano el bus demora 15 minutos aproximadamente en dos kilómetros. Se producen momentos de obstrucción de tránsito. Desconozco accionar de autoridades locales. Ellos y ellas viajan en auto.
En las horas de mayor demanda, sobre todo en los buses antiguos, el aire al interior del bus tiende a ser tóxico y por el frío no se pueden abrir ventanas.
Solicito que esos buses tengan en servicio el sistema de ventilación que tienen, probablemente, en mal estado. Que se haga un servicio eficiente. ¡Demoran de Vilcún a Temuco terminal 80 minutos!
Fiscalización! Suba a las 8.30 horas aproximadamente al bus una autoridad de área de salud y verifique este mal trato. Suba, inspector del tránsito en el Natre o G. López o Cajón. Suban en Labranza, en el peaje Licanco que vienen de la costa o en Padre Las Casas que vienen de Cunco.
Hagan la pega. El pueblo lo valorará.
Este aire encerrado puede ser uno de los causantes que mantenga el covid u otras enfermedades en la región. Estos buses, la mayoría son de Nar Bus. Esto ocurre en muchas comunas.
Jorge Ignacio Ulloa Fierro
¿Qué hacer frente al acoso escolar?
Este inicio de año escolar nos ha sorprendido tristemente por los casos de bullying o acoso escolar, los cuales sin duda nos han remecido.
¿Qué podemos hacer frente a ello? Primero, desvalidar toda forma de violencia. También es importante revisar y socializar con nuestros hijos el reglamento de convivencia escolar del establecimiento al que asisten.
Al respecto, se sugiere conversar con los hijos e hijas para generar un espacio de confianza en el que podamos advertir si están en esta situación y, así, iniciar el protocolo descrito en el reglamento. Esta solicitud debe ser siempre por escrito, quedando con nosotros una copia de recepción. Por su parte, el establecimiento educacional tiene la obligación de iniciar el procedimiento de investigación y reaccionar conforme a la gradualidad de las conductas con la sanción impuesta en el reglamento, y en forma paralela acompañar a él o la agresora con objetivo que supere el fondo del problema.
En el caso que la institución no inicie el protocolo o lo haga en forma distinta al regulado, el apoderado tiene la opción de solicitar a la Superintendencia de Educación su intervención.
Al mismo tiempo, quienes somos responsables de niños, niñas y/o adolescentes, podemos iniciar acciones penales si de por medio existen hechos constitutivos de delito, y acciones civiles indemnizatorias por la responsabilidad que le corresponde al establecimiento educacional por no aplicar el reglamento de convivencia escolar.
Carolina Araya, U. de Las Américas