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nosotros estamos agradecidos de lo que pasó. Como pareja y como familia fue un tiempo mágico, pudimos estar en modo nido con Santi y Belén, y fue un tiempo completamente nuestro. Nos unió", confiesa esta madre que hoy valora la fortaleza de su propia mamá, para quien tiene los mejores calificativos. "Yo quisiera ser la mitad de la madre que tuve, por la garra que tuvo y el temple que mostraba para tomar decisiones. Hoy, para mí ser madre es un privilegio que se elige y estoy consciente de que tú eres primero, porque si tú estás bien esas personitas estarán bien".

"ME CAMBIÓ LA VIDA"

Quien también se convirtió en madre en el momento más crítico de la pandemia es la periodista de la PDI Temuco, Natalia Carrasco. A comienzos de marzo (9) llegó a la clínica para tener a Maite, que llegaba 10 años después del nacimiento de su hermanito mayor, Mateo (12).

Todo marchó más o menos bien, sin mayores preocupaciones, hasta cuando ya estuvieron instaladas en casa. "Para entonces decretaron la primera cuarentena total. Recién ahí empecé a asustarme. Lo bueno es que a Maite alcanzaron a conocerla mis padres y dos de mis tres hermanas. Y en adelante, solo la vieron por fotos y video llamadas. Muchos integrantes de la familia la conocieron recién varios meses más tarde", relata.

Tal como otras mujeres que dieron a luz en este tiempo, esta profesional de las comunicaciones recuerda que hubo que suspender toda visita presencial. El Whatsapp se volvió el puente para mantener el contacto con la familia, donde la gran ausente - para ella - fue la abuela materna, que también se confinó varias semanas para volver a reunirse con ellas.

Para Natalia cada parto ha tenido su significado, pero hay algo que se repite al ser madre dice: "en ese momento aflora un sentimiento de protección y sientes un amor que no se puede medir con nada. Cuando me entregaron a mi hija recuerdo que le dije: te amo mucho y te voy a cuidar siempre".

Hoy, con dos hijos, la maternidad cobra un especial significado para ella. "Cuando era niña - confiesa - no me proyectaba como madre. Me imaginaba estudiando y viajando por el mundo. Pero la maternidad me cambió la vida. Ahora, todos los proyectos que alguna vez soñé los pienso con ellos".

Al mirar hacia atrás y ver la historia de su propia madre, que lo fue para cuatro hermanas, hoy Natalia reconoce en ella su mayor ejemplo. "Uy, mi mamá es maravillosa. Ella nos enseñó a ser madres todo terreno y la verdad es que siento que contaré con su apoyo hasta la eternidad. Eso sí, con ella se cumple el dicho de que los padres crían y los abuelos malcrían", ríe.

UNA Y OTRA VEZ

De ese cariño de abuelos que se tuvo que aguardar para expresarse con caricias y besos también sabe la cajera de supermercado, Yocelyn Cayun Colihuinca, cuyo caso fue doblemente emotivo porque se trató de su primer embarazo y parto, uno que planificaron junto a su pareja.

Su hija Fernanda Painemilla Cayun llegaría al mundo el 18 de mayo de 2020, no sin antes surcar una ola de emociones y situaciones a bordo de la barriga de su mamá. Y es que su mami fue la primera funcionaria en usar mascarilla en su trabajo, en febrero de 2020, mucho antes de que la mayoría empezara a utilizarla como un elemento de protección en Labranza. Con una tremenda panza y mascarilla era imposible que pasara inadvertida e, incluso, la tildaran de "exagerada".

Lo cierto es que ella comenzó el confinamiento mucho antes del parto, esto después de muchas gestiones para que le permitieran recluirse en casa por razones sanitarias. En ese contexto, recuerda que esos días fueron bien duros, porque sus padres están en Puerto Saavedra y por ello tuvo que afrontar el proceso sin esa red de apoyo cerca.

"Los últimos días para tener a mi hija fueron súper duros. Yo vengo de Puerto Saavedra, mi familia es del campo y uno en estas circunstancias siempre espera contar con el apoyo de sus seres queridos, pero en ese momento no se podía. Ya estábamos en cuarentena y con normas muy estrictas en todo aspecto. De hecho, cerca del parto, mi pareja me fue a dejar solamente a la puerta del hospital. Mi hija Fernanda nace así el 18 de mayo de 2020 y por parto normal", recuerda Yocelyn.

La experiencia en pandemia la tiene muy grabada. Recuerda que fue un proceso muy solitario, más cuando a los pacientes les quitaban hasta el teléfono móvil y una sola persona era informada del estado de salud para que avisara al resto de la familia. "Mi pareja hizo de puente y recién nos volvimos a ver cuando nos dieron el alta".

El nacimiento de su primera hija fue "emocionante", confiesa. "Yo quedé embarazada porque quise. Como pareja deseábamos ser padres y fue muy loco traerla a este mundo en medio de una pandemia, por lo que se multiplicaron las ganas de protegerla y cuidarla", al punto, que recién un mes después de salir del hospital sus abuelos la conocieron en persona.

Hoy, a casi dos años del parto, Yocelyn valora la unidad que afloró como pareja y familia en medio de la crisis, y describe con emoción lo que para ella significa hoy la maternidad. "Yo me siento realizada, me siento una guerrera, una valiente. Tener a mi hija fue la mejor decisión que he tomado. Hoy mi ella es mi motor y cuando veo a mi madre me siento orgullosa, porque ella me enseñó a luchar por lo que uno desea, siempre con dignidad. Y eso mismo es lo que deseo inculcarle a mi hija", comenta.

Son declaraciones de una madre, expresiones atadas a un sentimiento irrompible que se replica. Y es que claro, tal como expresa Lisette Quijada, ellas elegirían ser mamá de sus hijos una y otra vez.