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Fundación Caritas: la mano extendida para las personas en necesidad

Dos albergues, una residencia y una casa de acogida mantiene a diario en Temuco esta organización sin fines de lucro, cuyo objetivo es dar una primera respuesta a los pobres, a los necesitados y a toda persona "descartada" por el modelo económico. Su desafío es perseverar y también propiciar espacios para hacer cambios más profundos desde el Estado.
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Hace un par de semanas un hombre yacía en plena vía pública a la altura del Hospital de Temuco. Los transeúntes pasaban por allí sin prestar mayor atención. El hombre estaba ebrio, se había ensuciado y dormía como si nada. Pero siempre hay alguien que voltea la cabeza y repara en lo que ve. Horas más tarde un grupo de voluntarios se acercó a él, le ofreció ayuda, lo llevó a un albergue, donde recibió baño, comida y una cama. En cuestión de minutos la dignidad regresó.

Esta una de las tantas historias humanas y transformadoras que forman parte del diario quehacer de Fundación Caritas Temuco, una organización sin fines de lucro dependiente de la Vicaría de la Pastoral Social de la Iglesia Católica, que se esfuerza por ser la mano extendida y generosa para personas en necesidad, ya sea en las cárceles, en hospitales o en la calle; "con los pobres, en general".

Este brazo social cristiano es una entidad que aboga por responder a quienes están al margen de las encuestas, al margen del individualismo y del sistema económico imperante. Así lo explica el vicario de la Pastoral Social, Giglio Linfati. "Este trabajo tiene una relevancia importante porque estamos insertos en la realidad del mundo que sufre y porque, además, no podemos esperar a que los pobres llamen a nuestra puerta, es urgente que nosotros vayamos a encontrarlos. Eso es lo que hace Caritas".

El director del área social del Obispado de Temuco, Dorian Cánovas, profundiza en este argumento y expresa que "Caritas es la caricia de la Iglesia a los más pobres, a los más vulnerables, a los que se han ido quedando en el camino. El concepto está anidado en la parábola del buen samaritano, de aquel hombre que está herido a la orilla del camino producto de un asalto y que es advertido por este samaritano, que lo ve tendido y decide hacer algo. Por allí pasa un cura, un doctor de la ley y siguen de largo. El llamado de Jesús en esa parábola es a detenerse y a llegar a tarde al templo, a la casa, al trabajo, a la universidad. El samaritano ayuda al caído, lo levanta y lo lleva a una posada donde dice: aquí tengo para pagar lo que cueste sanarlo y si algo le debo a la vuelta se lo pago".

Hoy, en pleno otoño, esta fundación trabaja en cuatro frentes esenciales o dispositivos de ayuda: un albergue para personas mayores, una residencia para la superación (ambos financiados por la Seremi de Desarrollo Social y Familia), una casa de acogida (en convenio con la Municipalidad de Temuco destinada a migrantes, personas con problemas de violencia intrafamiliar o en necesidad por algún desastre) y el albergue de emergencia para personas en situación de calle que se levantó hace poco con respaldo de Desarrollo Social y el compromiso de la comunidad católica del Perpetuo Socorro de Pueblo Nuevo.

Gracias a la respuesta que ofrece Caritas, en la actualidad hay cien camas que se ocupan diariamente, cien personas que reciben un plato caliente de comida, y entre enero y junio se ha podido consolidar también 213 atenciones en la casa de acogida, en su mayoría ligadas a una ayuda profesional destinada a personas migrantes que requieren acompañamiento, asesoría, atención psicológica y redes de apoyo.

¿Por qué hacer todo esto? La respuesta des simple, explica Dorian Cánovas, porque nuestra sociedad ha naturalizado la existencia de "los descartados", al punto que ni siquiera existe un catastro de las personas en situación de calle. "Este sistema egoísta, individualista, consumista, hace que estas personas no compitan en ninguna parte y no sean importantes para un modelo que no mira rostros. La pregunta es ¿qué hacemos con estas personas invisibilizadas? Nosotros creemos que esa es una tarea de Estado, de sociedad".

A juicio del director del área social del Obispado, hay un gran trabajo pendiente. "Debemos sentarnos a conversar. Son muchos los que tenemos que sentarnos para ver qué hacemos: el Instituto de Derechos Humanos, la Defensoría, la Fiscalía, el Ministerio de Desarrollo Social y Familia (al que reconocemos como aliado) y otros para coordinar mejor y porque faltan recursos".

Lo cierto es que mientras la forma de ayudar a las personas en necesidad cambia, el trabajo no cesa para Caritas y surgen retos. Entre ellos, comenta la secretaria de la fundación en Temuco, Karen Fuentes, está el continuar sosteniendo un trabajo en red con la cartera de Desarrollo Social y Familia, trabajar de cerca con el Gobierno Regional en materia de migrantes y está el deseo de levantar una gran casa de acogida con apoyo de la iglesia, la sociedad civil y el Estado.

En lo inmediato, acota Dorian Cánovas, Caritas desea extender el funcionamiento del albergue de emergencia hasta diciembre y en coincidencia con la secretaria de Caritas Temuco reconoce que hay un tema más profundo a resolver. "No podemos seguir con soluciones de parche. Tenemos que trabajar en soluciones más definitivas. Y en esa línea - reitera - nosotros tenemos un proyecto de una casa de acogida donde necesitaremos contar con la intervención del Estado y de privados".

¿Cómo ayudar?

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En su tarea anual Caritas cuenta con un presupuesto anual, con el cual paga honorarios a monitores sociales, TENS, personal de cocina; alimentos, medicamentos, movilización, luz, agua y arriendos. En promedio, explica Dorian Cánovas, la fundación invierte 25 mil pesos diarios por cada persona a la que ayuda. Y si bien tiene fuentes de financiamiento anuales, siempre es bienvenida la ayuda, porque nunca sobra. Para ello puede acercarse al Obispado de Temuco o aportar directamente a la cuenta de campaña de la entidad. Esto es: Fundación Caritas Temuco. Banco Santander. Cuenta corriente número 0-000-0436888-6. RUT: 72.576.100-7. Correo: caritastco@gmail.com