Corte Suprema confirmó la sentencia de presidio perpetuo de pareja angolina
PODRÁN POSTULAR A BENEFICIOS CUMPLIDOS 20 AÑOS DE PRIVACIÓN DE LIBERTAD. Por abuso y violación durante 10 años de hija de la mujer.
La Segunda Sala de Corte Suprema rechazó el recurso de nulidad presentado por la defensa de una mujer y su pareja que en 2021 fueron sentenciados a presidio perpetuo por los delitos de abuso sexual y violación reiterados perpetrados en Angol en perjuicio de una menor de edad, hija de la propia condenada. La información fue confirmada por el fiscal jefe de Angol, Cristián Gacitúa, quien explicó que con esta resolución el fallo del Tribunal Oral quedó firme y ejecutoriado, por no haber otros recursos posibles.
Cumplimiento de la pena
Por lo anterior ambos condenados empezarán a cumplir la pena de presidio perpetuo simple, lo que implica que sólo podrán postular a algún beneficio como la libertad condicional una vez cumplidos veinte años de privación de libertad. Con la prueba rendida en juicio la Fiscalía acreditó que los ultrajes a la menor comenzaron en 2006, cuando ésta tenía 9 años de edad. Ese año la condenada de iniciales A.C., inició una relación sentimental con el chofer de locomoción colectiva B.M., pocos meses después de que falleciera su cónyuge y padre de la víctima. Ambos se concertaron para violar a la niña y en esa dinámica la madre jugó un rol clave, pues la manipuló para que consintiera. Estos vejámenes, cometidos tanto por la madre como por su pareja, ocurrieron en forma reiterada hasta 2017, cuando la víctima tenía 20 años, en distintos domicilios de la comuna de Angol y también en un taxi colectivo que manejaba el condenado.
El Tribunal Oral de Angol dio por establecido que ambos se aprovecharon tanto de su incapacidad para oponerse, dada por la severa y reiterada dinámica de agresiones de la misma naturaleza que venía sufriendo desde su niñez, como de la manipulación psicológica que realizaba su madre, quien le señalaba que si accedía nada les faltaría, ya que la situación económica de ambas era precaria y era el acusado quien las proveía de lo necesario.
2006 fue el año en que comenzaron los delitos de ultraje cuando la víctima tenía nueve años de edad.