Convivencia vial en Temuco
Es necesario que los conductores de vehículos motorizados realicen esta actividad con respeto a la normativa y de manera prudente, a fin de evitar accidentes de tránsito. Hay un creciente número de conductores que no respeta la normativa y que incurre en acciones peligrosas.
Prácticamente no hay día en que en Temuco no se registre un accidente vehicular. Esta lamentable realidad se ha convertido en una tendencia que peligrosamente se ha ido naturalizando en el último tiempo, al punto de que ya deja de sorprender una nueva colisión en las calles de la ciudad.
En cada jornada circulan por redes sociales imágenes de colisiones de diversa magnitud, que dan cuenta de un problema que se debe enfrentar con urgencia a fin de mejorar la seguridad en el espacio vial en la capital regional.
Las causas de este fenómeno son múltiples, ya que además del incremento sostenido que ha registrado el parque automotor, lo que ralentiza el tránsito y genera estrés en los conductores, se hallan otros factores que inciden en la accidentabilidad y que tienen que ver con actitudes personales de quienes guían un vehículo motorizado. Y aquí radica lo más complejo, ya que hay una ley de tránsito que tipifica claramente las maniobras y conductas que están prohibidas, las que, sin embargo, son recurrentes entre algunos los conductores de la ciudad, quienes no solo parecieran desconocer la normativa, sino que simplemente no están interesados en respetarla.
Solo basta con salir a la calle en las horas de mayor circulación vehicular, y especialmente en arterias de alto tránsito, para observar a personas que guían sus vehículos por sobre la velocidad máxima permitida en el área urbana, que es de 50 kilómetros por hora. A ello se agrega el recurrente uso del teléfono celular que hace otro grupo de conductores mientras guía sus vehículos, los virajes en doble fila, la realización de maniobras arriesgadas y carentes de sentido común con la intención de adelantar otros vehículos, o bien derechamente no respetar la señalética vial.
De ahí que sea necesario idear estrategias que ayuden a mejorar la convivencia vial en la capital regional, con la finalidad de optimizar los flujos vehiculares, pero también para generar real conciencia en los conductores y desterrar conductas imprudentes que puedan causar accidentes. De ello dependerá, en definitiva, mejorar la calidad de vida de todos quienes ocupan el espacio público.