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Votar en conciencia
En los últimos días hemos conocido sobre una polémica derivada de las posturas que han tomado distintas congregaciones o agrupaciones religiosas en torno al próximo plebiscito constitucional.
Por cierto, para cualquier ciudadano, incluidos quienes profesamos la fe católica, la decisión de voto requiere de un análisis profundo de las diferentes propuestas incluidas en el texto. Tal como dijeron los obispos de Chile "es necesario un discernimiento informado y un voto en conciencia, poniendo siempre por delante el bien común del país".
Para ese discernimiento, tanto en el próximo referéndum como en las discusiones posteriores, las enseñanzas del pensamiento social cristiano con respecto a los distintos elementos de la persona, la sociedad, el Estado y la empresa, son una guía esencial. Ella nos ofrece los principios, criterios de juicio y directrices de acción propicios para la participación social, económica y política.
Recientemente publicamos 11 documentos en conjunto con el magíster en Doctrina Social de la Iglesia (DSI) de la USS, que analizan en profundidad las aristas fundamentales de la propuesta de nueva Constitución Política a la luz de la DSI, precisamente con el objetivo de contribuir al proceso de decisión de cada votante.
Es importante como ciudadanos votar informados el próximo 4 de septiembre, y contribuir a que se entregue al país una Constitución que promueva la construcción de una sociedad más solidaria, humana y fraterna. "Acercar el 'orden' social actual a la concepción cristiana del orden social" fueron las sabias palabras de nuestro fundador, San Alberto Hurtado, que hoy cobran más vigencia que nunca.
Francisco Jiménez Ureta, presidente USEC, Unión Social de Empresarios Cristianos
Laitul entre ideologismos
En cuestión de convicciones, por acá: "Lejos de ideologismos extemporáneos y equivocados de Héctor Llaitul y otros"... Porque los procesos históricos y sociológicos, siempre activos en el acontecer universal de naciones y pueblos, tienen su raíz de origen en determinadas causas y efectos perfectamente identificables y clasificables. Caso mapuche en Chile:
Causa y efecto negativo: El proceso de conquista militar de La Araucanía causó la pobreza económica y moral del pueblo mapuche y de muchos de sus actuales descendientes. Se les había sugerido el proceso compra-venta, para evitarlo; en su período de soberanía territorial: 1641-1883.
Causa y efecto positivo: Luego de la Pacificación, por 1895, Chile autoriza a los ingleses de religión cristianismo protestante para fundar su "Escuela Misión Araucana" en Chol - Chol, (autorización contra la Constitución de 1833, que la prohibía), beneficiando principalmente a la población mapuche; asimismo, con recursos propios, ellos fundaron Dispensarios medicinales, Iglesias rurales incentivando reuniones periódicas, educando a mujeres y varones en actividades de género. Por 1914, egresados de esa Escuela, con sexto preparatoria, son profesores que fundan escuelas y enseñan en sus reducciones. Así, Chile otorga a los mapuches su condición de ciudadanía chilena y pueden elegir a sus representantes al Congreso Nacional. Desde 1924-1950, hay cuatro diputados mapuches, hijos de algunos de ellos fueron destacadas personalidades de alta calificación profesional: Hospital y Ufro.
Posteriormente, la ligereza del chileno politizado les clausuró el justo y exacto camino hacia la necesaria integración socio-cultural mapuche. Hoy conviene reconstruir ese legítimo y perdido camino político.
Este es el entendimiento histórico-sociológico de algunos actuales descendientes del sector social chileno-mapuche, tan igual como aquellos otros que asumen su identidad étnica; pero que sus ideologismos extraños a la presente civilización, los alejan de sus compromisos con su actual nacionalidad, la cual les ha facilitado el nivel en que se encuentran.
Sergio Liempi Marín. www.radiopelom.cl
Seguro de longevidad
Dos puntos relevantes para la ciudadanía en materia previsional pueden ser abordados de manera conjunta y respetando criterios técnicos, para mejorar las pensiones.
Uno de ellos es la truncar la edad de las tablas de mortalidad y el segundo es el aporte del empleador a la seguridad social del país, lo cual puede ser perfectamente posible con un seguro de longevidad, financiado por los empleadores.
El problema de un seguro de longevidad es su financiamiento, pero los empleadores pueden perfectamente asumir el costo, como lo fue en su momento el seguro de cesantía y el seguro de invalidez y sobrevivencia, inclusive, si el seguro de longevidad tuviera un tope de cobertura de dos pensiones garantizadas universales, el costo del seguro sería menor.
Un seguro de longevidad no solo entrega un mayor monto de pensión, sino que incentiva el retraso de la pensión, pues el aumento de la pensión se va haciendo exponencial por cada año de retraso de la pensión, o bien se puede entregar mayor liquidez a los pensionados sobre sus ahorros previsionales.
Eduardo Jerez Sanhueza