De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas para la Cultura, las Ciencias y la Educación (Unesco), la Educación para el Desarrollo Sostenible (EDS) entrega a la comunidad estudiantil los conocimientos, competencias y valores necesarios para hacer frente a la crisis medioambiental de nuestro planeta y problemáticas tales como el calentamiento global, cambio climático, pérdida de biodiversidad, desigualdad y uso desmedido de los recursos naturales, todos problemas que afectan con alerta y dramatismo a nuestra Tierra, donde si bien existe conciencia mundial al respecto, las medidas y soluciones concretas aún están en deuda.

Por ello, es necesario implementar la Educación para el Desarrollo Sostenible desde edades tempranas, ya que la educación tiene un gran alcance e impacto que perdura en el tiempo, permitiendo a las nuevas generaciones llevar a cabo cambios de hábitos y comportamiento para enfrentar estos desafíos globales.

Según Romina Reyes, directora de Sostenibilidad de la Universidad Andrés Bello, resulta importante destacar la necesidad de una mirada sistémica e interdisciplinaria de la educación a nivel de la institucionalidad, gestión, contenidos curriculares, y también la interacción en las salas de clases. "Asimismo, es fundamental abordar el desarrollo sostenible en su conjunto, incorporando no solo los aspectos ambientales, sino también económicos y sociales", plantea la especialista.

Por lo tanto, tenemos como desafío implementar una Educación para el Desarrollo Sostenible que lidere la transformación de nuestros niños, niñas y jóvenes, así como también de nuestra sociedad en su conjunto, fomentando las capacidades de reflexión, argumentativas y de toma de decisiones, para lograr cambios de comportamiento que se tornan esenciales para avanzar hacia un desarrollo sostenible.

Si bien las nuevas generaciones tienen una nueva mirada respecto al cuidado del medioambiente es importante insistir en fortalecer estos cambios.

Vecinos y vecinas: la Constitución Política es la columna vertebral de todas las leyes del Estado, donde se fundamentan nuestros derechos y deberes ciudadanos, garantizando el orden, la seguridad, la libertad de credos, la salud, la educación, el progreso familiar e individual, en un Chile libre sin fronteras internas, que cada persona pueda desarrollarse en lo económico, social y cultural, que promueva el emprendimiento y por sobre todo, la libertad de decidir. De igual modo, la Constitución no se escribe con sangre, odio, resentimiento, sin reconocer su historia, de quienes hicieron que nuestro Chile sea libre y soberano, destacando a los señores Presidente (a) Aylwin, Frei, Lagos, Bachelet y Piñera, quienes conservaron y mejoraron la Democracia.

Un Chile admirado por su geografía, cordillera, mar y desierto con sus cielos más limpios del mundo, la Antártida con sus reservas de agua dulce, por sus Fuerzas Armadas y Carabineros, integrados por mujeres y hombres con apellidos de diferentes latitudes del mundo y etnias que formaron nuestra Nación, orgullosos todos de nuestro Emblema Patrio y nuestro Himno Nacional, quienes sin lugar a dudas han dado y darán su vida al sometimiento extranjero y organizaciones terroristas que dañen la ley interna de nuestro Estado.

Vecinos/as los insto a votar rechazo porque Chile nos pertenece a todas y todos, reconociendo a hombres y mujeres que forjaron nuestra Patria libre y soberana.

Rechazo esta Constitución porque ha sido escrita con odio, con desprecio al ser humano que piensa distinto, como el que cree en Dios, construye familia con amor al prójimo, que cree firmemente en la Democracia y en la propiedad privada, que toman las oportunidades que la vida les entrega, para crecer en forma íntegra, procurando siempre ser mejores personas.

El flagelo del comunismo en el mundo, históricamente solo trae crecimiento para ellos, pero también surge el odio, denigración de las personas, desesperanza, la utilización del ser humano para beneficio propio destruyendo al que piensa diferente.

Como caballo de batalla que tienen los comunistas, están sus discursos añosos de la Dictadura de Pinochet y su Constitución de 1980, la cual ha sido mejorada con los diferentes gobiernos democráticos.

"Les recuerdo que si Allende no hubiera existido, Pinochet no estaría en la Historia de Chile".

Jaime Salinas,

exalcalde de Temuco