Correo
Las universidades frente a los desafíos de Chile
Las chilenas y chilenos hemos debido incorporar en nuestras vidas cotidianas un grado sin precedentes de complejidad e incertidumbre.
Los desafíos con que conviven habitualmente la mayoría de nuestros compatriotas, han sido acompañados por un debate constitucional que nos sumió en interrogantes tan diversas como la relación con los pueblos originarios, las características de nuestro sistema político, la definición de los derechos fundamentales, y de cómo enfrentar el acelerado cambio climático, entre otras materias.
Hoy, luego de los resultados del plebiscito de salida, vemos que la discusión se centra en el cómo, y no el por qué. Así, se revalorizan los temas llamados "ciudadanos", los temas que la ciudadanía espera se resuelvan con prontitud, como tener una mejor salud, pensiones adecuadas y educación de calidad. Estos temas parecen ser los medulares, pero ni siquiera están en el debate de quienes nos representan ni en el Ejecutivo ni en el Legislativo, esto es particularmente complejo ya que la contracción económica y la crisis de seguridad ciudadana, no harán más que amplificar la complejidad del momento de cambios que sigue enfrentando nuestro país.
Frente a esta realidad, las universidades estamos llamadas a jugar un rol significativo. Habituadas al diálogo reflexivo, a la diversidad y a la argumentación serena y respetuosa, nuestra tarea es contribuir a crear las condiciones adecuadas para que los procesos que se desarrollan, y que están siendo evaluados por la ciudadanía, puedan comprender el entorno en que estamos viviendo, y facilitar así los acuerdos y la construcción de un proyecto compartido.
En lo que se refiere al perfeccionamiento de nuestra educación superior, si se proyecta en la profundización de derechos en una próxima carta fundamental, creemos que este texto debe proteger y proyectar la larga tradición de complementariedad estatal y privada que ha hecho de nuestras universidades una de las principales riquezas de Chile, junto con garantizar un acceso en igualdad de condiciones para todos los jóvenes del país.
Rafael Rosell, rector Universidad del Alba
¿Estamos pedidos?
Según las nuevas medidas sanitarias, a partir del 1º de octubre no será obligación usar mascarilla.
Teniendo muy en cuenta, y así lo dijo la ministra de Salud, Ximena Aguilera, que la pandemia no ha terminado, o sea que el virus sigue "vivito y coleando" entre nosotros, y tal vez para siempre, se deduce que el uso de la mascarilla en sitios cerrados, ascensores, microbuses, metro, taxi colectivo, locales comerciales, mall, cines, etcétera, quedará a voluntad, a criterio de los ciudadanos.
Ver a un chofer de un taxi colectivo, en plena vigencia del uso obligado de la mascarilla, al borde de recibir un par de combos, si es que no coloca su brazo, porque le pidió a un pasajero que subía, que se colocara la mascarilla, por lo que, no hay que estar en el Minsal, ni ser Mandrake el Mago, para imaginarse lo que va ocurrir cuando, a partir del 1 de octubre, todo dependa de la voluntad de cada chilena y de cada chileno, para poder seguir cuidándonos.
Un guiño al Gurú Bonvallet, que de seguro ante esta situación, nos diría...
¡O sea chilenos, estamos pedidos!
Luis Enrique Soler Milla
Dudas
Un analista extranjero destacó que, en la presentación de cartas credenciales, dejaron fuera al embajador de Israel pero hicieron pasar a los otros embajadores entre los cuales estaba el de Arabia Saudita. Sin embargo, el 2 de octubre de 2018 en el consulado saudí de Estambul un escuadrón de 15 sicarios asesinó, desmembró y probablemente disolvió en ácido el cuerpo del disidente Jamal Khashoggi. Ante las evidencias, el gobierno saudí admitió tiempo después que Khashoggi había sido asesinado con premeditación.
La acción del Gobierno chileno, ¿fue un grueso error diplomático con el agregado de no revisar el historial de violaciones gravísimas de DD.HH. de otro gobierno presente , como el de Arabia Saudita?. ¿O bien se revisó ese historial pero se hizo vista gorda con el gobierno saudí porque lo que se quería era atacar a Israel? ¿Incompetencia o antisemitismo?
José Luis Hernández Vidal
Inverecundia
Me parece una desvergüenza declarar que la contundente derrota del Apruebo en el plebiscito de salida (38 contra un 62 por ciento obtenido por el Rechazo) no significó "un rechazo a un modelo de sociedad" (Karol Cariola) o que no fue "una derrota del Gobierno" (Gabriel Boric), en circunstancias que el proyecto de nueva Constitución sometido a referéndum no era una verdadera Carta Magna -que limita el ejercicio del poder del Estado, que reconoce derechos fundamentales y libertades esenciales que emanan de la naturaleza humana, y que asegura la igualdad ante la ley- sino que, prácticamente, el programa de gobierno del presidente Boric.
Adolfo Paúl Latorre