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ENTREVISTA. Jorge Pinto Rodríguez, historiador y director del Instituto Ta Iñ Pewam de la UCT:

"Voy a ir a ver a Llaitul a la cárcel porque está muy equivocado. Comparto el fondo, pero no es el medio"

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Andrea Arias Vega

Sabe que es una misión casi imposible. Sin embargo, el último desafío del reconocido historiador Jorge Pinto Rodríguez es visitar a Héctor Llaitul en la cárcel para conversar e intentar persuadirlo respecto del camino armado, y así aportar a un conflicto no resuelto que según el propio historiador se remonta a cinco siglos de historia.

Su tierra (anclado en el Valle del Elqui y Antofagasta), la pasión por la historia (que lo llevó a migrar a Europa y distintas regiones del país) y su militancia política socialista, la misma que le causó la expulsión de universidades en dictadura, son los tres hitos que resumen la apasionante vida del Premio Nacional de Historia 2012, exacadémico de la Universidad de La Frontera y hoy director del Instituto Ta Iñ Pewam de la Universidad Católica de Temuco.

Cada uno de estos tres hitos son los que repasa en su última obra, en donde recurriendo al género literario de las "memorias" -literalmente se mira al espejo- y evoca lo que fueron sus pasos, cada una de sus experiencias y decisiones, hasta llegar a la prueba más dura que le puso la vida el año 2019 al sortear una enfermedad terminal y obtener una segunda oportunidad gracias a un trasplante hepático donado por su hijo mayor.

En esta entrevista con El Austral, elaborada a partir de una íntima y distendida conversación en dependencias de la UCT, Pinto presenta sus memorias, pero además repasa la contingencia política vinculada al Gobierno de Boric, al triunfo del Rechazo y al conflicto, dado que participó de la polémica instancia en donde el líder de la CAM, Héctor Llaitul, reconoció el robo ilegal de la madera. Hecho que se enmarca en la actual investigación y encarcelamiento preventivo por los delitos contra la Ley de Seguridad del Estado.

-Profesor, usted fue muy cuestionado por redes sociales por haber participado de la presentación del libro de Llaitul. ¿Por qué fue?

-Yo dejé avisado en la rectoría de la UCT que iba a esa presentación. Fue un viaje financiado por mi cuenta, no pedí ayuda de la UCT. Fui solo, como Jorge Pinto. Y fui porque Llaitul ese día me llamó como tres veces pidiéndome el favor. Me dijo 'tiene que venir maestro, yo lo necesito', y como insistió. Fui. Pero la verdad es que fui con un solo propósito: pedirle a Llaitul que conversáramos.

-¿Y él aceptó?

-Sí aceptó. Mire, yo voy a ir a ver a Llaitul a la cárcel. Estoy esperando que se apacigüen un poco los ánimos porque él está muy equivocado respecto de la estrategia que está usando. Yo puedo compartir con él el fondo de su protesta, pero no es el medio.

-¿Entonces ese día no alcanzó a conversar esto con Llaitul?

-No alcancé porque ese día se produjo la muerte de Pablo Marchant y como en un principio se pensaba que era su hijo. Llaitul llegó a última hora porque estaba muy preocupado y nervioso. No tuve tiempo, pero le dije que habiendo yo acudido todas las veces que él me ha llamado, ahora lo invitaba por favor a dialogar. Le dije: así como yo he estado contigo, ahora quiero que tú estés conmigo. Y aceptó, a regañadientes, pero aceptó. Tengo que hacer todos los esfuerzos y conversar con él.

-¿Pero cuando se reunían con Llaitul y monseñor Vargas (QEPD) por qué no pudieron persuadirlo antes?

-Pero si cuando trabajábamos en la Comisión Asesora Presidencial para La Araucanía estuvimos a punto, a punto, pero los empresarios son muy duros también y se negaron. En esto ha faltado voluntad para ceder.

-Volvamos a ese día. ¿Cuando Héctor Llaitul justifica el robo de la madera usted percibe el delito?

-Lo que pasó es que en el momento que él habló del robo de la madera yo no lo escuché porque tengo problemas de audición derivados de las dos trombosis que tuve tras mi operación. Además ese día él estaba ronco, la acústica del lugar era muy mala y estaba sentado al otro lado de la mesa. Entonces, prácticamente, ese día no lo escuché. Hasta después que me puse los audífonos.

-¿Cree que Héctor Llaitul lo escuche ahora y cambie?

-Lo veo muy, muy difícil. Pero tengo que conversar con él y hacer todos los esfuerzos. Si yo converso con todos. Incluso he recibido mensajes de Republicanos que me atribuyen una capacidad negociadora con él y ellos también querían sumarse. Querían que nos juntáramos en agosto, pero después ya no me llamaron más.

-¿Entonces, está de acuerdo con la exministra Vega, quien dijo que no había ninguna razón para no conversar con Llaitul?

-Estoy de acuerdo con ella. Lo que sí creo es que debió de haberlo informado. ¿Cómo vamos a resolver si no los problemas? Aquí hay dos alternativas: el diálogo o la represión.

-Después de todo lo que ha vivido y no siendo hijo nativo de La Araucanía ¿qué lo mueve a seguir involucrándose en aras de una solución del conflicto?

- Me mueve el cómo devolverle al Estado y a la sociedad regional, que ha sido tan generosa conmigo, todo lo que me han dado. Yo tengo una lealtad al Estado que se sustenta en mis convicciones políticas. Los aplausos solo alimentan egos, por eso las acciones son más importantes. Yo soy un historiador militante, entendiendo esto desde la perspectiva de los principios y los valores políticos que encuentro en el Partido Socialista. Entonces mi compromiso con la Región parte de mi responsabilidad política ideológica.

El rechazo y boric

-EL PS regional le acaba de entregar un reconocimiento como militante destacado y ahí dijo estar en shock por el triunfo del Rechazo. ¿Cómo explica lo que ocurrió?

- Yo estaba convencido que ganaba el Apruebo, por eso quedé en shock tras hacer una muy mala lectura de la realidad nacional. Pensé que este país estaba dispuesto a aceptar la plurinacionalidad y no evalué correctamente el peso que tuvo el Estado que se construyó en el siglo XIX en el imaginario de los chilenos. La plurinacionalidad, la regionalización y las autonomías fueron percibidas como una amenaza a la chilenidad.

-¿Cómo evalúa estos primeros meses del Presidente Boric?

- No puedo negar que le tengo simpatía al Gobierno de Boric, pero ha cometido muchos errores y su política ha sido muy zigzagueante. El problema es que no ha sabido desenvolverse con las capacidades de un estadista. Dicho esto, no podemos condenar a una persona por seis meses de Gobierno, si el problema es que vivimos en una sociedad muy poco tolerante y tenemos una derecha muy dura. Cuántos errores no cometió el Presidente Piñera en su segundo gobierno. Para mí el peor Presidente de Chile después de la dictadura. Terminó agudizando los conflictos y confundió su rol de empresario con el de gobernante.

"Yo tengo una lealtad al Estado que se sustenta en mis convicciones políticas. Los aplausos solo alimentan egos, por eso las acciones son más importantes". "Yo converso con todos. Incluso he recibido mensajes de Republicanos que me atribuyen una capacidad negociadora con él (Llaitul) y ellos también querían sumarse". "Estaba convencido que ganaba el Apruebo, por eso quedé en shock tras hacer una muy mala lectura de la realidad nacional. La plurinacionalidad fue percibida como una amenaza".

Los inusuales trabajos tras expulsión

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En su último libro (Memorias de un historiador mirando al norte), el profesor Jorge Pinto relata los inusuales trabajos que tuvo que realizar en dictadura tras la expulsión de universidades debido a su militancia política. Fue desde alistador y encargado de adquisiciones de una empresa constructora (1973 -1974) hasta artesano de combarbalita (1981-1983). Luego, tras estudiar cuatro años en Inglaterra y España, a su regreso logra el retorno definitivo a la academia al ingresar a la Universidad de La Frontera, casa de estudios de la que se jubiló en 2019, habiendo conseguido el Premio Nacional de Historia 7 años antes. "A la Ufro le debo todo y también a la UCT, ya que me acogió y me permitió terminar dos trabajos pendientes".