Si bien el centro de la capital regional ha dado pasos importantes en dotar de igualdad el desplazamiento por el espacio público, habilitándolo para la circulación de personas con movilidad reducida, lo cierto es que la realidad que muestran los barrios de la ciudad es distinta.

Basta solo con recorrer las poblaciones de Temuco para darse cuenta de los problemas que enfrenta una persona con movilidad reducida para realizar acciones que para cualquiera pueden parecer simples, como ir a comprar a un negocio. Ello porque hay veredas irregulares, no todas las esquinas cuentan con rebaje para el desplazamiento de sillas de ruedas, existen soleras levantadas por raíces de árboles y lo más grave de todo, automóviles estacionados sobre las veredas que dificultan el paso de los peatones, exponiéndolos a graves accidentes.

Es necesario, entonces, no solo implementar estrategias que visibilicen este problema y avancen en la sensibilización de la población para adoptar conductas tendientes al respeto que merecen todos los ciudadanos en su derecho de hacer uso seguro del espacio público, sino también en discutir una estrategia que permita dotar de igualdad en infraestructura pública a los barrios de la capital regional. Ello, además de incrementar las fiscalizaciones para evitar que más automovilistas se estacionen sobre las veredas, evitando, de esta forma, eventuales accidentes que puedan afectar a quienes se ven obligados a salir a la calle ante la imposibilidad de desplazarse de forma segura por las aceras.

Hacer de Temuco una ciudad moderna implica también el hacerla amigable para todos los ciudadanos, quienes tienen derecho a desplazarse de forma segura por el espacio público. La real integración se materializa en la medida que todos los ciudadanos tengan las mismas oportunidades, y en ello los barrios de Temuco aún tienen mucho por avanzar.

Recientemente se dieron a conocer las cifras de crecimiento del Producto Interno Bruto Regional (PIBR) por parte del Banco Central de Chile, correspondientes al segundo trimestre del año en curso. La Región de La Araucanía registró un aumento de 5,9% en el PIBR en comparación a igual trimestre de 2021, incidido principalmente por las actividades de servicios. En esta medición, 13 regiones experimentaron crecimientos, 2 regiones presentaron decrecimientos, y 1 región registró variación nula. La Región de Arica y Parinacota lideró la expansión con un alza de 8,7% interanual en su PIBR, en el otro extremo se ubicó Coquimbo que sufrió una contracción económica en su actividad con una variación de -4,0%. El país anotó en el mismo periodo una expansión de 5,4% en el PIB. La Araucanía creció por sobre el promedio país, ubicándose en la quinta posición entre las 16 regiones del país.

Si bien La Araucanía exhibe una expansión (5,9%) superior a la media país (5,4%), se debe considerar que este último dato es inferior al crecimiento regional registrado en el primer tercio del año en curso, donde La Araucanía anotó un alza de 8,5% en el PIBR, esto último indica que la Región de La Araucanía atraviesa por una desaceleración económica, es decir, una disminución en el ritmo o velocidad del crecimiento. Esta desaceleración regional va en línea con el ciclo económico nacional que también presenta desaceleración, ya que en el primer trimestre de 2022 la economía nacional creció un 7,4%. Sin embargo, la desaceleración ha sido mucho más fuerte y marcada a nivel regional, si hacemos una mirada retrospectiva a algunos trimestres anteriores veremos que el frenazo en la actividad regional es significativo y preocupante. En el segundo trimestre de 2021 (abril-junio) el PIBR de La Araucanía se expandió un impresionante 21,8% interanual; el tercer trimestre del mismo 2021 la economía regional registró un crecimiento de 16,7%; finalmente cierra 2021 con una leve alza y anota una expansión de 17,3% en el cuarto trimestre. Para 2022 la historia ya es conocida, el dinamismo económico de La Araucanía se reciente de manera importante e inicia el primer trimestre con alza de 8,5% y continúa desacelerando para llegar a la última cifra de 5,9%.

La desaceleración económica no es una mala noticia per se, indica que la economía avanza a menor ritmo, pero sigue creciendo. El problema es que de no romper esa tendencia se transforma en amenaza de una recesión, que si es grave porque indica una disminución de la actividad económica. Y recordemos que para Chile se proyecta una recesión para 2023 entre -1,5% y -0,5% según el Banco Central, lo que podría arrastrar a las regiones entre ellas La Araucanía.

Patricio Ramírez ,

coordinador Observatorio Económico y Social Universidad de La Frontera