Hace seis meses, en el corazón del macrosector Pedro de Valdivia, en la comuna de Temuco, nació una iniciativa que cada día cobra más fuerza, sentido y razón. Se trata de la "Despensa solidaria", un proyecto sin fines de lucro que da acceso gratuito a alimentos y productos de primera necesidad a personas mayores, inmigrantes y mujeres jefas de hogar en necesidad, sin pedir nada a cambio.
La obra es el resultado de la unión de muchas voluntades lideradas por los obispos de la misión evangélica perteneciente a la Iglesia Puerta del Cielo, Ronny Venegas y Alba Treupil, lugar desde donde proviene el impulso original de este programa que hoy trasciende y se sostiene en el trabajo de la Fundación Huellas Chile, organización que lidera el pastor y que cuenta con la ayuda de 20 voluntarios, la mayoría de ellos mujeres comprometidas, a quienes se suma el cariñoso respaldo de 16 establecimientos educacionales de la ciudad, 15 escuelas municipales más el Colegio Alemán, que hasta ahora han hecho generosos aportes y abrazado la solidaridad como un acto real, humano y tangible.
Desde interior de la despensa, ubicada en el acceso a la iglesia de calle Fernando Santiván 02800, casi esquina Pablo de Rokha, el fundador y presidente Fundación Huellas Chile, encargado Oficina Asuntos Religiosos Municipalidad de Temuco, profesor de religión y técnico electrónico industrial, cuenta con alegría que este proyecto proviene de la iniciativa personal, pero también es fruto de una herencia solidaria que recibió de una manera muy natural. Y es que él aprendió el valor de ayudar a otros observando a su abuela, Fidelina Chávez Bascuñán, una de las fundadoras de la Feria Pinto - dice - y madre no biológica de numerosos hijos a los que educó y entregó al mundo convertidos en profesionales.
"En su momento", confiesa Venegas, "quisimos ponerle Fidelina Chávez a nuestra fundación, pero como queríamos marcar la vida de la gente decidimos bautizarla Huellas Chile". Y eso es lo que ha estado haciendo esta entidad, marcar o acompañar la vida de quienes quedan al margen del sistema y pareciera que no tienen de dónde afirmarse.
Esto no es espontáneo, acota Venegas. La fundación, la despensa y otras iniciativas son el resultado de 20 años haciendo obras sociales como matrimonio, la cual, en plena pandemia, estuvo dirigida a las ollas comunes de la ciudad y hoy involucra a muchas más personas.
En lo concreto, la "Despensa solidaria" de Pedro de Valdivia no es un programa excluyente, sino abierto e inclusivo, el cual permite entregar una vez al mes una caja de alimentos y productos a cien personas mayores. Pero eso no es todo. Una vez al mes también llega con alimentos a familias de inmigrantes y mujeres en necesidad; las que incluso provienen de otras comunas.
¿CÓMO INICIÓ?
Todo comenzó hace seis meses, cuando la postpandemia y la realidad económica golpeaban fuerte los bolsillos de las familias.
"Nos dimos cuenta que los retiros previsionales fueron algo fugaz, que los abuelitos y abuelitas tienen duras batallas con las cuentas al tener que asegurar el pago de medicamentos de alto costo y, en muchos casos, el pago de arriendos. Para colmo en Temuco hay 15 mil personas mayores en abandono, esto según la estadística de la Oficina del Adulto Mayor de la municipalidad. Entonces dijimos: empecemos con algo y a esta altura del año ya tenemos cien abuelitos y abuelitas a los que ayudar con nuestra despensa", relata el pastor.
Si bien desde que comenzaron