Deserción escolar
Entre 2021 y 2022 hubo 50.529 estudiantes que salieron del sistema y que no se matricularon. La deserción es un problema que siempre ha estado presente, pero que se agudizó con la pandemia.
La Unesco, la Cepal y otros organismos habían alertado que las restricciones en la movilidad por la pandemia de covid, entre otros factores, se traducirían en un aumento de las brechas existentes en acceso, equidad y calidad de la educación, lo que afectaría especialmente a los más vulnerables.
Si bien la interrupción del ciclo escolar presencial y su reemplazo por la educación a distancia fue una oportunidad para adaptarse a las nuevas condiciones, también generó un desapego de muchos niños y jóvenes con la educación. El Centro de Estudios del Ministerio de Educación indicó que entre 2021 y 2022 hubo 50.529 estudiantes que salieron del sistema y que no se matricularon, lo que significó un 24% más que en 2019, previo a la pandemia.
La Fundación Educacional Presente, que asesora a establecimientos escolares de todo el país para que la comunidad comprenda la relevancia que tiene la asistencia a clases, estima que, descontando la pandemia ya superada, una de las principales causas del ausentismo es el desconocimiento de las familias acerca de su real importancia en la formación y en el futuro que están esos niños y jóvenes. Los estudios del organismo revelan que hay un importante número de estudiantes que falta a clases porque enfrentan barreras o sufren situaciones que generan aversión.
La deserción es un problema que siempre ha estado presente, pero que se agudizó con la pandemia. No obstante, ya pasó la etapa más crítica y el presente año debió ser más normal. Por eso, se hace necesario reforzar el trabajo para evitar que los estudiantes sigan abandonando el sistema. El Ministerio de Educación aplicó el año pasado herramientas como un sistema de alerta temprana que a partir del análisis de diversos datos educativos, socioeconómicos y familiares, entre otros, identificaba estudiantes de séptimo básico a cuarto medio en mayor riesgo de deserción escolar.
La Unesco ha dicho que nos enfrentamos a una catástrofe generacional que podría desperdiciar un potencial humano incalculable, minar décadas de progreso y exacerbar las desigualdades arraigadas, por lo que ha recomendado que, ya superada la parte más crítica de la emergencia, los gobiernos hagan todo lo necesario para que los alumnos retornen al sistema educacional.