A tener presente
Se ha insistido en que lo recomendable es buscar playas que cuenten con todas las características de seguridad. Tengamos presente que los problemas que nos afectan en mucho es culpa de nosotros mismos.
No puedo iniciar esta columna sin desear un feliz año 2023 al señor director, a todo su personal y a quienes leen este prestigioso diario regional.
Hace pocas horas se dio término a un lapso de tiempo anual que ha sido de dulce y agraz en el mundo, con problemas de toda índole y que en lo particular en el caso de Chile deja en forma clara surcos vacíos que esperamos llenar en el plano político, económico en acercar las desigualdades y un respeto en todo los ámbitos de los derechos humanos, todo ello enmarcado -para nuestro pesar- en un cuadro de delincuencia nunca visto con antelación en nuestra historia.
Hay muchas cosas que podemos destacar en lo bueno y en lo gris en esta, la primera mitad del siglo XXI y que al hacerlo, pudiera evitar acontecimientos más serios en las décadas que vienen y vamos a vivir.
Indudablemente que las pandemias que nos afligen sin piedad y tregua no solo son fenómenos del siglo que señalo: a la peste negra del siglo XIX lo siguieron enfermedades como la sífilis en el siglo XVI, y el cólera y la gripe española en la primera mitad del siglo XX, esta última fue responsable de más muertes que las causadas por la primera guerra mundial.
Sobre esta materia nos dicen los científicos que la aparición de ellas, las pandemias, están relacionadas con los movimientos de población y la progresiva globalización del planeta, los millones de inmigrantes de todos los colores e idiomas en su multitudinaria cantidad constituye un claro ejemplo de que mucho es por su consecuencia.
Otros de los causantes es el crecimiento de la población mundial. En estos momentos los habitantes del planeta alcanzan la cifra de 7 mil millones, mientras que las cifras de principio del siglo anterior eran de 1000 millones. Un crecimiento de población de esta escala no tiene precedente en la historia del mundo. En los siglos anteriores, el crecimiento de la población se media en términos de miles de individuos.
Es evidente que pese a los esfuerzos que se han hecho a nivel mundial y nacional seguimos con la porfiada pandemia. Es importante saber que el mundo biológico en que estamos inmersos tiene una capacidad de adaptación extraordinaria, mucho mayor que la nuestra. Como consecuencia de ello los instrumentos que disponemos para combatir estas enfermedades se vuelven ineficaces con bastante rapidez.
La globalización que enfrentamos, ya dije, es el vehículo más rápido en la contaminación y desarrollo de estas mortales epidemias. Hoy en día, los gérmenes pueden viajar a la velocidad de un avión y es por ello que aquellos que están adaptados a las condiciones de vida de una población se pueden extender entro otros grupos humanos que no están preparados para hacerle frente.
El ser humano está rodeado también de otros elementos negativos, por ejemplo el aire que respiramos está cada vez más impregnado de agentes que pueden debilitar nuestro sistema inmunitario haciéndonos más vulnerables.
Por supuesto en el primer día del nuevo año desear todo tipo de ventura y éxito en lo justo y natural, pero tengamos presente con mucha responsabilidad que los problemas que nos afectan en mucho es culpa de nosotros mismos y es de nosotros el deber corregir en lo que estamos equivocados para obtener un futuro con mucha calidad y larga vida.