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Otro año más sin la Ley CATI
La Ley que crea un Centro Automatizado de Tratamiento de Infracciones (CATI), que ya cumplió 8 años en el Congreso, busca prevenir siniestros viales a través de la fiscalización automatizada del exceso de velocidad. Este año 2022, pese a tener urgencia, no se aprobó.
Las trabas de algunos parlamentarios se amparan en argumentos incomprensibles. Se indicó que esta ley "restringe la privacidad". Hoy, por seguridad ciudadana ya existen cámaras en gran parte del espacio público. Se dijo que esta iniciativa sería un "fotorradar 2.0", sistema que en el pasado "se utilizó como cazabobos para que municipios recaudaran fondos". En este caso dichas cámaras se instalarán en lugares señalizados. Por último, se propuso "educar en vez de multar". Se sabe que la educación vial sin fiscalización y sanción de poco sirve.
Esperamos que el año 2023 se apruebe este proyecto para proteger vidas y los recursos del Estado que al año gasta más US$ 15 mil millones por siniestros viales.
Andrés Santelices Gálvez, docente e investigador Dir. Innovación Ingeniería UDD
La importancia del acompañamiento al docente
Desde hace años llama la atención la deserción docente. El estudio del Centro de Investigación Avanzada en Educación (CIAE Universidad de Chile 2021), arrojó que el 20% de los profesores deserta de la profesión durante sus primeros 5 años de ejercicio profesional, porcentaje que se eleva al 30% los primeros 10 años.
Existen varios motivos para ello, como baja valoración de la profesión e insatisfacción, bajos ingresos y sobrecarga de trabajo, agobio, malos tratos laborales y falta de autonomía para la toma de decisiones. Como se aprecia, la diversidad de motivaciones es amplia, sin embargo, varias de esas causas se podrían abordar con la existencia de un mayor acompañamiento a los docentes que inician su vida laboral.
El Sistema de Desarrollo Profesional Docente no ha logrado subsanar esta tendencia, dado que varios incentivos requieren de muchos años para obtenerlos y no son atractivos, como tampoco lo son las condiciones laborales regulares, por lo cual los docentes jóvenes emigran. Tampoco se ha masificado el apoyo de mentorías que incorpora este sistema.
Existen estudios como el de Elige Educar que proyecta un déficit de más de 25.000 profesores para el año 2025, lo que se ve ratificado en los datos del Consejo Nacional de Educación, que muestran que el año 2022 la disminución de matrículas de primer año de la carrera de pedagogía fue del 8,1%. Con estos datos a la vista, se hace clave abordar la permanencia de buenos docentes.
El informe de la OCDE sobre la educación en Chile del año 2018 ya proyectaba este problema y entregaba algunas orientaciones, algunas presentes en la política actual, pero otras no, como aquellas orientadas a conservar a docentes eficientes en las escuelas mediante incentivos económicos, oportunidades para diversificar su carrera, o bien políticas y mecanismos para mantener ambientes escolares sanos e inclusivos. A ello se suman temas redescubiertos en pandemia como el bienestar socioemocional o el siempre necesario tiempo para la vida privada y familiar.
Por ende, se requiere un ajuste a la institucionalidad que fomente la permanencia de los buenos docentes, donde resulta clave el acompañamiento sistemático de quienes se integran a ella, que permita tanto un apoyo pedagógico como una orientación permanente sobre temas administrativos y laborales, así como fortalecer la carrera docente atendiendo las nuevas problemáticas surgidas en pandemia. Así como es importante que un estudiante se sienta acompañado en su proceso educativo, también lo es para un docente. De esta manera, podrá conocer los pormenores profesionales lo que le otorgará seguridad en su ambiente laboral, donde primen las decisiones pedagógicas
Cristian Villegas director de la Escuela de Educación Universidad de Las Américas
Hay que educar en materia de ciclovías
Soy un usuario recurrente de las ciclovías de Temuco, principalmente de las de avenida Arturo Prat y de San Martín, e increíblemente, pese a que ya llevo un par de años recorriéndolas de arriba abajo en mi bicicleta, siempre debo andar totalmente atenta a no impactar contra un transeúnte despistado parado en la mitad de las dos vías hablando por celular, o contra una puerta de algún automóvil estacionado junto a la vía para que bajen pasajeros.
Creo que es necesario que estos temas viales, el respeto por los ciclistas y por las ciclovías, sea parte del paquete educativo que se entrega desde niños. Hoy, paradójicamente, somos muchos los ciclistas que manejamos más tensos dentro de la misma ciclovía que en plena calle.
Camila Levinao