Hace casi un año se aprobó en último trámite el proyecto que establecía medidas para evitar la contaminación con colillas de cigarrillos, y facilita su reciclaje o reutilización. Así, la iniciativa también conocida como "Chao colillas" comenzó a regir tras su tramitación en el Congreso.

La normativa establece que se prohíbe fumar en las playas de mar, de río o lagos, dentro de una faja de 80 metros de ancho medidos desde la línea de más alta marea de la costa del litoral y de los terrenos fiscales riberanos hasta una distancia de 80 metros medidos desde donde comienza la ribera. Además, se prohíbe arrojarlos filtros o las colillas de cigarrillos en la vía pública y en los patios o espacios al aire libre.

La fiscalización corresponde, además, a la policía marítima, fluvial y lacustre y, en caso de constatarse alguna infracción ésta se deberá denunciar ante el juez.

El 10 de diciembre de 2018 también comenzó a regir la ley que modificó el Código Penal y tipificó como falta ensuciar playas, riberas de ríos o lagos, reservas y parques nacionales, monumentos naturales u otras áreas de conservación de la biodiversidad declaradas bajo protección oficial.

Cada temporada de verano, especialmente, exige una preocupación aún mayor, considerando que con frecuencia los grupos familiares van a playas, ríos y parques y no se preocupan de dejar limpios esos lugares. Pero éste no es un problema que afecte solo a los recursos acuáticos. Los microbasurales nacen también en sitios abandonados en las ciudades y a orillas de las carreteras. Iniciativas como éstas pretenden generar conciencia ciudadana respecto a la responsabilidad social que se debe tener con la mantención de un ambiente limpio en los espacios públicos.

Puede pensarse que estas iniciativas podrían tener un efecto más bien simbólico, ya que es difícil que se realice efectivamente una fiscalización -por poca disponibilidad de personal- y que se genere un cambio de conciencia en la sociedad, cuando parte de ésta carece de educación ambiental. Sin embargo, pueden ayudar a internalizar la necesidad de cuidar los recursos de la naturaleza.

Estimado lector una consulta: ¿Qué tienen en común un nuevo mega incendio en Valparaíso, un aumento de la delincuencia y la progresiva disminución de la capacidad estatal para atender eficientemente la salud, la educación y la necesidad de servicios básicos en nuestro país?, es simple… un crecimiento inesperado, veloz y sin control de nuestra población, y no se trata de hablar simplemente de los extranjeros que según el exministro José Miguel Insulza, este verano van a superar todas las marcas a través de una débil frontera, no, hablamos de un fenómeno donde las necesidades de la población superan la estructura del Estado cada vez más grande y lento.

Regionalizando el tema, los cordones de pobreza o tomas de terreno, son un hecho en la zona lacustre donde los corredores de propiedades nos hablan de cerca de tres mil nuevas familias que han llegado a Pucón desde el estallido social a la fecha, una cifra para comprobar, estudiar, pero sobre todo analizar. ¿Qué tan lejos estamos de enfrentar un mega incendio, si bomberos y las policías no dan abasto? ¿Qué pasa con las enfermedades, sin agua potable, del aumento del delito sin fuentes laborales? Por la pandemia, la crisis del turismo que enfrenta Viña del Mar, guardando todavía las proporciones, nos hablan de una ciudad en fechas peak, contaminada en mar y tierra, de calles saturadas de autos y ambulantes, con delincuencia, que arrasa con todos los slogans de ciudad segura y tranquila para la tercera edad, una crisis que debemos impedir en La Araucanía, donde el terrorismo lucha por arrebatar territorios y el turismo, en la zona mas bella de Chile, naufraga.

Planes preventivos del municipio merecen todo el apoyo no solo de vecinos, sino del Gobierno que ha concentrado su lucha en el desastre de Santiago, donde todo lo anterior se multiplica por mil… y quedamos cortos. El equilibrio ecológico que plantean localmente es una prioridad, pero ¿qué sacamos si los humedales son arrasados para calentar una olla común, si hasta la fauna doméstica corre peligro?

El progreso puede ser sustentable, el necesario desarrollo económico puede llegar a todos si controlamos la contaminación, si nos ponemos junto a nuestros líderes y en forma organizada enfrentamos los problemas, más que discutir, actuar en beneficio de toda la comunidad, reconociendo que todos somos pasajeros de este país, de esta región, la que debemos cuidar para nuestros hijos, que son nuestro futuro común, lo comprobé en Europa: "Las propuestas de la comunidad deben ser el programa de las nuevas autoridades y el secreto está en escucharnos para hablar el mismo idioma".

Sebastián Álvarez Ramírez, exdiputado