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Dieta que puede salvar la vida
Lo que decides comer hoy puede tener un gran impacto en tu salud futura. Un estudio publicado en la Revista Lancet en el 2017 evaluó el patrón alimentario de 195 países, determinó, que los factores de riesgo alimentarios (de la dieta habitual) son considerados como uno de los más fuertes contribuyentes al desarrollo de enfermedades crónicas y enfermedad cardiovascular, incluso ¡más importante que el consumo de tabaco! Tan solo en el año 2017, las dietas insalubres o subóptimas fueron responsables de unos 11 millones de muertes (22% de las muertes en adultos)", destaca la académica de la UNAB.
En dicho estudio se encontró que las características de la dieta que más se asociaban a la mortalidad eran Dietas altas en sodio, Dietas bajas en granos y cereales integrales, Dietas bajas en fruta y verduras, Dietas bajas en semillas y nueces y Dietas bajas en ácidos grasos Omega-3.
Este estudio determinó que mejorando la calidad nutricional de las dietas se podría prevenir 1 de cada 5 muertes a nivel global. Somos lo que comemos, somos las elecciones que hacemos día tras día, y debemos responsabilizarnos por elegir mejor.
Y ¿Qué es entonces una dieta saludable y equilibrada? Escuchamos mucho esta frase "sana y equilibrada" pero ¿a qué se refiere realmente? Pues una dieta se considera sana y equilibrada cuando presenta cantidades suficientes de energéticas y nutrientes para cubrir tus necesidades y requerimientos, manteniendo la salud.
Asimismo, debemos recordar que el ser humano no come solo para cubrir una necesidad biológica. Por tanto, la dieta debe ser variada, palatable (sabrosa), de acuerdo con los hábitos alimentarios de las personas y deberá prevenir las enfermedades crónicas.
Michelle Labbé académica Escuela Nutrición y Dietética U. Andrés Bello
El Temuco de los 80
Una agradable sorpresa fue la que me llevé hace unos días, en un paseo de los tantos que realizo al Parque Isla Cautín, al encontrarme con una exposición de fotos al aire libre, que retrataba en blanco y negro escenas y personajes del Temuco de los años 80.
Creo que es una bonita manera de rememorar el pasado, no tan lejano, y conocer cómo era la ciudad hace 40 años. Felicitaciones al fotógrafo y a la Municipalidad de Temuco por promover estas exposiciones. Y gratuitas.
Angee Polanco
Derecho social a la vivienda
El último Catastro de Campamentos 2020-2021 desarrollado por Techo-Chile, deja al descubierto que hoy 81.643 familias viven en 969 campamentos a nivel nacional, una preocupante y cruda realidad, la más alta desde 1996, que da cuenta, de cómo muchas familias, connacionales y extranjeras, no han tenido acceso a soluciones dignas en materia habitacional.
Ante este complejo escenario, de precarización de la vida humana, de aumento de la pobreza y la vulnerabilidad social de las personas y familias, agravada aún más por los efectos de la pandemia, la inflación, el aumento del precio del suelo, las barreras para acceso a créditos hipotecarios y la disminución de los ingresos autónomos de los hogares entre otras; tenemos como país el urgente desafío y el deber ético-político de reposicionar el derecho a la vivienda y el hábitat residencial, como un derecho social que debe ser garantizado y resguardado por parte del Estado.
Sin ir más lejos, y tomando como experiencia el confinamiento que experimentamos en pandemia, fuimos testigos de cómo la vivienda se transformó en el espacio obligado de trabajo, estudio y desarrollo de labores fundamentales de la vida cotidiana.
Lo anterior conllevó un impacto social negativo y desigual, afectando especialmente a quienes habitan viviendas precarias y/o de tamaño reducido, quienes vieron deteriorarse aún más, su calidad de vida y percepción de bienestar subjetivo, producto del consecuente aumento de estrés familiar, como también de factores de riesgo que aumentaron la emergencia de las violencias y el deterioro de la salud mental individual y familiar y su relación con la habitabilidad y la vivienda.
Existiendo el desafío de fortalecer la política de vivienda social digna, procurando llegar a este amplio sector de la sociedad, que ha quedado y continuará relegado, de su ejercicio pleno de este derecho, de no recuperar un fuerte rol del Estado en esta materia social.
Una política que no solo garantice el acceso a una vivienda, con debidos estándares de calidad tanto en infraestructura y materialidad, sino también la conformación de barrios integrados, con acceso a servicios para el desarrollo de la vida comunitaria y familiar, acorde a la dignidad de las personas en condiciones de igualdad y de justicia social.
Roxana Zuleta directora Trabajo Social U. Andrés Bello sede Concepción