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"He formado a tres generaciones de temuquenses, hoy ya tengo nietas de alumnas"

La fundadora del Estudios Dancerías se instaló hace 26 años en la capital regional para hacer escuela con la danza moderna contemporánea y aquí ha forjado una relación especial con la ciudad, de la cual hoy ya se siente parte. Lo que más le gusta de Temuco, confiesa, es el centro y el barrio Estación, dos lugares que a su juicio son la máxima expresión de vida y de la multiculturalidad.
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Caminando, conversando, observando. Así se enamoró de Temuco Georgina Araneda, esta profesora de danza originaria de Futrono que hace 26 años llega a la capital regional junto al fallecido maestro Jaime Jory para abrir una escuela, un aula de arte que ha dado frutos y ha formado, al menos, a tres generaciones de temuquenses.

Aún sorprendida por los reconocimientos que ha recibido en el último tiempo, esta "Ciudadana Destacada" de Temuco 2023 recuerda cómo arriba a la ciudad, comparte sus primeras impresiones y cómo, poco a poco, se ha adaptado a ella, al punto que hoy desea seguir aportando con toda su experiencia.

- Georgina, ¿cómo recibes este nombramiento de "Ciudadana Ilustre de Temuco" 2023?

- Realmente me sorprende. Me llamaron para pedir mi currículum y nunca pensé que era para esto. Ni en mi ciudad natal ha ocurrido. Este último tiempo ha sido una sorpresa tras otra. Primero me reconocen entre las 100 Mujeres Líderes de La Araucanía y ahora surge este nombramiento. Me he preguntado mucho ¿por qué? Si yo soy una mujer tan común como cualquiera. Tal vez es por mi aporte en la danza o porque siempre he estado visible. Uno no cree que la gente la conozca, pero sí ocurre. Mi forma de ser siempre ha sido la misma. Yo saludo desde la persona que limpia las calles hasta el dueño de algo. Y bueno, debo admitir que he formado, al menos, a tres generaciones de temuquenses. Y es que ya tengo "nietas" de exbailarinas en calidad de alumnas.

- Tienes una trayectoria de 26 años en esta ciudad. Habiendo vivido en otras latitudes del país, incluso fuera de Chile, ¿por qué decides quedarte aquí?

- Cuando nos encontramos con Jaime (Jory) nunca lo pensé así. En ese tiempo fundamos un estudio en Valdivia y otro en Temuco, y viajábamos. Un día estábamos acá y al otro, en Valdivia. Al final, cerramos Valdivia y decidimos quedarnos acá. Al principio no me gustaba, sentía que había una diferencia de clases muy marcada y en Valdivia eso no pasada, a los espectáculos iban todos, obreros, profesores, en fin; había mucho respeto en eso. Acá me encontré con la cultura mapuche, con el Temuco antiguo (tradicional) y todos los que somos la población flotante, los foráneos. Pero al final me adapté y hoy me siento parte de la ciudad.

- ¿Cuándo pudiste sentiste en casa?

- Jaime (Jory) me dijo una vez: espera diez años y verás que saldremos adelante. Me dijo: serán diez años bien duros, porque aquí hay una tradición del ballet clásico y nosotros no vamos a hacer clásico; siendo que ambos lo éramos, pero para no pasar a llevar a nadie dijimos: haremos moderno contemporáneo, aunque con base en el clásico. Al final, me acostumbre a Temuco. Es más, yo no puedo estar sin ir al centro de la ciudad. Me gusta mucho el centro y el barrio Estación. Me gusta porque allí está la vida y porque allí se expresa la multiculturalidad. Es una cuestión de ver y sentir. Es más, casi siempre camino. Ese hábito me lo inculcó mi amiga Marcia Jara (profesora de flamenco). En cada viaje a pie miro la ciudad y observo mucho la gestualidad de las personas.

- Tu trabajo siempre ha estado ligado a encontrar la identidad a través del arte. En esta misma línea, ¿cómo es Temuco desde tu experiencia personal? ¿Qué aspectos sobresalen y qué aspectos requieren mejoraría?

- A ver. Cómo quisiera que hubiera una mayor unión, un respeto recíproco en el espacio público, sobre todo, lo digo por el comercio ambulante; porque en esta ciudad el comercio camina, es callejero y siempre está en constante pugna. Por un lado, el municipio desea ordenar y los vendedores quieren vivir esta experiencia allí, por donde más transita la gente. Aquí hay una pugna entre la norma y la conveniencia. Me gustaría saber cómo hacer para que logremos esa armonía y que no haya una constante pelea. No sé cómo podrán arreglar esto las autoridades. Pero mi deseo es que esta situación encuentre un punto de salida.

- Georgina, desde tu experiencia, ¿qué lugar tienen las artes y la cultura en el desarrollo de Temuco? ¿En qué punto está la comuna?

- Siento que estamos en un punto medio todavía. Falta un centro cultural para Temuco donde pueda darse espacio a mucha gente. Hay muchas personas dando clases ahora. Yo siento que es tanta la gente que está enseñando danza hoy, pero la pregunta es ¿están todos preparados para formar niños? También se está dando mucho la danza urbana y lo extranjerizante, pero ¿y lo nuestro? Yo siento que se van perdiendo las escuelas de formación. Falta un centro cultural como el de Padre Las Casas que privilegia la formación. De hecho, me invitaron a dar clases allí. Empezaré con tres ciclos. Eso me alucina. Estoy feliz. Pero vuelvo al punto; siento que hacen falta más centros culturales que aglutinen las artes y formen nuevas audiencias. De alguna forma, estos espacios debieran profesionalizar la enseñanza del arte. Ahora, a mí no me gusta ese edificio de Claro Solar con Aldunate que quieren rescatar. Siento que arte se merece un espacio nuevo, bueno, digno, luminoso, con salas con olor a nuevo que los alumnos puedan impregnar de experiencias.

- ¿Qué personajes o historias de esta Región te han sorprendido desde que llegaste o incluso antes?

- En el colegio, cuando enseñaban sobre los mapuche y el juego de la chueca eso me llamaba mucho la atención. Por eso hice la obra "el indio", porque la historia no era como te la contaban en el pasado. Siempre me llamaron la atención las historias de las mujeres de Carahue cuando iban a lavar al río y aparecía una manta que las atrapaba y se las llevaba; pero resulta que el mito se desvanecía con la existencia de túneles que tenían los españoles, por donde desaparecía gente. De Temuco me gustan las historias ligadas a Ferrocarriles y a las animitas (…), son historias preciosas.

- ¿En qué proyectos trabajas hoy?

- Casi pisando mis 65, me siento en la mejor época. Estoy creando mucho. Y como voy a trabajar en Padre Las Casas espero que todo resulte bien. Siempre he admirado a Pina Baush, la máxima exponente del expresionismo alemán, que armó su escuela en un pueblito pequeñito. Yo hace mucho que vengo soñando esto y mira, se me da esta oportunidad en Padre Las Casas. Allí voy a esforzarme para sacar adelante a esos niños y niñas. Trabajaré con alumnos de 4 a 12 años, y me gustaría hacer escuela. Igualmente, voy a seguir con mis alumnas de Dancerías en Temuco, que es lo mío, porque me da la felicidad de crear y me da para vivir. Yo siempre he creído que no tengo nada, pero a la vez lo tengo todo. Siento que venimos a este mundo con un propósito, y en mi caso, ese propósito es la danza.

"Cómo quisiera que hubiera que hubiese mayor unión, un respeto recíproco en el espacio público, sobre todo, lo digo por el comercio ambulante; porque en esta ciudad el comercio camina, es callejero y siempre está en constante pugna".

"Siento que estamos en un punto medio todavía. Falta un centro cultural para Temuco donde pueda darse espacio a mucha gente".