Secciones

  • Portada
  • Actualidad
  • Opinión
  • Actualidad general
  • Deportes
  • Clasificados
  • Cartelera y Tv
  • Espectáculos

Adiós al periodista del pueblo

LEGADO. A los 77 años de edad murió Alipio Vera Guerrero, Premio Nacional de Periodismo y exdirector del Diario El Austral de La Araucanía. En un extracto de la última entrevista que concedió a este medio, "el rey de las notas humanas", amante del campo y el caldillo de congrio, habló de los capítulos más trascendentes de su vida profesional.
E-mail Compartir

Por Mauricio Rivas Alvear

Conmoción provocó en el país y la Región la muerte del periodista y exdirector del Diario El Austral de La Araucanía, Alipio Vera Guerrero, a los 77 años de edad.

El también Premio Nacional de Periodismo y fundador del emblemático programa de reportajes de TVN, "Informe Especial", falleció la mañana de ayer a causa de un infarto cerebral, mientras estaba internado en el Hospital Clínico de la Universidad Católica.

Alipio Vera fue director de esta casa periodística entre 1979 y 1981, en lo que fuera su único paso por la prensa escrita.

A continuación presentamos un extracto de la última entrevista que concedió a este medio, justo en momentos en que su nombre sonaba con fuerza para obtener el máximo galardón que entrega el país a los periodistas destacados.

La entrevista fue realizada por el actual director de El Austral, Mauricio Rivas Alvear.

Entrevista y perfil

Todo partió cuando la familia Vera-Guerrero decidía el nombre que le pondría a su cuarto hijo. Entre las dudas propias de tan trascendente discusión, la joven pareja llegó a un acuerdo. El niño llevaría el nombre del padre. Es así como el 25 de agosto de 1945, en el Hospital de Puerto Montt nace Alipio Vera Guerrero, uno de los periodistas más destacados del país y el mayor precursor de ese periodismo humano y sensible que se aloja en las capas del corazón.

Cuando hablamos de Alipio Vera hablamos de un personaje diferente. Si su nombre ya es poco común, su trayectoria profesional es aún más excepcional. Creció junto al barro y el agua que decoraban las calles de la Población Modelo en Puerto Montt, en una modesta vivienda que sus padres adquirieron tras emigrar de Maullín, soñando con que sus hijos pudieran acceder a la educación que ellos no recibieron.

Fue así como el niño Alipio comenzó a responder a los sacrificios de sus padres. Primero en el Colegio San Francisco Javier, luego en el Liceo de Hombres, para finalmente recalar en la prestigiosa Universidad de Chile.

Periodista

-Partamos por una curiosidad, ¿por qué le pusieron Alipio?

-Ese nombre lo trajeron mis bisabuelos de Aragón y en realidad no era un nombre español, sino que era romano. Cuando traté de investigar por qué, logré saber eso y nada más. No tiene significado, sino que corresponde al nombre del primer tipo que escribió sobre teoría musical y también hubo un santo que llevaba ese nombre.

-¿Y en la época escolar lo molestaban por su nombre?

-En el liceo se reían y cuando llegué a la universidad había un profesor, don Mario Céspedes, que pasaba lista, entonces cuando decía Alipio Vera todos se reían y empezaban a molestar, y don Mario, que era bastante más inteligente que nosotros, en alguna oportunidad dijo: "Muchos de ustedes se están riendo de Alipio, pero yo les aseguro que Alipio va a ser un gran periodista, va a ser muy conocido en este país y muy respetado a diferencia de muchos de ustedes que se están riendo de su nombre en este minuto".

Y el tiempo le dio la razón al profesor Céspedes. Alipio se concentró en sus estudios, fue progresando y comenzó a vislumbrarse como un periodista con futuro.

Así se fue engendrando la historia de este comunicador, que debuta en el campo laboral en 1969, cuando antes de recibir su título profesional es reclutado por Televisión Nacional, donde permaneció, en una primera etapa, hasta 1979, año en que asume su primer y único desafío en la prensa escrita: la dirección del Diario El Austral de Temuco. Luego, en 1982, se reintegra a las filas de TVN, y se convierte en uno de los fundadores del exitoso programa de reportajes "Informe Especial", cuya participación dura hasta 1994 cuando ingresa definitivamente a Canal 13.

-Muchos de sus colegas lo consideran como el "rey de las notas humanas". Dejando la modestia de lado, ¿cómo se autodefiniría usted?

-Como un periodista al servicio de todo, pero especialmente al servicio de los más débiles de este país, de los marginados, de los que no tienen voz, de los que construyen este país en el anonimato. De hecho, la mayoría de los protagonistas de mis reportajes son las mujeres y hombres comunes: pescadores, centolleros, ovejeros, artesanos, pobladores de la frontera, los discriminados…

Temuco y La Araucanía

- Siendo un hombre de televisión, ¿cómo llega a dirigir el Diario El Austral de Temuco?

-Me ofrecieron la dirección del diario y yo no sabía por qué. Fue una lección, porque me fui a entrevistar a tres caballeros que eran los dueños de la Sopesur (Sociedad Periodística del Sur) y me ofrecen trabajo. Yo había sido recomendado por el periodista Patricio Amigo. Entonces yo les digo: "Por qué me buscan a mí, por qué me ofrecen este puesto si yo he trabajado hasta ahora sólo en televisión, yo no he trabajado en la prensa escrita". Entonces me dicen: "Mire, nosotros sabemos bien lo que usted hace y sabemos bien lo que calza, porque, aunque no lo crea, siempre hay gente que está viendo su trabajo". Fue una buena lección, porque todos pensamos que nadie se ocupa de uno y, sin embargo, a mí me estaban ofreciendo la dirección del diario, y prácticamente una cadena, porque estaba en ese tiempo El Correo de Valdivia, La Prensa de Osorno y otro diario en Coyhaique.

-¿Qué recuerdos guarda de su paso por Temuco?

-Muy buenos. No sólo me permitió conocer la región completa, sino también a un gran equipo de profesionales con los cuales, en 1981, con ocasión del Centenario, logramos hacer una edición especial de cien páginas a todo color, con toda la historia regional. También recuerdo y destaco el gran acierto que tuvimos al unir a las radios con el diario en una gran campaña en favor del entonces Green Cross que se encontraba en absoluta insolvencia económica. Fue tal el éxito que ese año, creo que el 81, se alcanzó el cuarto lugar en Primera División. La misma experiencia la repetimos para colaborar en la construcción de la Catedral.

-¿Y qué hay de los temuquenses?

-Grandes personas. En el diario, por ejemplo, no puedo dejar de recordar a Néstor Pino, Álvaro González, Gustavo Cid, Pilar Espinosa, Graciela Monsálvez, Andrés Vidal, y tantos otros, además de Eleazar Jaramillo. Pero, además, hice de grandes amigos en la ciudad, de una calidad humana extraordinaria, como Juanito Monsálvez, Rolando Tascón, Germán Becker, Julio Fuentes y su esposa.

Televisión

-Vamos al hueso. ¿Alguna vez sufrió la censura en los canales de televisión?

-En Informe Especial siempre estaba presente la censura en el tiempo del gobierno militar y después con la llegada de la democracia igual nos querían "machetear", pero nosotros teníamos una estrategia, por ejemplo siempre dejábamos en los reportajes algo breve o demasiado fuerte que obligaba al que revisaba a cortar. Era una trampa. Lo que nosotros queríamos decir lo salvábamos.

-¿Es efectivo que hubo periodistas en TVN que se prestaron para montajes en casos de derechos humanos?

-Habían dos periodistas que iban a todas las informaciones que tenían que ver con el asunto policial o con el asunto subversivo, como ellos lo llamaban en ese tiempo. Nosotros no teníamos acceso a las pautas, no teníamos acceso a las decisiones de las jefaturas, sino que observábamos lo que pasaba. En ese tiempo se hacía la pauta en un pizarrón. Una vez alguien había anotado una información sobre un suceso en Bilbao, a las 19 horas, pero estaba anotado temprano. Resulta que al otro día salió una información de una gran balacera en ese lugar, que había ocurrido a la misma hora que estaba anotado en la pauta. Una balacera en que habían muerto unos supuestos extremistas huyendo en una citroneta. Supuestamente, había sido un enfrentamiento. ¿Y por qué estaba en la pauta antes? Pero nosotros no nos prestábamos para esas cosas, nosotros sospechábamos que eso era un asesinato. Sospechábamos que había periodistas coludidos con los servicios de seguridad o por lo menos con el régimen en ese minuto.

-En los medios de comunicación vibramos con los golpes periodísticos. ¿Cuál es su mejor "trofeo" en la televisión?

-Hay dos que me llenan de orgullo. Uno ocurrió en Puerto Montt, que fue la entrevista con el Papa Juan Pablo II. Cuando a vino a Chile no habló con nadie más que con el puertomontino Alipio Vera y justo a mí me mandaron a Puerto Montt y logré entrevistarlo. Tampoco puedo olvidar que fui el primer periodista que logró entrevistar a los sobrevivientes del avión uruguayo caído en la cordillera en 1972.

-¿Y cuál fue su peor chascarro?

-Curiosamente también fue cuando entrevisté a los uruguayos del accidente. No hallaba a quién entrevistar al final, ya llevaba 18 minutos de entrevista con los sobrevivientes Parrado y Canessa. De repente le pregunto a Parrado "¿qué sientes en este minuto cuando ya estamos en víspera de Navidad, respecto a tu familia, ya que estás como resucitado, a quién te gustaría abrazar en este momento? El me dice: "A mi padre me gustaría abrazar". Y yo le pregunto: ¿por qué a tu padre, tú no tienes más familia?..., y él me dice "sí tenía una madre y un hermano pero se quedaron también en la cordillera". Ahí se acabó la entrevista… Más que un chascarro fue un episodio muy incómodo. Me quería morir.

El austral

Alipio apura las respuestas. Una lancha lo espera en Chiloé para partir rumbo a las islas Desertores, donde grabará un capítulo para el programa "Anónimos" de Canal 13. "Ya, me tengo que ir. Cuándo sale la entrevista…"

-Oiga, una última pregunta…

-Ya, pero esta sí que es la última.

-¿Cuándo jubile volvería a escribir para El Austral de Temuco?

-No sólo cuando jubile. Me encantaría, cada vez que el tiempo me lo permita, colaborar con el diario que contribuyó a mi formación profesional; que fue mi casa, durante tres años, y que me enriqueció con el cariño de tanta gente buena.

Lamentablemente, no alcanzó a cumplir este interés mutuo. Vaya para este maestro y exdirector de este medio nuestro reconocimiento y gratitud.