Más de 430 millones de toneladas de plástico al año, dos tercios de las cuales son productos que en minutos se convierten en desechos, 1.800 millones de toneladas métricas de emisiones de gases de efecto invernadero detrás de su producción y 100 millones de libras de esos residuos que llegan a los océanos, son sólo algunas de las cifras que demuestran que, definitivamente, estamos perdiendo la batalla contra el plástico.

Es justamente este escenario el que llevó a Naciones Unidas a decretar que este 2023 el Día Mundial del Medio Ambiente tuviera como consigna principal la búsqueda de soluciones a este flagelo, que no sólo está impactando la biodiversidad, sino también la salud de las personas. Según Rodrigo Sandoval, CEO I Am Not Plastic, el problema es grave y, por eso, encontrar una salida debe ser causa común de gobiernos, empresas y la ciudadanía en general.

La entidad ha trazado una hoja de ruta que busca reducir la contaminación plástica en un 80%, y la producción de artículos de un solo uso a la mitad, reforzando la importancia de reutilizar, reciclar, pero también, y quizás lo más novedoso, reorientar y diversificar.

Más allá de tomar conciencia, y quedarnos en el diagnóstico, es hora de tomar acción. Sumando voluntades individuales y ejecutando pequeñas acciones en el día a día, podremos hacer un cambio significativo. Si seguimos con la misma dinámica de producción, consumo y gestión del plástico, las perspectivas no son favorables.

En la medida que las economías avanzan, las realidades que tiene un país van quedando en el olvido. Es muy difícil graficarlo a los más jóvenes, la apremiante situación nutricional que Chile tuvo por muchas décadas, en las cuales la desnutrición, raquitismo, mortalidad infantil y una larga lista de enfermedades nos hacían liderar rankings a nivel latinoamericano.

En el Día Mundial de la Leche, que celebramos cada 1 de junio, en una conmemoración global impulsada por la FAO, relevamos la visión clara y avanzada de especialistas como el Dr. Fernando Monckeberg y la decisión del Estado de Chile de impulsar el consumo de lácteos en la niñez y en embarazadas, que tuvo un impacto notable en la nutrición, salud y desarrollo de varias generaciones de chilenos, que cambiaron el rostro del país y nuestros indicadores nutricionales mejoraron una enormidad, tanto en crecimiento, como en desarrollo y mortalidad infantil.

Sin embargo, la mejora continua del estándar de ingresos de los chilenos, el sedentarismo, la facilidad de acceso a la comida chatarra y los malos hábitos alimentarios, hicieron que nos enfrentemos de golpe con una realidad incómoda: la obesidad y la explosión de enfermedades crónicas no transmisibles como la diabetes, hipertensión e hipercolesterolemia, que llegaron con fuerza a nuestro país, impactando a la salud pública y al bienestar de los chilenos.

Uno de cada 10 chilenos posee diabetes. Ese es sólo un indicador de lo que está pasando en nuestra salud y por eso es que las "Guías Alimentarias para Chile" (https://www.minsal.cl/guias-alimentarias-para-chile/), pueden ser una ayuda clave en orientar a las familias sobre las recomendaciones de consumo de alimentos y en la construcción de hábitos para así avanzar en una vida sana.

Esta Guía Alimentaria desarrollada por el Ministerio de Salud y destacados nutricionistas, junto con incorporar recomendaciones y recetas, presenta 10 mensajes orientados a hábitos y a alimentos, y hay un mensaje que nos toca directamente como sector: "Consume lácteos en todas las etapas de la vida". Esta invitación basada en la evidencia científica, demuestra cómo nos aportan los lácteos en la construcción de salud y bienestar a lo largo de nuestra vida.

Desde la madre gestante a la infancia, para luego pasar a la adolescencia, edad adulta y madurez, los lácteos nos ayudan a desarrollarnos y a tener una buena salud. El aporte de los lácteos en el crecimiento, salud cardiovascular, masa muscular, a los huesos, al desarrollo intelectual y a evitar enfermedades como el cáncer, conforman parte de los beneficios que nos entregan.

Todavía tiene que aumentar el consumo de lácteos en Chile, que aún está lejos de la recomendación de tres porciones diarias que aparecen en las Guía Alimentarias o del nivel de consumo de los países desarrollados, para lo cual, como sector lácteo debemos seguir trabajando con fuerza para que toda la población tenga acceso al consumo diario de lácteos con precios accesibles y producidos de forma sustentable.

Sergio Niklitschek,

presidente Consorcio Lechero