El 2 de abril de este año, coincidente con el 19° aniversario de la muerte de San Juan Pablo II, el Vaticano publicó el documento "Dignitas infinita" (que traducido del latín significa "Dignidad infinita").
Este documento expone una lista, no exhaustiva, de temas en los que se viola la dignidad de la persona humana. En sucesivas reflexiones expondré cada uno de ellos, a saber: la pobreza extrema, la guerra, el maltrato a los migrantes, la trata de personas, los abusos sexuales, las violencias contra las mujeres, el aborto, la maternidad subrogada, la eutanasia y el suicidio asistido, el descarte de las personas discapacitadas, la ideología de género, el cambio de sexo y la violencia digital.
El documento no pretende agotar todo lo que se pueda decir acerca de estas graves violaciones a la dignidad humana, sino hacerlas presentes, especialmente a las autoridades responsables de promover el respeto de los derechos de todos los miembros de la especie humana, sin excepciones, desde la concepción en el seno materno hasta la muerte natural.
El documento señala que "los temas tratados son, precisamente, los que permiten expresar diversos aspectos de la dignidad humana que pueden estar oscurecidos en la conciencia de muchas personas hoy en día. Algunos serán fácilmente compartidos por distintos sectores de nuestras sociedades, otros no tanto. Sin embargo, todos nos parecen necesarios porque, en su conjunto, ayudan a reconocer la armonía y la riqueza del pensamiento sobre la dignidad que brota del Evangelio".
Fue San Juan Pablo II el primero en afirmar que toda persona tiene una "dignidad infinita". Lo hizo precisamente en presencia de un encuentro con personas con diversos tipos de discapacidad. Aunque toda criatura es finita, también todo hombre y toda mujer, sin embargo, la "infinitud" de su dignidad procede del hecho de que toda persona humana ha sido creada a imagen y semejanza de Dios.
"La Iglesia, a la luz de la Revelación, reafirma y confirma absolutamente esta dignidad ontológica de la persona humana, creada a imagen y semejanza de Dios y redimida en Cristo Jesús. De esta verdad extrae las razones de su compromiso con los que son más débiles y menos capacitados, insistiendo siempre sobre el primado de la persona humana y la defensa de su dignidad más allá de toda circunstancia".
"Dignitas infinita" destaca los fundamentos últimos de por qué se debe respetar la dignidad de toda persona humana en toda circunstancia, sin ningún tipo de excepción. Podemos resumirlos en tres: 1. Dios ha impreso en cada persona humana los rasgos indelebles de su imagen (ver Gn 1,16); 2. Cristo, por su redención, eleva la dignidad del hombre; y 3. El ser humano está destinado a la eterna unión con Dios.
Invito a leer y estudiar el documento, disponible en internet.