Educar en medio de la crisis ambiental
Hay que aspirar a un modelo de desarrollo sostenible, donde el bienestar humano y el cuidado del planeta vayan de la mano. La formación debe ser inclusiva, colaborativa y transformadora.
El planeta enfrenta una crisis ambiental sin precedentes, por lo que la educación emerge como un pilar fundamental para lograr avanzar hacia una sociedad más sustentable y respetuosa. Sin embargo, educar en tiempos de crisis es un desafío en sí mismo.
Nuestra evolución nos ha llevado a dominar la naturaleza de manera asombrosa, aunque, paradójicamente, también nos ha alejado de ella. La adaptación, de acuerdo al análisis de Lesly Orellana, directora de Sostenibilidad de la Universidad Andrés Bello, ya no se limita a la sobrevivencia en un entorno dinámico, sino en cómo cambiar nuestra relación con el entorno. Necesitamos adaptarnos a un modelo de desarrollo sostenible, donde el bienestar humano y el cuidado del planeta vayan de la mano.
Las especies que mejor se adaptan son las que colaboran entre sí, asegura la reconocida bióloga Lynn Margulis, argumentando que la vida en la Tierra no se desarrolló principalmente a través de la competencia como creía Darwin, sino más bien a través de la cooperación entre diferentes organismos.
La colaboración se presenta como otra pieza clave en este rompecabezas educativo. La crisis ambiental es un problema global y requiere soluciones globales. Ya no podemos permitirnos actuar de forma aislada; necesitamos trabajar juntos, desde la comunidad local hasta la escena internacional.
La formación debe ser inclusiva, colaborativa y transformadora. El Día de la Tierra nos invita a reflexionar sobre estos desafíos y a comprometernos con la educación como una vía para construir un futuro más justo y sostenible. Tenemos un solo planeta y, lamentablemente, el tiempo para actuar se agota.