El Presidente dijo que promoverá las leyes de eutanasia y aborto, iniciativas contrarias al valor sagrado e inviolable de la vida humana, en contradicción al esfuerzo de todos por crear un ambiente de mayor seguridad y cuidado de la vida. La dignidad del ser humano tiene un carácter intrínseco y vale desde el momento de su concepción hasta su muerte natural.

El aborto procurado es la eliminación deliberada y directa de un ser humano en la fase inicial de su existencia, que va desde la concepción al nacimiento. Un ser humano es siempre sagrado e inviolable, en cualquier situación y en cada etapa de su desarrollo. Es un fin en sí mismo y nunca un medio para resolver otras dificultades. Por eso no hay derechos sexuales y reproductivos de unos, a costa de la vida de otros. No hay un derecho a decidir sobre el propio cuerpo, desconociendo que en la mujer embarazada hay un segundo cuerpo, otro ser humano cuya existencia debe ser resguardada.

Respecto de la eutanasia, la vida humana, incluso en su condición dolorosa, es portadora de una dignidad que debe respetarse siempre. Nunca se puede eliminar la propia vida o la de los demás por razón del sufrimiento. Lo que se debe es procurar aliviar su dolor mediante cuidados paliativos, evitando el encarnizamiento terapéutico o intervención desproporcionada. Nunca debe ejercerse una acción directa para provocar la muerte.

No hay que relativizar el valor de la vida humana. La percepción de la gravedad del aborto y la eutanasia se ha ido debilitando en la conciencia de muchos, lo que está en consonancia con el desprecio a la vida que se manifiesta por guerras, violencia, delincuencia y otros males que dañan especialmente a los inocentes. Lo trágico de estos hechos es que tantas veces se justifican desde intereses subjetivos o de grupo, los que adquieren una primacía incluso sobre la vida sagrada de los demás. Recuperemos el respeto de la vida humana en toda circunstancia, el sentido moral que distingue entre bien y mal, junto al sentido comunitario de nuestra existencia, que nos hace responsables unos de otros.

El Presidente pide hacer de la defensa de los derechos humanos la base de la construcción de un futuro compartido como país. Pero esto no se logrará si olvidamos los derechos de los más vulnerables y frágiles. La defensa de la vida está ligada a la defensa de todo derecho humano y supone la convicción de que un ser humano es siempre sagrado e inviolable. Si esta convicción cae, no quedan fundamentos para defender los derechos humanos, que siempre estarían sometidos a conveniencias circunstanciales de los poderosos de turno. ¡Promovamos los derechos humanos, defendamos la vida de quien está por nacer!

Extracto de la Declaración del Comité Permanente de los Obispos de Chile, cuyo texto completo está en www.iglesia.cl.

Uno de los delitos que más preocupa a la ciudadanía es el robo de vehículos, más cuando éste es efectuado con violencia sobre sus propietarios. Y si bien este ilícito ha mostrado una baja en La Araucanía, gracias a un trabajo coordinado entre organismos públicos y privados, lo cierto es que no se debe bajar la guardia a fin de evitar que más personas sigan siendo víctimas de la delincuencia.

Esta baja, según explicó el subsecretario de Prevención del Delito, Eduardo Vergara, se da entre enero y abril de este año, cuando el robo violento de automóviles disminuyó un 32,5 por ciento en la Región, en comparación a las cifras del año pasado. Según la autoridad, los esfuerzos apuntan a contar con mayores herramientas preventivas, las cuales buscan reducir la cantidad de delitos mediante a la identificación, persecución y condena de bandas dedicadas a este tipo de ilícitos, además de concretar el plan de recuperación de vehículos. Y en este sentido el Ministerio Público tiene más de 40 focos investigativos a nivel nacional e interregional.

Asimismo, dentro de la labor que realizan tanto los organismos públicos como privados, convocados por este tipo de delitos, destacan dos ejes que apuntan a reforzar el plan de recuperación de vehículos robados mediante la coordinación entre los centros de custodia o zonas estacionarias, el Ministerio Público, las policías y la Asociación de Aseguradoras, además de fortalecer el trabajo con las mesas regionales en base a las necesidades de cada territorio, impulsadas por los coordinadores regionales de seguridad pública de la SPD.

La instalación de esta fuerza de tarea ya se realizó en las regiones de Arica, Antofagasta, Tarapacá, Valparaíso, Biobío y Metropolitana, por lo que también debería abarcar, prontamente, a La Araucanía.