Este verano 2025 y desde marzo del año pasado, vivimos un fenómeno tanto en Chile como en La Araucanía, en la cual miles de turistas, o, mejor dicho, compradores de Argentina, cruzaban la cordillera, pero no venían a la región a disfrutar de las bondades de la gastronomía de nuestra costa, los bellos paisajes de nuestra región o de la oferta turística de la zona lacustre. Su misión y razón principal, era una sola, comprar, y de casi todo, porque el tipo cambiario les era muy conveniente, la divisa chilena y la del vecino, estaban casi en igualdad, el peso argentino estaba fortalecido, y casi toda la oferta de productos vendidos en Chile, era una ganga para ellos.
Argentina, históricamente ha seguido la teoría económica denominada, ´Sustitución de Importaciones´, esta es una estrategia de crecimiento basada en el reemplazo de oferta externa por producción nacional, con la finalidad de satisfacer la demanda interna. En Chile encontraban cientos de marcas importadas, a veces a un tercio de su valor en el país vecino y con una oferta de marcas y productos enorme.
Los productos más demandados han sido vestuario, artículos eléctricos, neumáticos, calzado y ropa de cama, al punto de producir desabastecimiento de algunas marcas y productos específicos. En la ciudad de Temuco se agotó toda la oferta hotelera tradicional, los Airbnb, hostales y pensiones, situación que muchos emprendedores y comerciantes de los rubros diversos, no se acordaban de haber visto nunca algo similar.
La mayoría de las compras en La Araucanía, fueron realizadas en la triada del retail, Falabella, Ripley y Cencosud, la Pyme regional, les tocó muy poco de este boom, haciendo que su situación económica actual no mejorase en mucho. El turismo en la costa de La Araucanía vio pocos argentinos, porque estaban todos en los diversos malls, tiendas por departamento o outlets de la capital regional. El sector gastronómico Pyme recibió beneficios, al igual que el de alojamiento, de acuerdo a cifras oficiales, los turistas argentinos permanecieron de media 8.6 noches en Chile y gastaron 63.3 dólares diarios, de los cuales 26.3% se destinaron a compras.
El pasado viernes 11 de abril, el Presidente Milei, anunció el fin del llamado Cepo Cambiario o restricciones para sacar dólares en Argentina. El Cepo era el nombre informal que se usa en el país vecino para referirse a las restricciones que existen para la compra de monedas que no sean del curso legal de la nación, ejemplo, la divisa de Estados Unidos, el dólar. Las personas podrán comprar dólares libremente en los bancos y el Banco Central intervendrá para que la divisa no baje de $1.000 ni supere los $1.400.
Hay que recalcar que esto es una liberación parcial de los controles, pero es el primer paso y aunque Chile y sus productos serán un poco más caros, los argentinos podrán acceder a comprar dólares para viajar, hacer turismo y seguir comprando en Chile. Gracias a la exitosa negociación con el Fondo Monetario Internacional que prestará un total de 20.000 millones de dólares, junto con otros créditos con el BID y el Banco Mundial, nuestro vecino tendrá oxígeno para cumplir parcialmente con las promesas de campaña de su presidente.
Esto es una buena noticia para el comercio chileno, pero a medida que la economía argentina se estabilice, aumenten las importaciones, que el tipo de cambio se mantenga competitivo, y que exista mayor oferta de productos, el fenómeno de compras se va a terminar. No se puede precisar cuándo pasaría esto, en la actualidad debido a la vuelta a clases de los niños, el flujo se ha disminuido, pero como apreciamos en el feriado de Semana Santa, que mucho turista de compras llenó los pasos fronterizos. Hay que estar preparado para ese fin del boom, porque parte de la economía chilena lo ha sostenido nuestros vecinos, cuando ellos mejoren, nosotros podemos estar mucho peor.